jueves, 31 de mayo de 2012

The Philadelphia Story (Historias de Filadelfia) - (1940) - (Director: George Cukor)




TÍTULO ORIGINAL: The Philadelphia Story

AÑO: 1940
DURACIÓN: 112 min.
PAÍS: EEUU.
DIRECTOR: George Cukor.
GUIÓN: Donald Ogden Stewart & Waldo Salt (Teatro: Philip Barry).
MÚSICA: Franz Waxman.
FOTOGRAFÍA: Joseph Ruttenberg.

REPARTO:
Cary Grant, Katharine Hepburn, James Stewart, Ruth Hussey, John Howard, Roland Young, John Halliday, Mary Nash, Virginia Weidler, Henry Daniell, Lionel Pape, Rex Evans.

PREMIOS:
1940: 2 Oscars: Mejor actor (James Stewart), guión adaptado. 6 nominaciones.

SINOPSIS:
La mansión de los Lord se prepara para celebrar la segunda boda de Tracy Lord (Katharine Hepburn) con el rico George Kittredge (John Howard). Para inmortalizar los festejos una pareja de periodistas, Macauley Connor (James Stewart) y Elizabeth Imbrie (Ruth Hussey), son invitados especialmente por C.K. Dexter Haven (Cary Grant), el primer marido de Tracy. 

COMENTARIOS:

Esto era cine.
Cuando veo una película como Historias de Filadelfia me cuestiono una principal cosa, de qué manera ha evolucionado el género de comedia romántica destrozando aquello que es la esencia del cine.

Tres estrellas del cine en sus comienzos y principalmente tres pedazos de actores, eso eran, grandes actores en una buena comedia dirigidos por un gran director.
La comedia romanticona de hoy en día es predecible desde el principio, con un guion básico centrado sobre todo en diálogos tontos y básicos además de superficiales, olvidándose sobre todo de la personalidad de los protagonistas.
Todo lo contrario de esta película y esa sea la principal diferencia del cine y de las “estrellas” de hoy, actores de antes, de la altura de estos tres, no se permitirían actuar en una comedia barata de hoy en día porque destruiría su categoría como actor, pues eso es lo que eran antes, grandes actores por encima de todo, independientemente de que fuesen guapos.
Historias de Filadelfia es una divertida comedia e inolvidable, con los clásicos enredos de las comedias pero aquí se analizan las razones que llevan a las personas a amar y desamar y cuando me refiero a razones no son simples caprichos pasajeros sino razones morales, como nuestra protagonista que analizará en su alma y corazón y se planteará el porqué de sus hechos.

Enredos amorosos de quien se casa con quien y quien ama a quien serán la base de esta inolvidable comedia genialmente actuada y dirigida a la cual se añadirán unas críticas familiares y sociales del entorno de estos personajes.
Y como no podía ser de otro modo, participando Cukor y Mankiewicz, los diálogos son realmente buenos. Irónicos, mordaces  y llenos de sofisticación, como esa jet que tratan de representar. El Oscar al guión adaptado también muy merecido.
Aparentemente sencilla película pero en el fondo a un genial análisis de la personalidad de esta mujer que decide casarse.

Con esta comedia romántica vemos como el cine evoluciona para amoldarse a los gustos de la sociedad y si vemos comedias románticas de hoy, sobre todo veremos un género vacío dirigido a un público bastante simple.







Tráiler:

Calificación: Excelente.

lunes, 28 de mayo de 2012

Never Let Me Go (Nunca me abandones) - (2010) - (Director: Mark Romanek)




Título original: Never Let Me Go

AÑO: 2010
DURACIÓN: 103 min.
PAÍS: Reino Unido.
DIRECTOR: Mark Romanek.
GUIÓN: Alex Garland (Novela: Kazuo Ishiguro)
MÚSICA: Rachel Portman.
FOTOGRAFÍA: Adam Kimmel.

REPARTO:
Carey Mulligan, Andrew Garfield, Keira Knightley, Charlotte Rampling, Sally Hawkins, Izzy Meikle-Small, Charlie Rowe, Ella Purnell, Nathalie Richard, Andrea Riseborough, Domhnall Gleeson, Oliver Parsons.

SINOPSIS:

Adaptación de una novela de Kazuo Ishiguro, el autor de "Lo que queda del día", que también fue llevada al cine por James Ivory en 1993. Kathy, Tommy y Ruth pasan su infancia en Hailsham, un internado inglés aparentemente idílico, donde descubren un tenebroso e inquietante secreto sobre su futuro. Cuando abandonan el colegio y se aproximan al destino que les aguarda, el amor, los celos y la traición amenazan con separarlos.

COMENTARIOS.

Es una idea muy atractiva para novelistas, guionistas e inventores de historias, el centrarse en seres creados científicamente por el hombre, criaturas que deberían ser insustanciales, pero que terminan desarrollando emociones. Tiene un gran potencial para la metáfora y para el drama. El replicante Roy, en "Blade Runner", puede parecer un monstruo, pero sus pensamientos antes de morir tienen una humanidad desgarradora. Los "replicantes" de "Nunca me abandones", no han visto la Puerta de Tannhäuser, no han estado en Orión ni conocen los rayos C, pero han experimentado cosas igual de gordas, como por ejemplo el amor.

La película tiene como acierto hacer un planteamiento de la historia desde el punto de vista de esos seres supuestamente neutros. Eso favorece la omisión de mucha información científica y filosófica, y orienta al espectador hacia la observación de lo que esos seres son y sienten a lo largo de su existencia. El resultado es una película de una amargura permanente en la cual planean nubarrones de cabo a rabo, sin concesión a la más escueta chispa de alegría. Y es que la primera reflexión que puede suscitar esta película, extrapolable a otros ámbitos, es que hace falta un intangible esencial para que la vida tenga sustancia: futuro.
La película se centra en el periplo de esos seres con fecha de caducidad, fabricados para ser sacrificados como ganado. Lo que más sorprende es que con el avance de la historia uno descubre que son seres primarios, incapaces de contestar su destino. Son, sin embargo capaces de soñar, de comprender su cometido vital, de sentir miedo, celos y envidia, de generar su propia identidad. Con semejante material "humano", el drama está servido.
Más allá de la experiencia estética que supone contemplar Nunca me Abandones, la visión de esta película tiene la función de un espejo, que nos mostrase cómo somos, cómo seremos y cómo hemos sido a través de un relato, minimalista, sencillo, retrofuturista... y profundamente desolador.
Es evidente que Kazuo Ishiguro escribió una obra maestra con Nunca me Abandones. La historia es una aproximación casi filosófica, que hurga en el interior de sus protagonistas para explorar los límites de la moralidad de un mundo deshumanizado, que no tiene problema en volver la vista si se supone que un sacrificio es para un bien mayor. También explora sobre el sentido que puede tener el amor como elemento salvador, catalizador, y del arte como expresión del alma humana.
No sorprende, pues, que una película tan perfecta, tan emocionante, tan profundamente educativa, haya sido ninguneada en su promoción y por un sector de la crítica y el público, que ha sido incapaz de comprender la tesis de una historia que no da todo masticado, que sugiere más que muestra, que deja un lugar para la imaginación, que es capaz de insertar mensajes subliminales de la propia historia en sus imágenes sin que resulte evidente. Que es elegante hasta decir basta y que consigue que con una sola mirada de cualquiera de sus actores, la historia al completo atraviese a cualquier espectador mínimamente sensible.



Tráiler:

Calificación: 4 de 6.

viernes, 25 de mayo de 2012

Tony Takitani (Tony Takitani) - (2004) - (Director: Jun Ichikawa)




TÍTULO ORIGINAL: Tony Takitani

AÑO: 2004
DURACIÓN: 76 min.
PAÍS: Japón.
DIRECTOR: Jun Ichikawa.
GUIÓN: Jun Ichikawa (Cuento corto: Haruki Murakami).
MÚSICA: Ryuichi Sakamoto.
FOTOGRAFÍA: Taishi Hirokawa .

REPARTO:
Issei Ogata, Rie Miyazawa, Shinohara Takahumi, Hidetoshi Nishijima, Yumi Endo, Shizuka Moriyama.

SINOPSIS:

Sensible película japonesa, de gran exquisitez formal, basada en un relato corto de Haruki Murakami. Sorprenden sus modos narrativos, pues comienza como si se tratara de un documental sobre el ilustrador gráfico Tony Takitani, del que se cuentan sus orígenes familiares, lo que supone hablar de la dedicación al jazz de su padre Shozaburo, y de cómo su madre murió al poco de nacer él.

El film nos muestra que Tony es muy bueno en su trabajo, pero que le embarga una tremenda soledad. Soledad a la que podría poner remedio Eiko, una mujer que acude a su estudio, y de la que se enamora. Acabarán casándose, pero Tony descubrirá un rasgo muy particular de la personalidad de Eiko: le encanta la ropa, y siempre está comprando prendas nuevas; es algo que le obsesiona, y no puede evitar gastar el dinero en ello. Con delicadeza, Tony intentará hacer ver a su esposa que debe enmendarse en esta cuestión, algo que ella procura con terribles consecuencias.

COMENTARIOS:

Una película japonesa basada en un relato de Murakami y con música de Sakamoto, creo que por si sola justifica cualquier tipo de interés y despierta curiosidad

Empiezo por decir que me gusta Murakami, pero que distingo muy bien cine y literatura, pretendiendo siempre distanciarme de la relación entre ambas y no crear imágenes en mi cabeza en las cuales la representación de una me evoque a la otra. Dicho lo cual, creo que nos encontramos ante una gran película que cuenta con sensibilidad y simpleza la vida de un hombre desde lo más íntimo de su ser.
El film está rodado en un estilo sosegado pero continuo, plasmando con exquisito esmero una historia bellísima de amor y muerte inmersa en un mundo vacío sin apenas entorno. Todo esto está perfectamente ensamblado por la magnífica banda sonora de Ryuichi Sakamoto (para mi un genio) que dota de emción y sensibilidad a un conjunto ya de por si tan delicado.
Respecto a la sombra de Murakami, no sólo se le reconoce y creo que el director capta su estilo, sino que además, y a pesar de separar conceptos como digo al inicio de la crítica, ha creado una imágenes que son muy parecidas a las que yo tengo en mi cabeza cuando leo un libro suyo, y este dato si que me parece significativo y muestra de un especial talento, con ese ritmo cadencioso inmerso en la ensoñación y el vacío que se mueve alrededor de los personajes de las novelas del autor.

Tony Takitani desarrolla un fuerte mundo interior. Desde niño es un solitario total. De joven estudia Arte y ya de adulto llega a ser un buen ilustrador de piezas mecánicas, lo que impide tener apuros económicos. En Tony no hay espacio para nada que no sea su trabajo artístico, hasta que se topa con Eiko, quince años menor que él. Ambos empiezan a salir, Eiko se califica de “egocéntrica” y le confiesa su enfermiza tendencia por comprar ropa. En la quinta salida, Tony le propone matrimonio, pero ella le dice que desde hace un tiempo está saliendo con un tipo, pero que de todas maneras “lo pensara.” Luego de un periodo prudencial, ella acepta casarse con Tony.

Pues bien, TK es una película en la que se dice poco, tanto los diálogos y la narración en Off son funcionales, Ichikawa privilegia los gestos, los silencios y las miradas de Tony, y no es ajeno a la máxima que configura a los perdurables personajes de Murakami: Tony, al igual que Toru Watanabe (TB) y Tooru Okada (CDPQDCAM) son presos de pasiones descontroladas, aman demasiado, lo aguantan todo en pos de mantener el sentimiento por las mujeres que los tienen en vilo, son reacios a privilegiar el orgullo masculino, porque para ellos amar no es una opción, no es una oportunidad, sino un estado de gracia que siempre han buscado sin buscarlo.
El film de Jun Ichikawa es una gozosa experiencia estética. A modo de cuento, se describen de modo encantador los sentimientos de los personajes, sobre todo los de Tony. Para ello hay recursos muy atractivos, como la voz del narrador, que de pronto cede la palabra a los actores, y éstos, de modo sorprendente, completan lo que se estaba contando. También es muy original la transición entre planos, elegantes travellings laterales que siguen a los actores, que quedan ocultos tras un objeto en primer plano, oscuro y fuera de foco, lo que sirve para efectuar el deseado cambio de escenario.
La partitura musical de Ryuichi Sakamoto es perfecta para evocar los sentimientos de soledad y melancolía, de añoranza de la persona amada. Todo es suave, no se cede al sentimentalismo fácil, y la búsqueda de la construcción de una atmósfera recuerda a Deseando amar (In the Mood for Love). Hay opciones audaces, como la de conceder a los actores Issei Ogata y Rie Miyazawa dos papeles, algo que no desentona en absoluto.
Gran película independientemente de haber leído o no a Murakami.


Tráiler:


Calificación: 3 de 6.

lunes, 21 de mayo de 2012

Salmon Fishing in the Yemen (La pesca del salmón en Yemen) - (2011) - (Director: Lasse Hallström




TÍTULO ORIGINAL:  Salmon Fishing in the Yemen

AÑO: 2011
DURACIÓN: 111 min.
PAÍS: Reino Unido.
DIRECTOR: Lasse Hallström.
GUIÓN:  Simon Beaufoy (Novela: Paul Torday).
MÚSICA:  Dario Marianelli .
FOTOGRAFÍA: Terry Stacey.

REPARTO:
Ewan McGregor, Emily Blunt, Kristin Scott Thomas, Rachael Stirling, Amr Waked.

SINOPSIS:
La presencia de Gran Bretaña en zonas calientes del globo como Irak y Afganistán no contribuye precisamente a mejorar las relaciones con el mundo árabe. El primer ministro presiona para dar con algún proyecto que pueda ayudar, y su eficiente jefa de prensa Patricia (Kristin Scott Thomas) cree encontrarlo en un plan de un jeque multimillonario (Amr Waked),  que suena a completo disparate: la introducción de la pesca de salmón en Yemen. El experto Fred Jones (Ewan McGregor) no cree en la idea visionaria del jeque, Yemen no reúne ninguna condición favorable, pero obligado por sus superiores se ve obligado a estudiar la viabilidad, justo en un momento en que su matrimonio atraviesa una situación delicada. Le sirve de enlace con el jeque la muy competente Harriett Chetwode-Talbot (Emily Blunt), cuyo novio, militar, acaba de ser destinado en Afganistán.

COMENTARIOS:

No estamos ante un producto de masas. Parece que queda evidente al ver su título, y en efecto esta película va dedicada y está hecha para aquellos que saborean, no para los que sólo engullen. Su secreto se esconde precisamente en eso: no es una comedia, no es un drama, pero tiene elementos de ambos géneros que se pueden ir desgranando según avance el metraje.
Adaptación de la divertida novela de Paul Torday a cargo del oscarizado Simon Beaufoy (Slumdog Millionaire) en lo concerniente al guion, y con la muy competente dirección del sueco Lasse Hallström. Tiene mucho mérito esta versión para la pantalla, que conserva el fino humor británico del original, pero que estaba obligada a salir del atolladero de la estructura primigenia, el intercambio de correos electrónicos entre los distintos personajes. Tal recurso sigue teniendo algo de presencia, pero la historia toma aire y aumenta su campo planteando algunas cuestiones que en el mejor de los casos Torday simplemente apuntaba.

De modo que la idea de un proyecto descabellado, que da pie a pasajes muy divertidos, invita a reflexionar sobre la fe en un mundo donde, al menos en Occidente, se ha perdido en gran parte el horizonte de lo trascendente: no lo controlamos todo, pueden ocurrir sucesos que objetivamente considerados parecen milagrosos por lo improbable de su ocurrencia, en otras culturas se vive de otra manera, hay menos cinismo... Está introducida con gran naturalidad la necesidad del entendimiento entre Oriente y Occidente, con la apertura a otras mentalidades y la lacra del terrorismo fundamentalista, pero también el oportunismo político y la obsesión por la imagen y las apariencias. Y todo ello traspasado por el humor, aunque no falta dramatismo cuando hace falta, especialmente en el último tramo, con un desenlace que funciona, y que en otras manos sonaría a tópico.
Aunque todo lo dicho hasta suena a trama de sátira política y punto, lo cierto es que uno de los méritos del film es su componente humana, plasmada en la composición de dos personajes muy sólidos (Ewan McGregor y Emily Blunt), que estrechan su relación de un modo muy natural y sin transitar caminos trillados, a pesar de sus caracteres contrapuestos: él es como un ratón de biblioteca que sólo sabe de pesca, ella una mujer abierta y cosmopolita, y sus previos compromisos componen una madeja de enorme interés sobre el amor, la entrega y el compromiso. También tiene gran mérito en el capítulo interpretativo la tronchante jefa de prensa que compone Kristin Scott Thomas –asombroso cómo concilia familia y trabajo, y el modo en que maneja a los políticos–, y el difícil papel del jeque, que compone Amr Waked.

Empatiza hasta tal punto que uno, desde su butaca, se alegra de que el proyecto salga adelante, y se lamenta de que la vida del protagonista fluya cual salmón que debe ir contracorriente para avanzar. Ambos protagonistas contribuyen con su buen hacer y aunque a McGregor se le echa en falta algún que otro registro diferente, es perfecto para el papel. Blunt tiene encanto, y con eso le sobra y le basta porque su personaje, foco en más de una ocasión, no necesita de más recursos. El punto de comedia lo aporta Scott Thomas que engrandece cualquier papel que acepta. Su perseverancia y "visión de futuro" son de lo mejor de la película.
Un viaje por el mundo, en concreto a Yemen, que nunca viene mal, es en este caso un lugar tan perfecto como otro cualquiera para construir una historia de amor entre personas perdidas por motivos diferentes. A veces es mejor alejarse para ver con perspectiva.
Bajo la excentricidad y lo alocado del título, y de la propia historia en sí, la delicada pluma de la dirección y lo convincente de los diálogos la convierten en algo cercano y entrañable. Se enfrentan dos personajes antagónicos, el sentimental frente al racional, inmersos en diálogos placenteros, cargados del toque justo de humor e ironía, que son el anzuelo exacto para que "ávidos pececillos" como nosotros nos entreguemos por completo al espíritu y a la ilusión de la cinta.
Película que es una realidad por el derroche de ilusión puesto en ella, al igual que lo es el alocado proyecto de llevar salmones desde Escocia hasta Yemen con objeto de introducir su pesca en esas aguas que transcurren por arenosos desiertos.

Todo un acierto de amabilidad y entretenimiento que consigue el éxito gracias a la gran química existente entre sus dos personajes protagonistas, a los que dan vida Ewan McGregor y Emily Blunt, y a una soberbia Kristin Scott Thomas, en su rol de endiablada buscadora del provecho político, está genial. Desbordante de ironía, de energía, de vigor, de mando, de recursos, de sarcasmo...simplemente sobresaliente.
Ewan McGregor metido en un papel raro para él: un profesor anodino, insulso, con una vida que transcurre por cauces tristes y llevaderos... cual pez que se deja llevar por la corriente, cuando realmente quiere ser salmón que nada contra ella. Nunca es tarde para cambiar, para girar el rumbo y convertir la vida de uno mismo en lo que se quiere y se desea, por mucha pendiente que haya que remontar y mucho esfuerzo que cueste. Es una gran metáfora plasmada en el "remonte" río arriba del salmón, al igual que una escena de la cinta, en la que el propio doctor Jones está caminando en la misma dirección que todo el mundo por una calle londinense, cuando, de pronto, cambia de opinión, se gira y cambia su rumbo. DECIDE; decide, por sí mismo.
A veces, uno tiene que darse cuenta de que existen diferentes mareas en la vida, en la que uno, como nuestros protagonistas los salmones, puede elegir entre dejarse arrastrar por el agua o buscar nuevas rutas que nos conduzcan a un mejor caudal.

Tráiler:


Calificación: 4 de 6.

domingo, 20 de mayo de 2012

The Misfits (Vidas rebeldes) - (1961) - (Director: John Huston)




TÍTULO ORIGINAL: The Misfits

AÑO: 1961 
DURACIÓN: 124 min. 
PAÍS: EEUU.
DIRECTOR: John Huston.
GUIÓN: Arthur Miller.
MÚSICA: Alex North.
FOTOGRAFÍA: Russell Metty.

REPARTO:
 Clark Gable, Marilyn Monroe, Montgomery Clift, Thelma Ritter, Eli Wallach, Estelle Winwood, James Barton, Kevin McCarthy.

SINOPSIS:

Una joven (Monroe), que llega a Reno (Nevada) para divorciarse, conoce a un viejo vaquero (Clark Gable) y decide quedarse unos días en su cabaña. Poco después él descubre en las montañas una manada de caballos salvajes. Con la colaboración de un vaquero especialista en rodeos (Clift), decide capturarlos para vender la carne.

COMENTARIOS:

Gran película de almas perdidas y corazones solitarios. Con un espléndido reparto encabezado por tres grandes estrellas de cine en sus ocasos (Monroe, Clift y Gable). La película en gran manera retrata la vida de estos tres actores que nunca volverían a trabajar juntos en una película.El periplo decadente de sus protagonistas cuenta una historia oculta que conmueve más que la película: Marilyn Monroe (1926-1962) vivía una de sus peores crisis. Por entonces ya poseía una belleza crepuscular que la hacía mucho más atractiva sexualmente que antes, además de contar con un talento actoral ya muy destacado, pero vivía dando tumbos emocionales que la persiguieron toda la vida y en esta época de su comienzo de madurez física, mucho más. Estaba casada con el dramaturgo de fama internacional Arthur Miller (1915-2005), bastantes años mayor que ella. Era el guionista de esta película. Había problemas con el guion y, sobre todo, con Marilyn, de manera que John Huston le pidió que asistiera al rodaje y supervisara y corrigiera. Pasaban noches muy duras de escribiendo y atención psicológica de Marilyn, quien moriría un año después por exceso de barbitúricos.

Clark Gable era el buen padrazo protector, pero a sus 59 estaba muy cascado. La muerte de su adorada primera esposa, Carole Lombard, le marcó los últimos veinte años de vida. Era una relación muy apasionada que sólo duró desde 1939 a 1942, año en que ella murió en un accidente de avión. Gable se casó dos o tres veces después y murió del corazón antes de que esta película se estrenara.
Montgomery Clift sí haría tres películas más, y de las buenas, pero moriría en 1966 con 46 años, tras un complicad cocktail de alcohol y drogas. Siempre se dijo que era alguien de muy buen corazón, atormentado por su tendencia homosexual; fue un protegido de Elizabeth Taylor quien a menudo le sacó de apuros de todo tipo.


Esta es la despedida de tres actores de muy diferente estilo que tras el drama de solitarios del argumento padecían dramas personales muy profundos y tortuosos que acabaron a temprana edad con su vida.
Por todo esto Vidas rebeldes es mucho más que una película: un testamento muy peculiar en el que cada vez que la veo me parece que estas tres personas entrañables que me hicieron pasar tan buenos momentos a lo largo de mi vida.
Nos muestran cada quien, desde su respectivo punto de vista, la desesperanza, la tristeza del alma, su necesidad de buscar su rumbo en la vida. Sentirse al fin integrados a alguien o a algo. Y como cargan ellos sus historiales como si fueran un lastre muy pesado de años vividos en una muerte espiritual que en el caso sobre todo de ella (Marilyn Monroe) casi llega a la locura. El momento en el que esto seres se encuentran es épico. Nada es casualidad y esas tres almas se reúnen por que necesitan el apoyo entre si para tratar aunque sea involuntariamente de adaptarse a esta vida terrenal. Bien por Arthur Miller que exploro esta condición del ser humano.

La acción dramática tiene lugar en Reno (Nevada) a lo largo de unos pocos días de 1960. La bailarina Roslyn Taber (Monroe) acude a Reno para obtener un divorcio rápido y fácil. Allí conoce a Gay Langland (Gable), vaquero de unos 50 años, y a su amigo Guido (Wallach), mecánico, veterano de la IIGM, de unos 40 años. Poco después se une a ellos Perce Howland (Clift), amigo de Gay, joven trotamundos. Gay lucha por mantenerse libre e independiente. Guido, viudo, distrae su soledad pilotando una vieja avioneta. Perce pasea su amargura por un mundo que no entiende. Los tres tienen empleos marginales: Gay caza caballos salvajes con destino a la fabricación de comidas para perros, Guido regenta un pequeño taller mecánico propio y Perce malvive participando en rodeos. Roslyn, recién separada, es frágil y vulnerable.

El film suma drama, romance y western. Desarrolla un relato de personajes inadaptados, solitarios, desorientados y perdidos, que arrastran fracasos, desilusiones y frustraciones. Todos sobrellevan sentimientos de abandono y pérdida: Gay echa en falta a los hijos, Perce no ha asimilado la muerte del padre, Guido convive con el recuerdo del fallecimiento de su mujer y Roslyn estrena divorcio. La narración, melancólica y agridulce, se torna gradualmente dramática y trágica. El mal, la perversidad, el dolor y la muerte se hacen presentes con insistencia creciente. Al mismo tiempo emergen conflictos interiores de los personajes y problemas de relación interpersonal dentro del grupo, que amenazan la convivencia y llevan las situaciones al borde del abismo.

El realizador hace uso de simbolismos, paralelismos, sugerencias e indicaciones sutiles y punzantes. Cabe recordar los varios sentidos que atribuye a la manada de caballos (un garañón, cuatro yeguas y un potro), a la avioneta que pone a los animales en fuga, al potente camión de persecución, a la lucha cuerpo a cuerpo de Gay y el garañón, al desierto, a los peñascos amenazadores de la montaña, a los arriesgados números del rodeo, a la desesperación histérica de algún personaje, etc.






Tráiler:

Calificación: 6 de 6.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Out of Africa (Memorias de África) - (1985) - (Director: Sydney Pollack)




TÍTULO ORIGINAL Out of Africa

AÑO: 1985
DURACIÓN: 160 min.
PAÍS: EEUU.
DIRECTOR: Sydney Pollack.
GUIÓN: Kurt Luedtke (Novela: Isak Dinesen).
MÚSICA: John Barry
FOTOGRAFÍA David Watkin.

REPARTO:
Robert Redford, Meryl Streep, Klaus Maria Brandauer, Michael Kitchen, Malick Bowens, Michael Gough, Suzanna Hamilton, Rachel Kempson, Joseph Thiaka, Stephen Kinyanjui.

PREMIOS:

1985: 7 Oscars: Mejor película, director, guion, fotografía, dir. artística, bso, sonido
1985: Globos de Oro: Mejor película: Drama
1985: Premios David di Donatello: Mejor película y actriz extranjera (Meryl Streep)

SINOPSIS:

La acción se desarrolla en 1914 y nos presenta a la escritora Karen Blixen (interpretada por Meryl Streep), una mujer fuerte y decidida que junto a su marido (Klaus Maria Brandauer) posee una plantación de café en Kenia. Ella se enamora rápidamente del continente y sus gentes. Un día conoce a un misterioso cazador blanco (Robert Redford) por el que no puede evitar sentirse atraída. Juntos vivirán una fuerte pasión.
Uno de los más memorables romances épicos del cine de los años 80, ganadora de 7 Oscar en 1985: mejor película, director, guion, fotografía, música, dirección artística y sonido. Se trata de una de las mejores películas del tándem formado por el realizador Sydney Pollack y el actor Robert Redford, entre las que figuran Los tres días del cóndor o Las aventuras de Jeremiah Johnson. En esta ocasión, Pollack adapta varias novelas de la escritora Isak Dinesen. La inolvidable música es obra del magistral compositor John Barry (Bailando con lobos).

COMENTARIOS:




"Memórias de África" es una de esas películas que tienen un aura de nostalgia y que tiene todos los matices de ciertas películas de John Ford o John Huston: una historia de amor capaz de encandilar a diversas generaciones, la superación personal, grandes paisajes, unos actores en permanente estado de gracia,...
La historia cuenta la llegada de Karen Christensen Dinesen (una Meryl Streep increíble) a África para casarse con el barón Hans Blixen (Klaus Maria Brandauer) y cultivar en un principio ganado.
Al pasar el tiempo, el barón resulta ser un mujeriego, por lo que Karen decide centrarse más en su papel en esta nueva tierra. A lo largo de la película, se ve cómo poco a poco se va involucrando cada vez más por la gente y la tierra africana.
Un día, estando con un viejo conocido llamado Denys George Finch Hatton (un guapo y genial Robert Redford), un cazador bastante enigmático y con unos ideales algo prematuros para la época empieza la historia de amor entre ambos, y ahí es cuando la película cobra las más altas cotas de genialidad, y es que ver a Streep y a Redford sentados almorzando, o alrededor de una hoguera es algo que pocas veces sucede.



Meryl Streep interpreta a Karen una mujer que en un principio intenta pasar de puntillas por África, y poco a poco, empieza a involucrarse cada vez más, hasta el punto que trabaja por y para dicho continente. Streep demuestra de nuevo que es una actriz capaz de interpretar cualquier papel con gran maestría, y es que el personaje de Karen es uno de esos que convierten a un actor en leyenda. La gran pena es que no le dieron el Oscar, pero quizás Geraldine Page lo merecía desde hacia mucho antes.
Hay ciertas escenas que han quedado para la posteridad y que esta película ha conseguido que sean un referente: por ejemplo, la escena cuando Redford le está lavando la cabeza a Streep, o el vuelo con el avión con la preciosa banda sonora de fondo.
Sin duda, es la película más conocida de Sidney Pollack y la más ambiciosa. Hay que reconocer la maestría de este hombre en esta ocasión, los paisajes de África nunca estuvieron mejor retratados.
Pollack factura una magna obra, a partir de susodichas memorias e ingredientes, con el telón de fondo del sempiternamente anacrónico tema del colonialismo, en aquella época del colonialismo en plena ebullición en el continente africano, en las llanuras de Amboseli, un tanto alejados de las escaramuzas políticas de la capital, Nairobi, y entre rumores que atañían a la reina Victoria de Inglaterra, repartiéndose alegremente el yermo terreno africano con su nieto, el kaiser Guillermo, a quien según cuentan de oídas los lugareños, le regaló las montañas del Kilimanjaro pues no poseía montaña alguna de la cual presumir...



Lo peor: puede que el personaje de Redford debiera tener un poco más de importancia.
Datos interesantes: el trío Streep-Redford-Pollack estuvo a punto de volver a juntarse en el año 1995. Y es que se barajó a Pollack como director de "Los puentes de Madison" y a Redford como actor principal. Pero bueno, Eastwood hizo una gran película.
Como si de una historia de Julio Verne se tratara, Pollack va desmenuzando página a página las fantásticas memorias de la interfecta para ir componiendo una sólida estructura, cargada de poesía narrativa y plástica, a través de una fotografía y una banda sonora realmente apabullantes...
La eterna fascinación de lo desconocido y del continente africano en particular, origen y cuna de cualquier atisbo de vida, está milimétrica y detalladamente descrita en esta fascinante epopeya edénica sobre la vida en territorio salvaje, y en mitad de una nociva influencia del hombre occidental; la propiedad privada y la rapiña originaria en la que se basa según la irrefutable ley del más fuerte.



Sin dejar de destacar tampoco las brillantes interpretaciones de un reparto coral en estado de gracia, fundamentalmente a cargo de una descomunal Meryl Streep y un majestuoso Robert Redford, y sin olvidarnos tampoco de una carismática interpretación de un contenido Klaus Maria Brandauer...








Tráiler:

Calificación: Excelente.


lunes, 14 de mayo de 2012

3 Fois 20 ans (Tres veces 20 años) - (2011) - (Director: Julie Gavras)



TÍTULO ORIGINAL: 3 Fois 20 ans

AÑO: 2011
DURACIÓN: 88 min.
PAÍS: Francia.
DIRECTOR: Julie Gavras.
GUIÓN: Olivier Dazat, Julie Gavras .
MÚSICA: Sodi Marciszewer .
FOTOGRAFÍA: Nathalie Durand.

REPARTO:

William Hurt, Isabella Rossellini, Doreen Mantle, Kate Ashfield, Aidan McArdle, Arta Dobroshi, Luke Treadaway, Leslie Phillips, Hugo Speer, Joanna Lumley.

PREMIOS 2011: Festival de Sevilla: Premio Jurado Campus

SINOPSIS:

TRES VECES 20 AÑOS es una comedia romántica. Pero Mary y Adam no son la típica pareja de 20 o 30 años; tienen casi 60. Como la mayor parte de las parejas de 60 años del siglo XXI, son muy activos. Y además, lo hacen con estilo. Compaginan hijos, nietos, trabajo y amigos con las penas y alegrías de la vida de casados.
Hasta que un día descubren, con gran sorpresa, que ya han entrado en el colectivo de la tercera edad. Y reaccionan ante esta realidad de forma muy diferente.

La actitud de Adam es tan desesperada como su negación, buscando la fuente de la eterna juventud. Por el contrario, Mary decide encarar la situación haciendo lo que mejor sabe hacer: cuidar de su marido y su familia, pero sus “preparativos para envejecer”, malévolamente cómicos, asustan a su familia y amigos.
El enfrentamiento se hace inevitable y la separación también. Hijos, nietos, padres y amigos intentan reconciliarlos. Pero, ¿no deberían dejar que la vida se encargara de eso?

COMENTARIOS:

Segunda cinta de ficción de la realizadora Julie Gavras, hija del reputado realizador Costa-Gavras, Julie Gavras tiene una carrera labrada entre un documental (“Le corsaire, le magicien, le voleur et les enfants”) y un largometraje con el que fue a Sundance (“La culpa la tiene Fidel”). De momento el estigma de ser la hija de un director en activo como Costa-Gavras, y con una carreta tan consolidada sobre todo del cine político, sigue siendo evidente.

Tres veces 20 años es una bonita comedia romántica sobre la familia, el paso del tiempo y la aceptación de la madurez. Este tema está cada vez más presente en el cine y no es de extrañar, estamos llegando a un momento en que la juventud se ha alargado más de una década y no se sabe muy bien cuando llega la verdadera vejez.
William Hurt e Isabella Rossellini interpretan a una pareja que está a punto de llegar a los 60 años y de golpe y porrazo se dan cuenta de que aunque se sienten jóvenes y tienen ganas de hacer cosas, la sociedad ya no los mira como antes. Las maneras contrapuestas de afrontar esta situación que adoptan ambos personajes es lo que desencadena la trama.
En esta cinta nos encontramos a una directora francesa rodando en Londres una historia sobre una familia multicultural. Obviamente, todo esto repercute en el tono y el ritmo de la película.

Aunque está claro que Julie Gavras quería hacer un homenaje al país que ha dado los mejores ejemplos del género de los últimos 20 años, lo cierto es que su contención en ciertos momentos le resta efecto al conjunto. Por ejemplo, aunque la pareja protagonista es perfectamente creíble a la vez que entrañable, la mayor parte de los secundarios se quedan cortos. Y  ya que en este género es con estos personajes con los que te puedes soltar la melena y darles algo más de histrionismo para acentuar el toque cómico, es una pena que los variopintos hermanos, la amiga ultra-feminista o la madre italiana sólo tengan pequeños momentos de humor brillante.
Film hermoso que no sé porque no ha brillado en la distribución. Pero volviendo a la cinta, es un guion sencillo que brinda la oportunidad a aquellos sesentones (as), aproximarse a la verdad de saber cuándo se inicia el viaje de regreso. Pero para todas las edades, el mensaje es amar con toda pasión lo que gira a nuestro alrededor y que aún nos resignamos a dejar. Además, que con la edad, viene la libertad.

Historia pues que nos invita a interpretarnos a nosotros mismos acorde con la edad, que hay que envejecer con dignidad, y, sobre todo, sentirse siempre bien; que de nada vale esconderse detrás de uno mismo sobre todo cuando no se siente la premonición del “Destino”, que aún no envía al mismo tiempo, recados o acontecimientos qué divulgar.

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Calificación: 3 de 6.