TÍTULO ORIGINAL: The Misfits
AÑO: 1961
DURACIÓN: 124 min.
PAÍS: EEUU.
DIRECTOR: John Huston.
GUIÓN: Arthur Miller.
MÚSICA: Alex North.
FOTOGRAFÍA: Russell Metty.
REPARTO:
Clark Gable, Marilyn Monroe, Montgomery Clift, Thelma Ritter, Eli Wallach, Estelle Winwood, James Barton, Kevin McCarthy.
SINOPSIS:
Una joven (Monroe), que llega a Reno (Nevada) para divorciarse, conoce a un viejo vaquero (Clark Gable) y decide quedarse unos días en su cabaña. Poco después él descubre en las montañas una manada de caballos salvajes. Con la colaboración de un vaquero especialista en rodeos (Clift), decide capturarlos para vender la carne.
COMENTARIOS:
Gran película de almas perdidas y corazones solitarios. Con un espléndido reparto encabezado por tres grandes estrellas de cine en sus ocasos (Monroe, Clift y Gable). La película en gran manera retrata la vida de estos tres actores que nunca volverían a trabajar juntos en una película.El periplo decadente de sus protagonistas cuenta una historia oculta que conmueve más que la película: Marilyn Monroe (1926-1962) vivía una de sus peores crisis. Por entonces ya poseía una belleza crepuscular que la hacía mucho más atractiva sexualmente que antes, además de contar con un talento actoral ya muy destacado, pero vivía dando tumbos emocionales que la persiguieron toda la vida y en esta época de su comienzo de madurez física, mucho más. Estaba casada con el dramaturgo de fama internacional Arthur Miller (1915-2005), bastantes años mayor que ella. Era el guionista de esta película. Había problemas con el guion y, sobre todo, con Marilyn, de manera que John Huston le pidió que asistiera al rodaje y supervisara y corrigiera. Pasaban noches muy duras de escribiendo y atención psicológica de Marilyn, quien moriría un año después por exceso de barbitúricos.
Clark Gable era el buen padrazo protector, pero a sus 59 estaba muy cascado. La muerte de su adorada primera esposa, Carole Lombard, le marcó los últimos veinte años de vida. Era una relación muy apasionada que sólo duró desde 1939 a 1942, año en que ella murió en un accidente de avión. Gable se casó dos o tres veces después y murió del corazón antes de que esta película se estrenara.
Montgomery Clift sí haría tres películas más, y de las buenas, pero moriría en 1966 con 46 años, tras un complicad cocktail de alcohol y drogas. Siempre se dijo que era alguien de muy buen corazón, atormentado por su tendencia homosexual; fue un protegido de Elizabeth Taylor quien a menudo le sacó de apuros de todo tipo.
Esta es la despedida de tres actores de muy diferente estilo que tras el drama de solitarios del argumento padecían dramas personales muy profundos y tortuosos que acabaron a temprana edad con su vida.
Por todo esto Vidas rebeldes es mucho más que una película: un testamento muy peculiar en el que cada vez que la veo me parece que estas tres personas entrañables que me hicieron pasar tan buenos momentos a lo largo de mi vida.
Nos muestran cada quien, desde su respectivo punto de vista, la desesperanza, la tristeza del alma, su necesidad de buscar su rumbo en la vida. Sentirse al fin integrados a alguien o a algo. Y como cargan ellos sus historiales como si fueran un lastre muy pesado de años vividos en una muerte espiritual que en el caso sobre todo de ella (Marilyn Monroe) casi llega a la locura. El momento en el que esto seres se encuentran es épico. Nada es casualidad y esas tres almas se reúnen por que necesitan el apoyo entre si para tratar aunque sea involuntariamente de adaptarse a esta vida terrenal. Bien por Arthur Miller que exploro esta condición del ser humano.
La acción dramática tiene lugar en Reno (Nevada) a lo largo de unos pocos días de 1960. La bailarina Roslyn Taber (Monroe) acude a Reno para obtener un divorcio rápido y fácil. Allí conoce a Gay Langland (Gable), vaquero de unos 50 años, y a su amigo Guido (Wallach), mecánico, veterano de la IIGM, de unos 40 años. Poco después se une a ellos Perce Howland (Clift), amigo de Gay, joven trotamundos. Gay lucha por mantenerse libre e independiente. Guido, viudo, distrae su soledad pilotando una vieja avioneta. Perce pasea su amargura por un mundo que no entiende. Los tres tienen empleos marginales: Gay caza caballos salvajes con destino a la fabricación de comidas para perros, Guido regenta un pequeño taller mecánico propio y Perce malvive participando en rodeos. Roslyn, recién separada, es frágil y vulnerable.
El film suma drama, romance y western. Desarrolla un relato de personajes inadaptados, solitarios, desorientados y perdidos, que arrastran fracasos, desilusiones y frustraciones. Todos sobrellevan sentimientos de abandono y pérdida: Gay echa en falta a los hijos, Perce no ha asimilado la muerte del padre, Guido convive con el recuerdo del fallecimiento de su mujer y Roslyn estrena divorcio. La narración, melancólica y agridulce, se torna gradualmente dramática y trágica. El mal, la perversidad, el dolor y la muerte se hacen presentes con insistencia creciente. Al mismo tiempo emergen conflictos interiores de los personajes y problemas de relación interpersonal dentro del grupo, que amenazan la convivencia y llevan las situaciones al borde del abismo.
El realizador hace uso de simbolismos, paralelismos, sugerencias e indicaciones sutiles y punzantes. Cabe recordar los varios sentidos que atribuye a la manada de caballos (un garañón, cuatro yeguas y un potro), a la avioneta que pone a los animales en fuga, al potente camión de persecución, a la lucha cuerpo a cuerpo de Gay y el garañón, al desierto, a los peñascos amenazadores de la montaña, a los arriesgados números del rodeo, a la desesperación histérica de algún personaje, etc.
Tráiler:
Calificación: 6 de 6.
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