Título: Cairo Time
Año: 2009
País: Canadá.
Director: Ruba Nadda.
Guión: Ruba Nadda.
Música: Niall Byrne.
Fotografía: Luc Montpellier.
REPARTO:
Patricia Clarkson, Alexander Siddig, Elena Anaya, Tom McCamus, Amina Annabi.
PREMIOS:
2009: Festival de Toronto: Mejor película canadiense.
SINOPSIS:
Su historia nos transporta hasta un Cairo enamorador y cautivo, donde Juliette (Patricia Clarkson) conoce a Tareq mientras espera la llegada de su esposo, Mark (Tom McCarmus), un diplomático comisionado a la ONU que no podrá acudir a la cita por motivos de trabajo.
Tareq (Alexander Siddig) es un ex agente amigo de Mark, que planeaba escoltar a la pareja mientras visitaban la ciudad. Finalmente es a ella a quien acompaña, y a quien enseña las grandes vistas de El Cairo y los lugares históricos que la conforman.
Tareq actuará pues como guía, ayudante y protector de Juliette, y sin poderlo remediar, comenzará a sentir algo especial por la mujer de su amigo. Ambos caerán en un repentino romance que jamás hubieran imaginado, y que podría cambiar sus vidas para siempre, o no.
COMENTARIOS:
Una mujer sola y comprometida….
Un hombre sólo….
Una ciudad mágica….
Una complicidad compartida…
Una atracción mutua….
Tres años ha tardado en estrenarse esta película en España. Está bien: será que había que verla justo ahora. Y eso que sale Patricia Clarkson, aquí borda el papel de Juliette, una estadounidense perdida por El Cairo.
Las películas protagonizadas por mujeres maduras en escenarios exóticos (Summertime – de David Lean, con Katharine Hepburn, por ejemplo) siempre han tenido un nicho en el cine: son historias que sirven para que una actriz – usualmente una notable, de edad madura- tenga la ocasión de brillar en una locación poco habitual.
En el caso del último filme de Rubba Nadda, la cineasta canadiense opta por El Cairo como el escenario para su trama: de este modo lo incorpora como un personaje más, una urbe que oscila entre lo ancestral y lo moderno, entre una cultura musulmana como occidental, un Cairo que por momentos deja ver aspectos tercermundistas representado esto último en el bullicio de sus calles, en el caos reinante, su edificación que la hace muy similar a una gran urbe, mientras convive con las ruinas de recintos milenarios.
A este lugar llega la elegante y sofisticada Juliette Grant (una radiante Patricia Clarkson), esposa de un diplomático comisionado a la ONU, para descubrirse a sí misma entre sensaciones, emociones y sentimientos sorpresivos. Mark, su marido (Tom McCarmus), no puede verla pues está en misión diplomática en Gaza, por lo cual, deja en manos de su amigo, Tareq (Alexander Siddig), un ex-policía, el cuidado de su esposa. Tareq actúa como el anfitrión, protector, guía y ayudante de Juliette. Pronto surgirá una chispa entre ambos: el resultado no es incendiario, sino algo mucho más humano, sosegado y con visos de realidad.
Esta es una película donde el verdadero protagonismo no radica en los papeles que deban cumplir estos actores en si, sino las contradicciones entre un mundo antiguo como moderno contrastado por los afectos, que si bien están a flor de piel, no son permitidos expresarlo tan públicamente. Para ello, Rubba Nadda, reconocida por la agilidad de su ritmo al dirigir, utiliza la técnica expresiva, sea mediante el uso de la voz, muy bien representada en Juliette, como las miradas, el contacto. Por otro lado, están representadas las costumbres musulmanas, como el rezo al alba, un lugar exclusivo para hombres de negocios que mediante la ingesta del café o té, hacen negocios o simplemente se reúnen, pero las mujeres están vedadas, (claro las musulmanas, no Juliettte. Esto la inquieta). Es costumbre bailar en las bodas, y es así que cuando un familiar de Tareq se casa, éste la invita a participar en el evento, y vemos como se integra a la cultura musulmana que aflora en todo momento.
La cinta tiene buena factura y se libera de los clichés, al mostrar a Juliette como una mujer sin ningún tipo de prejuicios concernientes al mundo musulmán, es así que ella se integra a la familia de Tareq, y se involucra emocionalmente con él.
Respetuosa de las tradiciones y atenta a los contrastes, Rubba Nadda hace un trabajo muy logrado y Patricia Clarkson disfruta cada escena: es una actriz formidable y una mujer en plenitud, lo cuál da una dimensión de autenticidad a la trama. Esto no es un filme “ligero”, más sí optimista. Su autenticidad es más refrescante. Algunas veces, un poco de honestidad no le hace daño a una película.
Juliette ha perdido la costumbre de que un hombre la llame "guapa" o que se la quede mirando por la calle. Le cuesta creerlo porque ha olvidado su atractivo. Ella se considera feliz explorando los lugares que visita. Contemplando, sobre todo: le gusta acercar las sillas al balcón para disfrutar cómodamente de las vistas.
Cairo time trata de la tentación. Por eso, la mejor escena de toda la película es cuando Juliette esboza la primera sonrisa sincera en lo que parecen siglos. La felicidad desborda la pantalla y quieres sentirte así de exultante y guapa. Que te hagan una foto por sorpresa.
Por ahí he leído que pertenece al género "travelogue romance", esas películas como “Antes del amanecer” o “Lost in translation” que basan su atractivo en las conversaciones entre dos protagonistas mientras recorren localizaciones más o menos exóticas, pero aquí diálogos tampoco hay tantos, importa más la química.
Lenta y sutil, la película se recrea en los abarrotados escenarios del Cairo sin llegar en ningún momento a ser un panfleto turístico. La música de Niall Byrne (piezas a piano alternadas con cánticos), se convierte en el cuarto personaje por derecho propio. Y las pirámides, claro. Todos queremos llegar allí. Pasito a pasito. Es la fuerza del destino.
Tráiler:
Calificación: Excelente.
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