Título original: The Mask of Dimitrios
Título en España: La máscara de Dimitrios
Año: 1944
Duración: 95 min.
País: Estados Unidos.
Dirección: Jean Negulesco.
Guion: Frank Gruber. Novela: Eric Ambler.
Reparto: Sydney Greenstreet, Zachary Scott, Faye Emerson,
Peter Lorre, Victor Francen, Florence Bates, Eduardo Ciannelli, John Abbott,
Monte Blue, Felix Basch, Georges Renavent, Steven Geray, Michael Visaroff,
Louis Mercier, John Mylong.
Música: Adolph Deutsch.
Fotografía: Arthur Edeson (B&W)
Compañía: Warner Bros.
Género: Cine negro. Intriga.
Sinopsis:
Un escritor de novelas de misterio llamado Leyden está
obsesionado con la historia de un célebre criminal llamado Dimtrios
Makropoulos, cuyo cuerpo acaba de ser encontrado sin vida en la bahía de Estanbul.
Ésta es la excusa que necesita para ponerse a investigar la trayectoria de
Dimtrios a lo largo de Europa, años y años de crímenes y sorprendentes golpes,
y así aprender más del personaje. Por el camino conoce al misterioso señor
Peters, que también está muy interesado en Makropoulos, pero que tiene sus propias
y oscuras motivaciones en el tema.
Eric Ambler fue en cierto modo el John Le Carré de su generación. Algunas de sus obras se convirtieron en películas fantásticas. Las dos mejores fueron "Journey Into Fear" y "The Mask of Dimitrios". Desde la secuencia inicial, cuando un cuerpo es arrastrado a la orilla y un grupo de vagabundos se acerca a él, se dan cuenta de lo que es y huyen gritando, hasta el desvanecimiento final, esta película capta la atención del espectador.
Para empezar, carece de un personaje verdaderamente central, siendo Lorre el cuarto en los créditos más o menos su protagonista. Está muy, muy fuera de lo común, como un escritor de misterio bastante dulce, casi cobarde. La estructura inusual de la película se parece mucho a Ciudadano Kane (1941) y, en un aspecto, anticipa otro papel de Orson Welles, en El tercer hombre (1949).
Las interpretaciones son brillantes, desde las actuaciones destacadas de los dos protagonistas, Peter Lorre y Sydney Greenstreet, hasta los actores más secundarios. Zachary Scott, en su primera aparición en la pantalla, es espectacular como el despiadado, calculador e intrigante Dimitrios Makropoulos. Faye Emerson como una de las mujeres, Irana Preveza, que Dimitrios usó para sus propios propósitos egoístas y luego la descartó es sorprendente ya que ella cambia de una hermosa cantante de club nocturno (en el flashback) a la sombra desgastada y demacrada de una persona en la que se ha convertido al relatar su historia a Cornelius Leyden (Lorre). Ella le dice a Leyden que Dimitrios era el único hombre al que alguna vez tuvo miedo. A la efectividad de esta escena se suma la inquietante "Perfidia (Tonight)", que se reproduce de fondo. Victor Francen ofrece una poderosa interpretación de Wladislaw Grodek, otra persona a la que Dimitrios traicionó.
Lorre y Greenstreet hicieron diez películas juntos entre El
halcón maltés (1941) y Veredicto final (1946). En algunas de ellas, como por
ejemplo Casablanca, no compartieron escenas, pero Warner Bros.los fue viendo
poco a poco como una especie de equipo; en el tráiler de esta película,
Greenstreet aparece como "El gordo" (una referencia a El halcón ) y
Lorre como "El hombrecillo". La máscara de Dimitrios es en parte un
vehículo para ellos y en parte un escaparate para el nuevo descubrimiento del
estudio, Zachery Scott, en su debut cinematográfico, como el insolente
personaje principal.
Esta película marcó el debut como director de largometrajes de Jean Negulesco, quien luego dirigiría películas como Humoresque, Johnny Belinda, Three Came Home, Cómo casarse con un millonario, Three Coins in the Fountain.... El director de fotografía es Arthur Edeson, cuya larga carrera comenzó en las primeras películas mudas y fue director de fotografía de películas como All Quiet On the Western Front, Frankenstein, The Invisable Man, Mutiny on the Bounty, The Maltese Falcon y Casablanca.
La película es espléndida y estos dos actores menores (todos los grandes nombres estaban ocupados en esa molesta guerra) demuestran que pueden crear suspense y drama. Y pueden hacerlo sin efectos especiales, explosiones, accidentes aéreos, etc. Salvo algunos disparos simples, la violencia es simplemente psicológica y por eso es más intensa.
Con su oscuro motivo y su aura siniestra, La máscara de Dimitrios consigue sumergir al espectador en Europa, sobre todo en los Balcanes, sin salir de la Warner. Es sorprendente lo que se puede hacer en un estudio. Además, ¿te imaginas intentar filmar en toda Europa durante los últimos años de la Segunda Guerra Mundial?
Algunos dirían que es una buena película de serie B, pero yo la caracterizaría más como una película de serie A menor. No dejen que la ausencia de Bogart los desanime. Es una forma muy bien hecha y llena de suspenso de pasar unos 90 minutos.
Muy recomendable.
(Comentarios en imdb)
Trailer:
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