jueves, 5 de junio de 2014

Touch of Evil (Sed de mal) - (1958) - (Director: Orson Welles)



Sed de mal

Título original: Touch of Evil

Año: 1958

Duración: 108 min.

País: Estados Unidos.

Director: Orson Welles.

Guión: Orson Welles (Novela: Whit Masterson)

Música: Henry Mancini.

Fotografía: Russell Metty.

Reparto:

Charlton Heston, Janet Leigh, Orson Welles, Marlene Dietrich, Joseph Calleia, Akim Tamiroff, Dennis Weaver, Ray Collins, Mercedes McCambridge, Joseph Cotten, Zsa Zsa Gabor.

Género: Cine negro.

Sinopsis:

Un agente de la policía de narcóticos (Heston) llega a la frontera mexicana con su esposa justo en el momento en que explota una bomba. Inmediatamente se hace cargo de la investigación contando con la colaboración de Quinlan (Welles), el jefe de la policía local, muy conocido en la zona por sus métodos expeditivos y poco ortodoxos. Una lucha feroz se desata entre los dos hombres, pues cada uno de ellos tiene pruebas contra el otro.

COMENTARIOS:

En otoño de 1956, la Universal le ofrece a Orson Welles un papel en Man in the Shadow, que aquí se tituló Sangre en el rancho, dirigida por Jack Arnold, el de clásicos de la ciencia ficción como La mujer y el monstruo (1954) o El increíble hombre menguante (1957). No se trata de una película memorable, pero el productor Alfred Zugsmith queda satisfecho con el trabajo de Welles y quiere contratarle para interpretar a un policía corrupto en una película barata y rutinaria que iba a protagonizar Charlton Heston, un actor que está a punto de convertirse en una gran estrellas después de su Moisés en Los diez mandamientos de Cecil B. DeMille que se estrena ese mismo año.




¿Por qué iba a rodar Charlton Heston una película menor si ya tenía en cartera Horizontes de grandeza o Ben-Hur? Pues porque le debe una película -por contrato- a la Universal. Pero ¿por qué ésa de serie B? Pues porque Heston, enterado de que Welles interpretará un papel, les hace saber a la Universal que estaría dispuesto a rodar cualquier película que el cineasta dirigiera. Y la productora transige. Que Welles la dirija es un riesgo controlado tratándose de una película barata. En fin, uno sigue pensando que los dioses lares del cine metieron baza en el asunto, por más que Charlton Heston siempre se distinguió por su deseo de trabajar con directores -con una mirada personal- y, llegado el caso, defenderlos y respaldarlos. Lo hará también con Nicholas Ray (55 días en Pekín) y con Sam Peckinpah (Mayor Dundee). En el fondo, Welles suspiraba por una nueva oportunidad en Hollywood. ¿Recordáis lo que decíamos a propósito de La dama de Shanghai? En el cine de Welles, un hombre es siempre un hombre atrapado. Hasta el punto de que acepta reescribir el guión y dirigir la película por el mismo salario que iba a cobrar como actor. Lo contratan a primeros de enero de 1957 y un mes después, con fecha 5 de febrero, entrega el guión de una película que se titulará Touch of Evil cuando llegue el momento de su estreno.




La novela -Badge of Evil de Whit Masterson (seudónimo de Robert Wade y William Miller)- se había publicado en 1956, la Universal lo compró y le encargó la adaptación a Paul Monash, un guionista de series policíacas de televisión. El guión de Monash fechado el 21 de julio de 1956 servirá de base a la reescritura de Welles. Entre los cambios más significativos que se le deben al cineasta señalaremos el cambio de escenario, que se traslada a un villorrio de la frontera mejicana llamado Los Robles, y la inversión de la nacionalidad de los personajes principales, Miguel Vargas (Charlton Heston) será un investigador federal mejicano, su mujer -Susan (Janet Leigh)- será una joven de Filadelfia y Hank Quinlan (Orson Welles), un policía corrupto americano. Vale la pena leer la descripción que hace Welles de su personaje en la relación de personajes que encabeza el guión: Si el éxito de un policía se midiera por el número de condenas que haya conseguido, Quinlan estaría cerca de ser un gran hombre. Pero también es un matón y un intolerante. Se ve a sí mismo como un servidor público, pero también como un instrumento de la justicia inspirado por la divinidad. Representa los valores opuestos a los que encarna Vargas, y su dedicación personal es tan completa como la suya. Cuando la historia termine se habrá convertido no sólo en un criminal sino en un asesino, pero esto no será debido a ningún compromiso ni a ninguna desviación de sus principios, sino que derivará lógicamente de la extensión de los mismos. ¿Hace falta decirlo? Una vez más, el hombre atrapado, esta vez por sus propios principios.




Otro de los giros que introduce Welles en el guión de Monash convierte a la familia Grandi (encabezada por el gran Akim Tamiroff) en una amenaza para Susan, más que para Vargas, y una turbia sexualidad se infiltra entonces en la trama oscura y asfixiante de la película a través de la pesadilla que experimentará Janet Leigh, en paralelo a la trama de corrupción policial que constituye la espina dorsal de Touch of Evil. En el último momento, Welles incluye dos personajes: Tanya (Marlene Dietrich), la amiga del pasado de Quinlan, y el empleado del motel, encarnado por Dennis Weaver, en el que Susan sufrirá el acoso y los abusos de los Grandi.

Imprescindible para todos aquellos amantes del cine de género negro. En lo personal “Sed de mal”, después de “Citizen Kane” (1941) es la mejor obra del mítico director Orson Welles. Al comienzo de la cinta el propio Welles ruega de ante mano a los productores, que respeten los cambios y modificaciones hechas al filme después de muchas horas de duro trabajo por parte del director de “El cuarto mandamiento” (1942) ya que al parecer la cinta original sufrió varios cortes y permaneció durante muchos años mutilada, lo que mermó en la esencia del filme.




De todas formas la obra de Welles puso un broche de oro a las películas de cine negro norteamericano, donde nos encontramos con un filme donde su director derrocha técnica cinematográfica por donde se le mire, con planos secuencia de larga duración, planos de sombras, primeros planos y contrapicados imposibles de realizar; donde la figura del corrupto policía Hank Quinlan (Orson Welles) parece un gigante traído directamente desde cuentos de terror. En este aspecto la presencia de Welles es impresionante y fundamental en el desarrollo de la historia, y no sólo por los kilos acumulados por el director a través de los años, sino por su caracterización y su desplante tanto delante como detrás de las cámaras.

El largo plano secuencia por excelencia de 3 minutos con el que inicia la película tardó 15 días en llevarse a cabo y se transformó en un plano mítico dentro de la historia del cine. Este tipo de plano secuencia es un prodigio dentro de la historia del séptimo arte, ya que fue muy efectivo como inicio del filme desde aquel plano especifico de la bomba, hasta cuando la cámara se abre hasta mostrar a los protagonistas y el límite fronterizo entre los dos países donde se desarrolla la trama, en definitiva el plano secuencia nos muestra un resumen de lo que será la cinta, algo sino me equivoco nunca antes visto, aunque Alfred Hitchcock ya utilizara esta técnica en "Under Capricorn" (1949) con resultados no muy positivos.




En cuanto a la historia de la mutilación del filme, después de terminado el rodaje los productores de Universal vieron el material y se extrañaron del camino tomado por Welles. Consideraron que la película era demasiado confusa, por lo que la reeditaron e incluso rodaron escenas adicionales (con otro director) a espaldas de Orson que para ese momento se encontraba en España tratando de cumplir su sueño de rodar una adaptación de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. Éste primer corte de los productores fue estrenado en el año 1958 y significó un enorme fracaso comercial y de crítica.
A su regreso a Los Ángeles, Welles lamentó la decisión de los productores e insistió en que, para que la obra pudiese considerarse suya, se debían seguir una serie de indicaciones para realizar un nuevo corte del filme. Las indicaciones para la nueva edición fueron plasmadas por Welles en un extenso documento de 58 páginas que dirigió a la Universal, compañía productora de la película. Éste documento (que se creía perdido y del que por fortuna Charlton Heston guardaba una copia), sirvió de base para realizar en 1997 una nueva versión restaurada de Touch of Evil, misma que fue estrenada en cines en 1998 y en DVD en el año 2000, 15 años después de la muerte Welles.




Si en 'Ciudadano Kane' ya era así creando un estilo y revolucionando la técnica cinematográfica, en 'Sed de mal' Orson Welles nos deja el manual, la confirmación, el 'por qué' de todo.

Sin duda, una de las grandes películas de la historia, de una de las más importantes aportaciones al cine jamás vista: el gran director, Orson Welles.


Escena de inicio:



Plano secuencia:




Calificación: 6 de 6.


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