viernes, 27 de junio de 2014

Steve McQueen (Actor)




“Nunca he sabido si McQueen era un gran actor, pero tengo claro que llenaba la pantalla y que yo pagaba por verle”. Esta frase, pronunciada por un crítico de cine, se ajusta perfectamente a lo que fue Steve McQueen para el mundo el cine. Un mito, un icono. “The King of Cool”.


Poseedor de la  segunda mejor mirada azul del cine (la primera, la tenía Paul Newman), Steve McQueen hizo bueno aquello de vive rápido, muere joven y deja un bonito cadáver. 

Steve McQueen, “The King of Cool”

 
Nacido Terence Stephen McQueen el 24 de marzo de 1930 en un suburbio de Mineápolis, concretamente en Beech Grove (Indiana, USA), el futuro actor tuvo una infancia marcada por la dureza y el abandono. Huérfano de padre, persona a quien jamás conoció, se crio junto a su alcohólica e inmadura madre. Con tres años se trasladó momentáneamente a Missouri junto a su tío mientras su madre probaba fortuna en Los Angeles. Disléxico y sordo de un oído, McQueen pronto se dio a la delincuencia juvenil. Vista su conducta, a los 14 años fue enviado a un colegio para chicos difíciles, el Junior Boy’s Republic de la localidad de Chino. Se fugó y volvió al reformatorio dos veces.

 
 
En 1946, con 16 años, volvió a vivir junto a su madre, quien se había comprado un piso con su nuevo novio en Nueva York. La experiencia resultó fallida y Steve acabó por encontrar trabajo como grumete, fugándose finalmente del carguero donde trabajaba cuando atracó en la República Dominicana. Se pasó dos meses ejerciendo de chico de las toallas en un hotel-burdel. Tras conseguir el dinero suficiente para poder pagarse el viaje de vuelta a los Estados Unidos, Steve se pegó todo un año de trabajo en trabajo: obrero en los campos de petróleo de Texas, leñador en Canadá, empleado de una feria ambulante… Finalmente ingresó en el cuerpo de Marines del ejército americano. Su carrera militar duró tres años, tiempo suficiente para cometer todo tipo de tropelías y escándalos. A modo de curiosidad, cabe destacar que la temprana muerte de McQueen (a los 50 años) se debió principalmente al amianto inhalado durante su estancia en el cuerpo.



En "Marcado por el odio", su primera película


Tras licenciarse como Marine, Steve se dio unas buenas vacaciones en Myrtle Beach rodeado de mujeres, alcohol y fiesta. Cuando se le acabó el dinero no tuvo otro remedio que volver a Nueva York. McQueen consiguió comprarse un piso en Greenwich Village, pagando el alquiler a base de pequeños trabajos. La futura superestrella no tenía ni agua corriente en casa.  Tras meditar seriamente qué hacer con su vida, Steve, aconsejado por una de sus novias de aquella época, se metió a aprender interpretación en la Neighborhood Playhouse. McQueen se tomó muy en serio el mundillo de la interpretación. Era lo primero que le había importado en su vida. De allí pasó a conseguir una plaza en el Uta Hagen-Herbert Berghof Dramatic School de Manhattan, y finalmente, dio el salto al mítico Actor’s studio. Steve consiguió su primer papel en Broadway en 1956, sustituyendo a Ben Gazzara en la obra a “A Hatful of Rain”. Sin embargo, lo mejor que le pasó a McQueen en aquella época fue conocer a la que sería su primera mujer, Neile Adams, cantante y bailarina en alza. Con ella tendría dos hijos, Chad y Terry. Gracias a Neile Steve conseguiría además a su primer manager, Hillard Elkins, con quien no congenió en un principio.

 
"Con su primera esposa"

Tras trasladarse a California y casarse en 1956, Steve consiguió su primer “papel” en el cine: una aparición de apenas unos segundos en la cinta “Marcado por el odio”, protagonizada por la estrella emergente Paul Newman. Desde entonces, la relación entre McQueen y Newman se caracterizó por la competitividad y la envidia. En su primera película, Paul era el protagonista indiscutible y él un mero extra. Se juró a sí mismo que lo acabaría superando. Lo conseguiría dos décadas después en “El coloso en llamas”.



Los actores de "Los siete magníficos"


El western “Los siete magníficos”, remake de la magnífica cinta de Akira Kurosawa “Los siete samuráis”, puede que se trate de una de las películas en las que mejor puede observarse cómo un secundario le roba el protagonismo a la estrella del film. Yul Brynner, actor totalmente consagrado y con un Óscar en el bolsillo, nunca vio con buenos ojos la habilidad que Steve tenía para atraer la atención de la cámara. Era un “roba planos” de libro. Lo mejor es que el resto de actores del reparto se dieron cuenta de las artimañas de Steve y no se les ocurrió mejor idea que imitarle. McQueen sabía que su papel en la película era la gran oportunidad que había esperado todos esos años y no la iba a desaprovechar. De hecho, llegó a fingir un accidente de coche para que la productora Four Stars, quien financiaba la serie “Wanted”,  le diera vía libre.



 
Rodada en Cuernavaca, un pueblecito mexicano, el rodaje  de “Los siete magníficos” pronto se convertiría en un campo de batalla. En la escena en la que los siete vaqueros del título tienen que atravesar un riachuelo, con Brynner a la cabeza, Steve se agachó a recoger un poco de agua con el sombrero mientras la cámara le grababa. Charles Bronson, otro intérprete del film, siguió el ejemplo de McQueen y comenzó a desabrocharse la camisa. Brynner se quedó de piedra. Según el director, McQueen se pasó todo el rodaje “cazando moscas”, “moviendo el sombrero” y haciendo todo tipo de trucos con el fin de llamar la atención del espectador. De hecho, se llegó a aislar del resto del reparto. Nada de hacer amigos, había que superarles. Steve se entretuvo durante el rodaje fumando marihuana mexicana, corrigiendo sus diálogos del guión y recibiendo visitas de su mujer.



Con su mujer e hijos

Brynner, al ver que McQueen le comía terreno, intentó atraer la atención sobre su persona quitándose el sombrero en una escena. Su calva consiguió que Steve no le robara ese plano. Sin embargo, McQueen se la devolvió poco después: como Yul era más bajo que Steve, se hizo un montoncito de tierra en una secuencia para elevar su altura. McQueen tenía que dar vueltas a su alrededor mientras decía sus frases. Cada vez que pasaba al lado de Brynner le daba “accidentalmente” una patada al montón de tierra hasta que finalmente consiguió convertirlo en un agujero. Yul llegó a enfadarse tanto por lo ocurrido que ordenó a sus guardaespaldas que vigilaran a Steve. Ya daba igual. McQueen, un chico curtido en la calle y habituado a montar a caballo y utilizar armas de fuego tenía todas las de ganar en una cinta de vaqueros, mientras que Brynner, hombre de ciudad, no se encontraba en su entorno habitual.


 

Para añadir más leña al fuego, la productora United Artists ideó una estrategia para mantener la película en los titulares. Apareció en la prensa un artículo sobre supuestas “diferencias creativas” entre Brynner y McQueen. Eli Wallach, el villano de la película, llegó a afirmar que el rodaje era “una total paranoia mutua”. Yul se enfadó tanto por el artículo que, agarrando a Steve por el hombro, le dijo que “era una estrella consagrada y que no tenía peleas con actores secundarios”. Steve le respondió: “¡Quítame tus asquerosas manos de encima o acabarás en el suelo!”. Como más tarde reconoció Steve, “Yul era un tipo nervioso. Creo que yo representaba una amenaza para él. No monta bien a caballo, y no sabe nada sobre desenfundar y todo eso. Yo sé de caballos. Sé de armas. Yo estaba en mi elemento y él no”. Según el actor James Coburn, “McQueen estaba en su naturaleza. Un niño abandonado siempre lo desafía todo. Y él estaba poniendo a prueba a Yul”.






¿El resultado de todo esto? “Los siete magníficos” pronto se convirtió en un clásico del cine americano, al tiempo que Steve McQueen comenzaba a ser conocido por todo el mundo, y eso que interpretaba un papel secundario. Años después, ciertos compañeros de reparto (Coburn, Bronson y Vaughn) afirmaron que “Steve fue el chico listo de la película. El resto estábamos ocupados odiándole mientras él nos robaba el protagonismo”. “Esa película le convirtió en una estrella porque McQueen le besaba el culo a Sturges, hablaba con él, hacía las cosas a su modo”, llegó a confesar Phil Parslow, publicista de United Artists. “Steve se hizo más grande que todos los integrantes del cast. Más grande incluso que Brynner, porque Yul solo podía hacer una cosa. Steve podía hacer de todo y salir airoso. Estaba en el camino de convertirse en una mega estrella” añadió.
 
Steve McQueen estaba en la brecha: había conseguido su primer gran éxito, y todavía quedaba por llegar “La gran evasión”.

Fue nominado al Oscar por protagonizar "El Yang-tsé en llamas" (1966) y repitió el éxito con "Bullit" (1968).
 
A partir de entonces, McQueen fue combinando papeles de acción, como en la película de carreras de coches Le Mans, con papeles de carácter, como en "Papillon" (1973), demostrando que además de estrella era un buen actor. Otros papeles destacables son los de Cincinnati Kid en "El rey del juego" y su participación en las películas de Sam Peckimpah "Junior Bonner" y "La huida".


Con Paul Newman en "El coloso en llamas"

Después de Paul Newman, una de las mejores películas de catástrofe realizada en 1974, y en la que McQueen compartió el cartel con actores de la talla de Paul Newman o William Holden, se retiró por unos años del cine. Regresó en 1978 para actuar en An Enemy of the People.
McQueen fue un gran aficionado de la adrenalina, de las motocicletas y de los automóviles de carreras. Amaba las máquinas veloces y aprovechaba cada ocasión que se le presentaba para conducir él mismo los vehículos en las escenas de sus películas en las que había persecuciones de motocicletas o automóviles. En el transcurso de su carrera de actor llegó a considerar seriamente convertirse en piloto de carreras. Fue uno de los amigos personales del maestro de artes marciales Bruce Lee y se entrenó en Jeet Kune Do.
 
Después de 1978 McQueen protagonizó dos películas más, en una de las cuales, Tom Horn, destaca por su excelente interpretación.



"Cazador a sueldo", su última película




"La huida" con Ali MacGraw


Ali MacGraw durante en la película The Getaway de 1972, que protagonizó junto Steve McQueen, se convertiría en su segunda esposa.

Steve McQueen y Ali MacGraw demuestran una más que perfecta compenetración como la pareja protagonista, tanto que se enamoraron en el rodaje y se casaron. Sin embargo si hay algo achacable al film es precisamente el trabajo de MacGraw. La actriz era una top model que probó suerte en el mundo del cine y consiguió un gran éxito con aquella ñoñería de ‘Love Story’ (id, Arthur Hiller, 1970), película que hizo llorar a medio planeta. Su evidente compenetración con McQueen se debe más a su enamoramiento real que a un trabajo de actriz. Ésta se muestra sosa y sin fuerza durante todo el metraje. McQueen por su lado demuestra que es uno de los mejores en esa clase de actores físicos a los que le llega con su sola presencia. No podemos olvidarnos del fordiano Ben Johnson que da vida a Jack Beynon, el hombre que saca a Don de la cárcel, algo para lo que llegará a un especial acuerdo con la mujer de Don y que tendrá fatales consecuencias. McQueen y Peckinpah se llevaron con muy buen humor durante el rodaje. Más tarde  Peckinpah se sintió traicionado cuando el actor cambió a última hora lavanda sonora de Jerry Fielding- uno de los grandes amigos del director- sustituyéndola por otra de Quincy Jone. MaQueen también supervisó un montaje a su gusto sin contar con la opinión del director. Al final el resultado es lo que cuenta y "La huida" es enérgica, vibrante y llena de emoción, algo que le faltaba al remake  de 994 de Roger Donaldson. La película devolvió a MacQueen el prestigio que había perdido por sus anteriores películas y Peckinpah alcanzó la cina de su carrera.




 
Su vida sentimental fue inestable. Se casó con su tercera y última esposa, Barbara McQueen Brunsvold, en enero de 1980: diez meses antes de morir. Antaño estuvo casado con la también actriz Ali MacGraw y antes con la madre de sus dos hijos.

Estuvo en la famosa lista negra de la secta del asesino Charles Manson: La familia. En cuanto se enteró de que Sharon Tate fue asesinada y que él podía ser el siguiente, se compró una pistola que siempre llevaba.
 
Steve McQueen murió de cáncer de pulmón el 7 de noviembre de 1980, a la temprana edad de cincuenta años, en Ciudad Juárez, Chihuahua (México). Se cree que su enfermedad pudo estar relacionada con la inhalación del asbesto de los trajes de carreras de coches.

Filmografía:


Cazador a sueldo (1980)




Tom Horn (1980)




El enemigo del pueblo (An Enemy of the People) (1978)





El coloso en llamas (1974)





Papillon (1973)





La huida (1972)





Junior Booner (1972)





Le Mans (1971)





Los rateros (The Reivers) (1969)





Bullitt (1968)





El caso de Thomas Crown (1968)





El Yang-Tsé en llamas (1966)





Nevada Smith (1966)





El rey del juego (1965)








Baby the Rain Must Fall (1965)






Amores con un extraño (1963)




Soldier in the Rain (1963)






La gran evasión (1963)





The War Lover (1962)





Hell Is for Heroes (1962)






The Honeymoon Machine (1961)






Los siete magníficos (1960)






Asalto al banco de St. Louis (1959)






Cuando hierve la sangre (1959)






The Blob (1958)







Never Love a Stranger (1958)




 
Somebody Up There Likes Me (1956)


 
 
 
 

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