martes, 17 de julio de 2012

The Heiress (La heredera) - (1949) - (Director: William Wyler)



CINE CLÁSICO: LA HEREDERA (1949)

TÍTULO ORIGINAL: The Heiress

AÑO: 1949

DURACIÓN: 115 min.

PAÍS:EE.UU.

DIRECTOR: William Wyler.

GUIÓN: Ruth Goetz & August Goetz (Novela: Henry James).

MÚSICA: Aaron Copland.

FOTOGRAFÍA: Leo Tover.

REPARTO:

Olivia de Havilland, Montgomery Clift, Ralph Richardson, Miriam Hopkins, Vanessa Brown, Mona Freeman, Ray Collins

PREMIOS

1949: 4 Oscars: Mejor Actriz (Havilland), dir. artística B/N, vestuario B/N y bso drama. 8 nom.

SINOPSIS:

Año 1849, en Nueva York. Catherine Sloper, una rica heredera, tímida, inocente, poco agraciada y no muy joven, es pretendida por un apuesto joven. Ella se enamora de él apasionadamente, pero su cruel y despótico padre se opone a la boda y amenaza con desheredarla... Adaptación de la novela de Henry James "Washington Square".

COMENTARIOS:

Nueva York, mediados del siglo XIX. La jovén Catherine Sloper (Olivia de Havilland) está prácticamente condenada a la soltería debido a su tímida personalidad y a un físico poco agraciado que la enclaustran en eternos bordados, perenne al aislamiento, con un padre posesivo, el Doctor Sloper (Ralph Richardson) que en ocasiones demuestra cariño por su hija y en otras, su desprecio, al considerarla espejo opuesto de la distorsión retrospectiva idealizadora que siente por su difunta esposa.

Pero de repente todo cambia cuando Catherine conoce al apuesto y cortés Morris Towsend (Montgomery Clift) a la que va cortejando hasta pedirle matrimonio. Enamorada y feliz, la joven Catherine se encuentra con un tajante padre que se niega a ceder la mano de su hija al considerar que éste únicamente está interesado en la herencia de su heredera. Y sin olvidar a la tía Lavinia (Miriam Hopkins) testigo directo y "celestina" de una historia que esta vez no será bordada en un bastidor sino en la vida de su joven protagonista a la que cambiará para siempre.

Basada en la obra teatral "Washington Square" de Henry James, el realizador William Wyler nos ofrece en "La heredera" (The heiress, 1949) una adaptación magistral sin precedentes, llena de matices visuales inolvidables- resaltar la magnífica escena del doble ascenso por las escaleras, el antes y el después repetido que nos permite observar la madurez emocional de la protagonista.-

De privada selección y elaborada para la reflexión, el film abarca el amplio abanico de unas relaciones humanas fragmentadas por la codicia, el egoísmo, el resentimiento, el desprecio, el amor no correspondido...

Fabulosa fotografía en B/N, el uso de la profundidad de campo resalta el análisis psicológico de las situaciones, una escenografía de arte sublime, con una presencia actoral milimétricamente abordadas, en la que Olivia de Havilland es la "dama de la escena" (escasas son las interpretaciones en las que un premio Óscar estuvo tan bien merecido), el bellísimo guión de los hermanos Goetz y la perfecta actuación de Montgomery Clift en la ambigüedad de su personaje... Todos ellos tejen en "La heredera" un admirable tapiz de una mujer que ha madurado por sus experiencias, capaz de enfrentarse valientemente a la situación y a las personas de su entorno y de colocarlas en sus respectivos y merecidos lugares.

Intenso drama, genialmente interpretado por Olivia de Havilland que encarna a una mujer, poco agraciada, torpe y acomplejada, que por los golpes y coces que recibe por parte de su padre, amante y la sociedad en general, se convierte en un ser vengativo, frío y terriblemente cruel.

Magistralmente realizada por William Wyler, quizás el director que mejor ha sabido construir y crear intensos dramas, sin caer en la lágrima fácil, marcándonos a fuego muchas escenas, en especial el final de La Heredera, simplemente aterrador.

Cineasta todoterreno, William Wyler dejó el legado de una vasta filmografía en la que aparecen películas sobresalientes de diferentes géneros, tales como el western (El forastero), el drama (La carta) o la comedia (Vacaciones en Roma). Perfeccionista y meticuloso, con un estilo visual nada ostentoso (a la manera del estilo invisible de Howard Hawks), pero muy efectivo, su elegancia visual encajaba con su notable habilidad narrativa, caracterizada por una gran capacidad de síntesis, proponiendo películas bellas y bien hechas, ejemplos del mejor cine hecho en el Hollywood de la época dorada.

Tráiler:


Calificación: Extraordinaria.

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