domingo, 22 de julio de 2012

Sunset Boulevard (El crepúsculo de los Dioses) - (1950) - (Director: Billy Wilder)



TÍTULO ORIGINAL: Sunset Boulevard

AÑO: 1950
DURACIÓN: 110 min.
PAÍS: EE.UU.
DIRECTOR: Billy Wilder.
GUIÓN: Charles Brackett, Billy Wilder, D.M. Marshman Jr.
MÚSICA: Franz Waxman.
FOTOGRAFÍA: John F. Seitz.

REPARTO:
William Holden, Gloria Swanson, Erich von Stroheim, Nancy Olson, Fred Clark, Jack Webb, Lloyd Gough, Cecil B. DeMille, Hedda Hopper, Buster Keaton, Anna Q. Nilsson, H.B. Warner, Franklyn Farnum.

PREMIOS:
1950: 3 Oscar: Mejor guión, dirección artística B/N, bso drama. 11 nominaciones
1950: Globo de Oro: Mejor película: Drama.
1950: National Board of Review: Mejor película.

SINOPSIS:
Joe Gillis es un joven escritor de segunda fila que, acosado por sus acreedores, se refugia casualmente en la mansión de Norma Desmond, antigua estrella del cine mudo, que vive fuera de la realidad, acompañada únicamente de su fiel criado Max. A partir de ese momento, la actriz pretende que Joe corrija un guión que ella ha escrito y que va a significar su regreso al cine.

COMENTARIOS:

Billy Wilder logró crear una obra redonda, una obra maestra en todos los aspectos con un reparto de actores, los cuales lograron interpretaciones de época. Hay que destacar el trío de ases de la película, interpretando a Joe Guillis, el mayordomo Max y la olvidada actriz de cine mudo Norma Desmond. Para mí es una película perfecta de principio a fin que esconde una dura crítica al mundo de Hollywood, un mundo que crea estrellas pero también puede llegar a destruirlas mediante el olvido y la ignorancia.
Y es esto lo que vemos aquí a través del personaje de Gloria Swanson, una actriz de cine mudo olvidada que vive en una mentira, en un engaño acentuado aún más por su mayordomo Max, que profundamente enamorado de ella no puede evitar complacerla y hacerle creer que todavía vive en ese mundo de estrella, un mundo falso, inventado. Del otro lado tenemos a Joe Guillis, un escritor de guiones que se encontrará por casualidad con Norma y a partir de ahí quedará atrapado por su mundo, su atmósfera decadente y por la actitud arrogante y desmedida de la actriz. El amor que Desmond sentirá por él nos conducirá a una gran tragedia, a un genial drama, brillante.
La película empieza por el final, con la escena de la piscina, y a partir de una voz en off, la voz de Guillis, nos iremos enterando de lo que ocurrió hasta llegar ahí. La relación entre ambos protagonistas es genial en la película. Guillis se mantiene a su lado por pena, por miedo a que la actriz, en un arrebato de locura y melancolía, se suicide y a su vez tenemos al mayordomo, inseparable de la actriz. Pero algo que hace aún más atractiva a la trama es la paralela historia de amor del escritor con una joven correctora de guiones, que se ha empezado a enamorar de él también. Guillis se encontrará en medio de dos polos, uno que lo atrae hacia Norma inevitablemente y el otro hacia la mujer de la que está enamorada pero él sabe que no puede corresponderla, que no la merece.
En definitiva, es una película entretenida, con momentos del mejor suspense, algunos momentos son sobrecogedores, algunos protagonizados por las apariciones de Max o la locura de Norma Desmond, que piensa que volverá a los escenarios. Quiero destacar sin ninguna duda los diálogos, brillantes y emotivos, un aspecto importantísimo y que hace a la película aún más grande, sus grandes diálogos. La película tiene un magnífico desarrollo, magnífico guión, y soberbias interpretaciones, su ritmo narrativo no decae en ningún momento, haciéndose más atractiva e intrigante a medida que nos acercamos al final, un final antológico y sorprendente que cierra una gran obra maestra, impecable e imprescindible de ver para los amantes del buen cine.
Valiente y magnífica revelación del sub-mundo de Hollywood. Impresionante comienzo para una película que perdura a pesar de los años, gracias a la prodigiosa forma de rodar de Billy Wilder, magníficas interpretaciones, en especial de una devaluada Gloria Swanson en su tiempo, con sus gestos y una mirada grandilocuente, que no es insufrible, más bien admirable y fascinante. Una de las obras maestras de Wilder, muy resistida por directores, productores y todo aquel que se resistía a la idea de quitar el velo y revelar su mundo, donde la perversión, el escándalo y la hipocresía convivía como un actor más que cumplía su papel para el bien de unos y mal de otros.
Wilder, en realidad nos cuenta una historia de las que se consideran como "cine dentro del cine", pero realizada de una forma en que realidad y ficción parecen entrelazadas de una forma muy inteligente y sutil, sirviéndose de los personajes de la trama. Para empezar la protagonista, Gloria Swanson fue al igual que su personaje una estrella del cine mudo y que también trabajó con Cecil B. De Mille. Eric Von Stroheim que interpreta al silencioso mayordomo, fue, al igual que su personaje, director de cine de la época muda, además de primer marido de Norma.

Con esta elección de personajes, Wilder sin duda pretendía hacer algo más tenue la línea entre realidad y ficción, de forma que muchas de los aspectos que aparecen en el film se pueden extrapolar perfectamente a la realidad. Así, bajo una trama que gira alrededor de una estrella de cine caída en el olvido, subyace una feroz crítica a la "fábrica de las estrellas", cuyos efectos vemos claramente en el personaje de Norma, un producto fabricado allí, pero a causa de su edad, ya no es útil. La crítica no es tanto para alguien en particular como algo general.
Lo cierto es que Wilder toca en este film temas tan generales como la llegada de los nuevos tiempos, junto con nuevos valores, asumir la pérdida de la fama, la vejez, la muerte, la ambición (sin duda el personaje de William Holden), etc. Todo ello planea a lo largo del film de una forma implícita. De hecho ninguno de los tres personajes principales, que no por casualidad, son los que acaban viviendo en la mansión, tienen connotaciones positivas, abarcando un amplio catálogo de caracteres que va del egoísmo a la megalomanía pasando por la antipatía y como mucho llegamos a sentir lástima de Norma. La puesta en escena es perfecta (de hecho Wilder no dejó nada al azar), con unos escenarios (los de la mansión sobretodo) que respiran decadencia por los cuatro costados, todo ello envuelto en la excelente banda sonora de Frank Waxman, que da la guinda a esta sórdida y negra historia, con unas interpretaciones que están a la altura.

Tráiler:

Calificación: Extraordinaria.

No hay comentarios:

Publicar un comentario