jueves, 6 de febrero de 2014

KIng Rat (King Rat) - (1965) - (Director: Bryan Forbes) - El cine olvidado


King Rat
Título original: King Rat
Año: 1965
Duración: 134 min.
País: Estados Unidos.
Director: Bryan Forbes.
Guión: Bryan Forbes (Novel: James Clavell)
Música: John Barry.
Fotografía: Burnett Guffey.
Reparto:
George Segal, Tom Courtenay, James Fox, Patrick O'Neal, Denholm Elliott, James Donald, Todd Armstrong, John Mills, Gerald Sim, Leonard Rossiter, John Standing, Alan Webb, John Ronane, Sammy Reese.
Género: Drama Bélico.
Sinopsis:
Durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), un grupo de prisioneros sobrevive a duras penas en un campo de concentración de Singapur. Cada uno tiene sus propios métodos, como King Rat, que se dedica al mercado negro y es despreciado por sus compañeros, aunque todos le necesitan.




COMENTARIOS:
"Esta no es una historia de fuga, es una historia de supervivencia. Está ambientada en la cárcel de Changi, Singapur, en 1945. Los japoneses no tenían que vigilar Changi como un campo de prisioneros de guerra normal. Los presos de Changi no tenían una agradable frontera suiza o cualquier otro país neutral a su alcance. Estaban cautivos, no tanto por paredes altas o alambres de púas, o puestos de ametralladoras, sino por la tierra y el mar a su alrededor, y la jungla no era neutral ni el océano tampoco. No vivían en Changi: ¡existían! Esta es una historia de esa existencia"


Esta exposición austera de una realidad, a la que no mueve el menor espíritu investigador, sino más bien cierta franqueza documental etnográfica, frente a esa episódica exposición de enloquecida ingenuidad, o pútridos horrores en que se sumergen los hombres en cautiverio, y que imponen los comprensibles virajes de la supervivencia (y en este film no menos impregnadas de cuanta insoslayable y apasionada denuncia social conllevan los retablos alucinantes o aquelarres goyescos de la guerra), no escapa a la ferocidad y al esquematismo trágico con que James Clavell, autor de la excelente novela del mismo nombre, publicada en 1962, y en la que se basa la película, expuso su propia odisea, muy alejado de la sinrazón que conlleva el heroísmo, como prisionero de guerra, tras sufrir los vejatorios tratos a que lo sometieran sus captores Japoneses en Changi (gran parte de cuyos guardias eran en realidad Coreanos).


James Clavell fue un conocido novelista de éxito que, años más tarde, dirigió una excepcional película que hablaba sobre la guerra, la peste, la pobreza y la crisis de fe y que llevó por título El último valle, con Michael Caine y Omar Sharif de protagonistas. En esta ocasión, unos cuantos años antes, se intentó adaptar una codiciada novela suya que, en principio, se pensó para ser interpretada por Paul Newman. Más tarde, se le ofreció a Steve McQueen, el cual se negó alegando que no iba a pasarse la vida encarnando personajes que vivían en un campo de concentración (estaba muy reciente el enorme éxito de La gran evasión) y, finalmente, el guión cayó en las manos del, por entonces muy de moda, George Segal. El resultado es una película que no duda en hablar con franqueza del honor, del comportamiento ético que debe emanar mucho más allá del simple instinto de supervivencia y del dilema moral que se plantea entre estas actitudes propias de oficiales que, tal vez, no sean tan caballeros.


La historia, no nos engañemos, no camina por los derroteros del heroísmo dentro de un campo de concentración ni nada de eso. Se trata de hablar de humanidad. Se trata de hablar de sufrimiento. Se trata de establecer cuánta dignidad se puede perder con tal de sobrevivir. Y todo lo eso lo hace sin dejarse entretanto ni un gramo de humor mientras nos hace meditar sobre el poder, sobre el clasismo, sobre el privilegio, sobre las dificultades y sobre el carácter que marca no solamente la vida propia, sino también la de los demás. Detrás de Segal, tenemos una excelente plantilla de actores británicos, encabezada por el siempre turbio y genial Tom Courtenay y seguido por el muy eficaz James Fox.


Lo peor de todo es que nunca ha sido un título demasiado valorado y, sin embargo, es un cine de altura y es una de las mejores radiografías que se han hecho nunca de la vida de los prisioneros de guerra. Porque además, seamos sinceros. En una situación en la que te han hecho prisionero y te han internado en un campo de concentración lo único que te interesa (en contra de lo que nos han vendido una y otra vez) eres tú mismo. Tu propia capacidad de adaptarte y sobrevivir. Y si tienes que hacer negocios con quien no debes, los haces. La ética sirve de muy poco cuando las alambradas son los límites del mundo. Lo más increíble de todo es que cuando se sale de ese campo de concentración, las cosas no son muy diferentes. Lo único que te interesa eres tú mismo. Tu propia capacidad de adaptarte y sobrevivir. Y si tienes que hacer negocios con quien no debes, los haces. La ética sirve de muy poco cuando ya no hay alambradas que pongan límites. Y quizá la amargura de esa certeza es lo que tanto ha perjudicado a esta película cayendo en el olvido de quienes ven que somos prisioneros, nos guste o no, y que aún sigue habiendo algún “Rey Rata” que intenta arañar unos céntimos a cambio de alguna miseria que nos corroe por algún lugar de nuestro interior.



En resumen, estupendo drama bélico, imprescindible recuperar y visionar todo aquel que no lo conozca.
Artífices de "King rat"
Bryan Forbes director, guionista y actor, nacido en Londres en 1922, fue fiel colaborador de Richard Attenborough, que también produciría su primera película como director, en 1961, "Whistle down the wind". Fue guionista de la tercera adaptación de la obra de Somerset Maugham "Of human bondage", interpretada por Kim Novak. "King rat" significó su debut norteamericano. En 1975 se le diagnosticó una esclerosis múltiple.



George Segal-Corporal King: osado, irónico. Despide esa convicción contagiosa del épico rufián capaz de soslayar los premonitorios vientos de tragedia en que nos involucran los conflictos bélicos. A través de su mirada sardónica, propia de la supremacía del machismo norteamericano, consigue algunos de los mejores momentos de toda su carrera artística. Impone así al espectador una imagen de triunfador (retrato que ya no olvidaremos jamás) que, más tarde, al ser rescatado del campo de concentración por los vencedores ingleses, se perderá en ese auténtico mundo subterráneo de su inferioridad. Drama encubierto por esos ciclos pendulares de su reinado entre el horror de la guerra y de su derrocamiento tras el fin de la contienda. ¡Perfecto!


Tom Courtenay-Lugarteniente Grey: ardiente en su sentido moral, disciplinario y fanático en su celo. Integró aquella genial contemplación naturalista del importante movimiento sociológico que significara el "Free cinema", capaz de hacer añicos el Star-System americano como fórmula de gran cine-mercancía. Courtenay espoleó su ingenio creador único a través de aquellas nuevas concepciones populares del drama neorrealista inglés, donde parecía cocerse el pathos de la más auténtica tragedia cotidiana, completamente acorde con la idiosincrasia proletaria. ¡Grandioso!.






James Fox-Peter Marlowe: encantador e inteligente. Hijo de nuevas formas expresivas, y, como era inevitable, de una no menos flamante estética masculina. Losey logró moldearlo entre el surrealismo sofocante de "El sirviente", en la que su talento interpretativo crearía una fusión casi mítica con otro de los grandes: Dirk Bogarde. Abandonó el cine para dedicarse a impensables y fanáticas prédicas evangelistas. David Lean y James Ivory lo rescataron. ¡Entrañable!


La crítica dijo: "King Rat" es la impetración más poderosa jamás filmada para que el hombre no vuelva a verse convertido en prisionero de guerra". Hoy pieza imprescindible por su sentido didáctico. "Lo que importa es mostrar tanto las semejanzas como las diferencias de los hombres, su parentesco con las animales, los vínculos (en este caso, nefastos) que los unen a los paisajes y a los climas, así como los esfuerzos que hacen para liberarse de las bestias o de su medio ambiente destructivo"-Walter Ruttmann, documentalista alemán.
Tráiler:


Calificación: 5 de 6.

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