martes, 4 de diciembre de 2012

Sergeant Rutledge (El sargento negro) - (1960) - (Director: John Ford)



TÍTULO ORIGINAL: Sergeant Rutledge

AÑO: 1960

DURACIÓN: 118 min.

PAÍS: EE.UU.

DIRECTOR: John Ford.

GUIÓN: James Warner Bellah, Willis Goldbeck.

MÚSICA: Howard Jackson.

FOTOGRAFÍA: Bert Glennon.

REPARTO:

Woody Strode, Jeffrey Hunter, Constance Towers, Billie Burke, Willis Bouchey, Carleton Young, Mae Marsh.

SINOPSIS:

Tras la Guerra de Secesión, un sargento negro de Arizona es acusado de asesinar a una joven y a su padre. Al hilo del juicio, el sargento relata su historia. Aunque no se la considera entre las mejores obras de John Ford, posee la riqueza visual y dramática habitual en el maestro, que da una lección de uso del flash-back. Excelente interpretación de Woody Strode, habitual del cine de John Ford. El maestro, que había sido injustamente acusado de racismo por parte de la crítica, a veces por personas que no habían visto sus películas, realiza una inteligente denuncia acerca de los prejuicios raciales.

COMENTARIOS:

Hubo un tiempo donde John Ford no estaba de moda, por decirlo suavemente. Acusado de dinosaurio atávico, en tiempos de novedades y experimentos, donde importaba más la técnica del mensaje, sus centauros del desierto languidecían, catalogados cruelmente de obras fascistas y pro-bélicas y carentes del más mínimo arte.


Afortunadamente, el tiempo terminó dando la razón a Orson Welles y hoy son pocos los que dudan que el irlandés homérico fue uno de los grandes genios que el séptimo arte ha dado, un narrador espléndido que con sus momentos bajos (toda filmografía los tiene, incluso los de las leyendas), sería firmada por cualquiera con los ojos cerrados.
Además, salvando su nostalgia de tiempos pasados y su romántica visión del mundo marcial, Ford tenía una mirada clara y universal, que le llevó a cuestionarse su propio género en dos piezas fundamentales, "Fort Apache" y "El hombre que mató a Liberty Valance". No a la altura de esas dos joyas, "El sargento negro", desmonta con notable gracia otro de los mitos, su supuesto racismo.


El film está planteado como un juicio, en el que el sargento negro Rutledge (Woody Strode) es acusado de violación y asesinato de una mujer blanca. Ford empieza por el juicio, y a medida que van declarando los testigos nos va ofreciendo un puzzle con los hechos ocurridos a base de diversos "flash-backs". Si bien, desde el principio, Ford articula el film alrededor del juicio, queda claro prácticamente desde el principio que el juicio es un mero vehículo para mostrar los hechos. Las escenas que tienen lugar en la sala donde se celebra el juicio son bastante planas y convencionales, aunque el director realiza un excelente juego de luces y sombras, anticipando con éstos los testimonios favorables al sargento y los que no lo son. Por el otro lado, los "flash-backs" tienen lugar básicamente en interiores, y sin dejar de mostrar escenas exteriores, tiene mucha más fuerza el apartado dramático de representación de unos hechos, la mayor parte de ellos escondidos al espectador.


Es decir, nos muestran la conversación, la trama, pero Ford nos escamotea prácticamente toda la acción, consiguiendo mantener de esta forma el interés no sólo por la suerte que pueda correr el sargento acusado sino por esclarecer los hechos. Por ello, el que espere ver un film al estilo de "Fort Apache" o "La Legión invencible", se llevará una decepción, ya que aunque al igual que esta hay caballeria, hay acción, hay incluso indios, en este film todo ello está eludido, sucede fuera de cámara, concediendo, de esta forma más importancia a la puesta en escena, al diálogo que no a la acción, y ello sin desmerecer en absoluto la excelente fotografía, sobretodo en exterior, que no por breve deja de ser hermosa.

Sutilmente, el realizador Ford, además de sus habituales exaltaciones de los valores militares de la caballería, como el honor, la amistad, la camaradería, el sentido del deber, etc. también nos introduce de forma sutil un alegato contra el racismo. El sargento Rutlegde (estupenda interpretación de Woody Strode mostrando la fuerza tanto moral como física de su personaje sin hacer alardes, sin que la veamos realmente), es por encima de su raza o color un soldado y como tal lo entiende y lo asume, pese a ser continuamente despreciado y ninguneado por los blancos.

Pocos vestigios de racismo vemos en director al realizar un retrato tan noble de su protagonista, manteniendo por encima de todo, la rectitud y el honor intactos. Es indudable que hay un cierto maniqueísmo, también un excesivo idealismo, y una exaltación, quizás un tanto excesiva, de los valores no solo militares sino de la justicia, en los planteamientos que Ford expone en este film, pero incluso en los tiempos en que éste fue realizado, el tema de la segregación racial todavía no estaba solucionado, por lo que es de admirar la valentía del director en sacar adelante un film de estas características.


Tráiler:





Calificación: 5 de 6.

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