miércoles, 24 de octubre de 2012

Harper (Harper, investigador privado) - (1966)



TÍTULO ORIGINAL: Harper

AÑO: 1966

DURACIÓN: 121 min.

PAÍS: EE.UU.

DIRECTOR: Jack Smight.

GUIÓN: William Goldman (Novela: Ross MacDonald).

MÚSICA: Johnny Mandel.

FOTOGRAFÍA: Conrad Hall.

REPARTO:

Paul Newman, Lauren Bacall, Julie Harris, Shelley Winters, Robert Wagner, Janet Leigh, Arthur Hill, Pamela Tiffin, Robert Webber.

SINOPSIS:

La acción tiene lugar en Los Ángeles, a lo largo de unas dos semanas, en 1965. Narra una historia de Lew Harper (Paul Newman), investigador privado, perspicaz, lacónico, hábil, escéptico, solitario y tenaz. Investiga la desaparición de Ralph Sampson, debida a un secuestro según su mujer, Elaine (Lauren Bacall), discapacitada física, acaudalada y de espíritu independiente. El caso se complica de modo imprevisible.

COMENTARIOS:

La película es un homenaje al cine negro americano de los 40, en especial al subgénero de detectives privados, como "El sueño eterno" (1946), de H. Bogart (Philip Marlowe) y L. Bacall. El desarrollo de la trama pone al descubierto un mundo de personajes turbios, alcohólicos, individualistas y corruptos; de negocios ilegales relacionados con el tráfico y explotación de personas; y de comportamientos criminales. Para el film la trama no es tan importante como el dibujo de los personajes singulares que intervienen y la descripción de sus comportamientos. El éxito de taquilla y crítica de la obra impulsó un revival transitorio del cine negro, conocido como "neocine-negro de los 60", que tendría su réplica en el "nuevo cine negro" de finales de los 80 y principios de los 90 ("La muerte golpea dos veces", John Dahl, 1989). La definición de los personajes se completa y matiza con ayuda de los escenarios arquitectónicos, geográficos y decorativos en los que habitan: soledad de Susan (Janet Leigh), desorden de Fay (Shelley Winters), frustración de Betty (Julie Harris), indolencia de Allan (Robert Wagner), superficialidad de Miranda (Pamela Tiffin). La obra no alcanza los niveles de fascinación de los films que homenajea, pero describe con maestría las excentricidades de los personajes. La obra aporta buenas interpretaciones, una dosis elevada de misterio, un clima de suspense sostenido, una trama consistente, un protagonista anti-héroe y un crescendo dramático basado en la aparición ininterrumpida de nuevos interrogantes.

La música ofrece una bonita partitura original de aires sesenteros, rítmicos y melódicos, con temas como "Harper", "Sure As You're Born" (Sam Fletcher) y "Susan". Añade una canción para la ocasión de André Previn, "Livin' Alone" (Julie Harris). La fotografía, en panavisión, juega con segundos y terceros planos y con los extremos de la pantalla, en los que sitúa elementos de la acción. Es destacable el plano en el que la imagen de Fay se refleja en tres espejos. El guión elabora una historia sólida y efectiva. Trata con desprecio la homosexualidad, de acuerdo con los cánones del momento. La interpretación de Newman es brillante en su primer film policíaco. Bacall y Leigh están magníficas. La dirección crea una obra consistente, de excelente contenido.

Estamos ante una más que interesante propuesta de historia de detectives. No cabe duda de que esta película se ciñe en los clásicos policíacos de los años sesenta como "Bullit" pero trata de elaborar una trama, con sus respectivos giros argumentales y unos personajes que la hacen más propia del cine negro de los años cuarenta. Digamos sencillamente, que la película sabe recoger cada uno de los mejores elementos de esas épocas mencionadas y los combina de forma soberbia.

Al principio, consideré que a la película le costaba arrancar mi interés, craso error el mío, pues poco después, lo que parecía una trama de lo más sencilla se convierte en todo un entramado de situaciones donde la trama adquiere cada vez mayor complejidad e interés donde nadie es lo que parece ser y donde las traiciones son el pan de cada día. Tampoco se puede negar que el gran encanto de que esta película reside en su espectacular reparto, resaltando la figura del gran Paul Newman, que toma el personaje de una forma totalmente convincente haciéndole de lo más carismático. Y es que a los pocos minutos uno tiene la sensación de que Newman haya nacido para interpretar al detective Harper.

Pese a no ser una obra maestra, es una muy buena película de detectives que recoge lo mejor del género en sus respectivas épocas y con un Paul Newman que pone la guinda en el pastel gracias a su incuestionable carisma. El resultado es una película absolutamente entretenida y descaradamente bien hecha. Chapeau, Paul.

Tráiler:


Calificación: Excelente.

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