lunes, 30 de julio de 2012

Snabba Cash (Dinero fácil) - (2010) - (Director: Daniel Espinosa)


TÍTULO ORIGINAL: Snabba Cash

AÑO: 2010
DURACIÓN: 124 min.
PAÍS: Suecia.
DIRECTOR: Daniel Espinosa.
GUIÓN: Maria Karlsson (Novela: Jens Lapidus).
MÚSICA: Jon Ekstrand.
FOTOGRAFÍA: Aril Wretblad.
REPARTO:
Joel Kinnaman, Matias Padin, Dragomir Mrsic, Lisa Henni, Mahmut Suvakci, Jones Danko, Lea Stojanov, Dejan Cukic, Miodrag Stojanovic, Fares Fares, Annika Ryberg Whittembury, Joel Spira, Alexander Stocks .

PREMIOS:

2010: Premios Guldbagge (Suecia): Mejor actor (Joel Kinnaman), fotografía, logro - mención

SINOPSIS:
Los bajos fondos de Estocolmo son un sumidero al que han ido a parar todos los desechos de la sociedad sueca. Todos quieren defender su territorio y lucrarse a cualquier precio. La enigmática desaparición de una mujer, será el nexo de unión de tres criminales con un objetivo común: vengarse del gran capo Radovan. Jorge, JW y Mrado forman parte de la fisonomía de los bajos fondos de Estocolmo. Jorge está entre rejas, aunque en poco tiempo se fuga para cargarse al chivato que lo enchironó. Mrado se ve incapaz de compatibilizar su papel de matón yugoslavo con el de padre que lucha por la custodia de su hijita. Y JW conduce un taxi mientras intenta aparentar ser de una clase social a la que no pertenece. 

COMENTARIOS:


Tercera película del cineasta sueco de ascendencia chilena Daniel Espinosa, que adapta una novela de su compatriota el abogado y escritor Jens Lapidus. Su éxito ha sido tan fulminante que se habla de dos secuelas y un remake americano, con Zac Efron, y Espinosa ha sido fichado por Hollywood para rodar Safe House, con Ryan Reynolds y Denzel Washington.
Dinero fácil perfectamente podría formar parte de una especie de ciclo de thrillers europeos, con referencias a la Europa globalizada y de hecatombe económica, al tráfico de drogas y a la corrupción generalizada, al drama carcelario y a la pérdida de valores de las nuevas generaciones, con personajes salvajes y carnívoros, que abarcaría la francesa “Un profeta”, la italiana “Gomorra”, la austríaca “Revanche”, la rumana “Si quiero silbar, silbo”, la islandesa “Reykjavík-Rotterdam” o la danesa “Submarino” (todas ellas muy recomendables).

“Dinero fácil” tiene algunos elementos que lo diferencian del típico thriller americano, aunque las referencias del director son eminentemente norteamericanas. La acción no escatima en escenas violentas, o lo que es lo mismo, no tiene la mojigatería de cierto cine yanki: aquí hay sangre y disparos. Puede que los personajes no tengan la complejidad que debiera, pero al menos se nota un esfuerzo por dotarlos de cierta entidad: así, el protagonista JW queda dibujado como un hipócrita descarado que reniega de sus raíces y quiere escalar la cima del éxito utilizando atajos nada recomendables (la figura del arribista se presta a jugosas relaciones); y el resto queda descrito en una especie de tablero de ajedrez con ecos a las mafias albanesas, serbias y suecas.


Tampoco puede reprocharse a “Dinero fácil” ser una película previsible: de hecho, uno nunca sabe cómo avanzará la trama, e incluso su final puede calificarse de sorprendente. Todos ellos puntos a favor de una película apreciable que se mueve entre dos aguas: en primer lugar, ser un entretenimiento de acción pura y dura, un título llamativo para la taquilla, y por lo tanto con la posibilidad de saltarse las reglas de toda lógica y ofrecernos una trama pasada de roscas; y en segundo plano, la encubierta y a su manera muy presente crítica a esa burguesía sin estatus pero con traje, la misma que ha provocado el desastre económico del 2008.


Eso de 'igual pero diferente' nunca fue tan recurrente. Nótese que a "Dinero fácil" le interesa más saber cómo se forma el embrollo que el embrollo en sí mismo: en otras palabras, en cómo se articulan las relaciones de fidelidad, traición y dinero entre las mafias que en ofrecer un golpe adrenalítico. Quizás porque, aunque su dirección de fotografía imita las sacudidas de El ultimátum de Bourne, de habernos ofrecido un espectáculo tarantiniano, de mero impacto visual, la trama hubiera defendido a su protagonista. Es aquí cuando el film gana definitivamente la partida: nos avisa de que el dinero fácil no existe, y quien crea o diga lo contrario miente, y tarde o temprano pagará las consecuencias.


Tráiler:



Calificación: Excelente.


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