Sed de mal
Título original:
Touch of Evil
Año: 1958
Duración: 108 min.
País: Estados Unidos.
Director: Orson Welles.
Guión: Orson Welles (Novela: Whit Masterson)
Música: Henry
Mancini.
Fotografía: Russell
Metty.
Reparto:
Charlton
Heston, Janet Leigh, Orson Welles, Marlene Dietrich, Joseph Calleia, Akim
Tamiroff, Dennis Weaver, Ray Collins, Mercedes McCambridge, Joseph Cotten, Zsa
Zsa Gabor.
Género: Cine negro.
Sinopsis:
Un agente de la policía de
narcóticos (Heston) llega a la frontera mexicana con su esposa justo en el
momento en que explota una bomba. Inmediatamente se hace cargo de la
investigación contando con la colaboración de Quinlan (Welles), el jefe de la
policía local, muy conocido en la zona por sus métodos expeditivos y poco ortodoxos.
Una lucha feroz se desata entre los dos hombres, pues cada uno de ellos tiene
pruebas contra el otro.
COMENTARIOS:
En otoño de 1956, la Universal le
ofrece a Orson Welles un papel en Man in the Shadow, que aquí se tituló Sangre
en el rancho, dirigida por Jack Arnold, el de clásicos de la ciencia ficción
como La mujer y el monstruo (1954) o El increíble hombre menguante (1957). No
se trata de una película memorable, pero el productor Alfred Zugsmith queda
satisfecho con el trabajo de Welles y quiere contratarle para interpretar a un
policía corrupto en una película barata y rutinaria que iba a protagonizar
Charlton Heston, un actor que está a punto de convertirse en una gran estrellas
después de su Moisés en Los diez mandamientos de Cecil B. DeMille que se
estrena ese mismo año.
¿Por qué iba a rodar Charlton Heston una
película menor si ya tenía en cartera Horizontes de grandeza o Ben-Hur? Pues
porque le debe una película -por contrato- a la Universal. Pero ¿por qué ésa de
serie B? Pues porque Heston, enterado de que Welles interpretará un papel, les
hace saber a la Universal que estaría dispuesto a rodar cualquier película que
el cineasta dirigiera. Y la productora transige. Que Welles la dirija es un
riesgo controlado tratándose de una película barata. En fin, uno sigue pensando
que los dioses lares del cine metieron baza en el asunto, por más que Charlton
Heston siempre se distinguió por su deseo de trabajar con directores -con una
mirada personal- y, llegado el caso, defenderlos y respaldarlos. Lo hará
también con Nicholas Ray (55 días en Pekín) y con Sam Peckinpah (Mayor Dundee).
En el fondo, Welles suspiraba por una nueva oportunidad en Hollywood.
¿Recordáis lo que decíamos a propósito de La dama de Shanghai? En el cine de
Welles, un hombre es siempre un hombre atrapado. Hasta el punto de que acepta
reescribir el guión y dirigir la película por el mismo salario que iba a cobrar
como actor. Lo contratan a primeros de enero de 1957 y un mes después, con
fecha 5 de febrero, entrega el guión de una película que se titulará Touch of
Evil cuando llegue el momento de su estreno.
La novela -Badge of Evil de Whit
Masterson (seudónimo de Robert Wade y William Miller)- se había publicado en
1956, la Universal lo compró y le encargó la adaptación a Paul Monash, un
guionista de series policíacas de televisión. El guión de Monash fechado el 21
de julio de 1956 servirá de base a la reescritura de Welles. Entre los cambios
más significativos que se le deben al cineasta señalaremos el cambio de
escenario, que se traslada a un villorrio de la frontera mejicana llamado Los
Robles, y la inversión de la nacionalidad de los personajes principales, Miguel
Vargas (Charlton Heston) será un investigador federal mejicano, su mujer -Susan
(Janet Leigh)- será una joven de Filadelfia y Hank Quinlan (Orson Welles), un
policía corrupto americano. Vale la pena leer la descripción que hace Welles de
su personaje en la relación de personajes que encabeza el guión: Si el éxito de
un policía se midiera por el número de condenas que haya conseguido, Quinlan
estaría cerca de ser un gran hombre. Pero también es un matón y un intolerante.
Se ve a sí mismo como un servidor público, pero también como un instrumento de
la justicia inspirado por la divinidad. Representa los valores opuestos a los
que encarna Vargas, y su dedicación personal es tan completa como la suya. Cuando
la historia termine se habrá convertido no sólo en un criminal sino en un
asesino, pero esto no será debido a ningún compromiso ni a ninguna desviación
de sus principios, sino que derivará lógicamente de la extensión de los mismos.
¿Hace falta decirlo? Una vez más, el hombre atrapado, esta vez por sus propios
principios.
Otro de los giros que introduce
Welles en el guión de Monash convierte a la familia Grandi (encabezada por el
gran Akim Tamiroff) en una amenaza para Susan, más que para Vargas, y una
turbia sexualidad se infiltra entonces en la trama oscura y asfixiante de la
película a través de la pesadilla que experimentará Janet Leigh, en paralelo a
la trama de corrupción policial que constituye la espina dorsal de Touch of
Evil. En el último momento, Welles incluye dos personajes: Tanya (Marlene
Dietrich), la amiga del pasado de Quinlan, y el empleado del motel, encarnado
por Dennis Weaver, en el que Susan sufrirá el acoso y los abusos de los Grandi.
Imprescindible para todos
aquellos amantes del cine de género negro. En lo personal “Sed de mal”, después
de “Citizen Kane” (1941) es la mejor obra del mítico director Orson Welles. Al
comienzo de la cinta el propio Welles ruega de ante mano a los productores, que
respeten los cambios y modificaciones hechas al filme después de muchas horas
de duro trabajo por parte del director de “El cuarto mandamiento” (1942) ya que
al parecer la cinta original sufrió varios cortes y permaneció durante muchos
años mutilada, lo que mermó en la esencia del filme.
De todas formas la obra de Welles
puso un broche de oro a las películas de cine negro norteamericano, donde nos
encontramos con un filme donde su director derrocha técnica cinematográfica por
donde se le mire, con planos secuencia de larga duración, planos de sombras,
primeros planos y contrapicados imposibles de realizar; donde la figura del
corrupto policía Hank Quinlan (Orson Welles) parece un gigante traído
directamente desde cuentos de terror. En este aspecto la presencia de Welles es
impresionante y fundamental en el desarrollo de la historia, y no sólo por los
kilos acumulados por el director a través de los años, sino por su
caracterización y su desplante tanto delante como detrás de las cámaras.
El largo plano secuencia por
excelencia de 3 minutos con el que inicia la película tardó 15 días en llevarse
a cabo y se transformó en un plano mítico dentro de la historia del cine. Este
tipo de plano secuencia es un prodigio dentro de la historia del séptimo arte,
ya que fue muy efectivo como inicio del filme desde aquel plano especifico de
la bomba, hasta cuando la cámara se abre hasta mostrar a los protagonistas y el
límite fronterizo entre los dos países donde se desarrolla la trama, en
definitiva el plano secuencia nos muestra un resumen de lo que será la cinta,
algo sino me equivoco nunca antes visto, aunque Alfred Hitchcock ya utilizara esta
técnica en "Under Capricorn" (1949) con resultados no muy positivos.
En cuanto a la historia de la
mutilación del filme, después de terminado el rodaje los productores de
Universal vieron el material y se extrañaron del camino tomado por Welles.
Consideraron que la película era demasiado confusa, por lo que la reeditaron e
incluso rodaron escenas adicionales (con otro director) a espaldas de Orson que
para ese momento se encontraba en España tratando de cumplir su sueño de rodar
una adaptación de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. Éste primer
corte de los productores fue estrenado en el año 1958 y significó un enorme
fracaso comercial y de crítica.
A su regreso a Los Ángeles,
Welles lamentó la decisión de los productores e insistió en que, para que la
obra pudiese considerarse suya, se debían seguir una serie de indicaciones para
realizar un nuevo corte del filme. Las indicaciones para la nueva edición
fueron plasmadas por Welles en un extenso documento de 58 páginas que dirigió a
la Universal, compañía productora de la película. Éste documento (que se creía
perdido y del que por fortuna Charlton Heston guardaba una copia), sirvió de
base para realizar en 1997 una nueva versión restaurada de Touch of Evil, misma
que fue estrenada en cines en 1998 y en DVD en el año 2000, 15 años después de
la muerte Welles.
Si en 'Ciudadano Kane' ya era así
creando un estilo y revolucionando la técnica cinematográfica, en 'Sed de mal'
Orson Welles nos deja el manual, la confirmación, el 'por qué' de todo.
Sin duda, una de las grandes
películas de la historia, de una de las más importantes aportaciones al cine
jamás vista: el gran director, Orson Welles.
Escena de inicio:
Plano secuencia:
Calificación: 6 de 6.
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