viernes, 27 de febrero de 2015

Le chagrin des oiseaux (Timbuktu) - (2014) - (Director: Abderrahmane Sissako)



Timbuktu

Título original: Le chagrin des oiseaux (Timbuktu)

Año: 2014

Duración:100 min.

País: Mauritania.

Director: Abderrahmane Sissako.

Guión: Abderrahmane Sissako, Kessen Tall.

Música: Amin Bouhafa.

Fotografía: Sofian El Fani.

Reparto:

Abel Jafri, Hichem Yacoubi, Kettly Noël, Pino Desperado, Toulou Kiki, Ibrahim Ahmed, Layla Walet Mohamed, Mehdi A.G. Mohamed, Fatoumata Diawara, Adel Mahmoud Cherif, Salem Dendou, Mamby Kamissoko, Yoro Diakité, Cheik A.G. Emakni, Zikra Oualet Moussa, Weli Cleib.

Género: Drama.

Sinopsis:

Año 2012, la ciudad maliense de Tombuctú y sus alrededores han sido ocupados por islamistas radicales, partidarios de la yihad, que imponen nuevas reglas a los autóctonos, gente sencilla que ha vivido siempre pacíficamente su fe en Alá. Ahora se ven violentados por una fuerza policial y unos tribunales que persiguen a quien fume, juegue al fútbol o escuche música, con ideas tan peregrinas como la de que uno mujer que vende pescado debe cubrirse las manos con guantes de lana, por un supuesto sentido del decoro. Con este panorama el pastor Kidane, que vive en las dunas con su esposa Katima y su hija Toya, y un chaval que les ayuda, Issan, deberá afrontar un juicio tras un desgraciado incidente.




Premios:

2014: Premios Oscar: Nominada a Mejor película de habla no inglesa.

2014: 7 Premios César: incluyendo Mejor película y director. 8 Nom.

2014: Festival de Cannes: Sección oficial largometrajes a concurso.

2014: Festival de Chicago: Mejor director.

2014: Satellite Awards: Nominada a Mejor película de habla no inglesa.



COMENTARIOS:

Mauritania o Mali – indefinido ámbito geográfico que deviene en lugar simbólico. Y aunque nos quede lejos, sin embargo qué cercano nos resulta el retrato del integrismo religioso, de la dictadura de unos zangolotinos prepotentes, violentos y bellacos que imponen su monolítica visión de la religión a un pueblo afanoso y confiado que había vivido hasta el fatídico advenimiento de esos desalmados su fe con rústica perseverancia y bondad, buscando la compasión, la inclusión, la protección y el amparo de su dios, pero no necesitando de un arbitrario catálogo de prohibiciones, ni de una ofuscada y añosa aplicación de la ley que hiede a rancia y abusiva, ni de una policía que espíe el día a día de sus habitantes con el objetivo de perseguir a los infieles que incumplen las innumerables normas dictadas por los camorristas inquisidores de turno.


Es una película serena y de habilidosos contrastes. Pocas veces se ha reflejado tan bien y tan hermosamente la sensualidad implícita que hay entre un matrimonio de rústicos ganaderos. Basta con verles hablar, mirarse, relacionarse sin casi tocarse, esperarse y desesperarse para entender que tienen la dicha inefable del amor. También pocas veces se ha visto tan bien reflejado – y con tan pocos medios – la sinrazón de la opresión de una dictadura de integristas religiosos: basta con ver a una brusca y servil policía perseguir los sones de una música nocturna para comprender que hay algo enfermo y tétrico en ese afán por controlarlo todo, por asfixiar cualquier expresión espontánea de humanidad y relajación. Y contiene otras dos escenas memorables. Una de ellas es una brevísima y atroz lapidación que sobrecoge y repugna por igual. Si Alá es todopoderoso, ya les castigará a su debido tiempo… ¿para qué afanarse en la tierra con adelantar la supuesta ira divina?



Pero sobre todo perdura una escena luminosa, conmovedora y de una profunda desolación trágica en su sencillez: unos chavales juegan al fútbol – que naturalmente ha sido declarado impío y proscrito – con un balón de fútbol imaginario… Emociona hasta casi las lágrimas ver el ansia de libertad de los jóvenes, de cómo se refugian en la imaginación y la creatividad para escaparse de esa cárcel sin sentido, de cómo se amparan en la espontaneidad de lo fabulado para encontrar una rendija de luz y aire fresco que les permita seguir adelante.

Película sencilla, de una hermosa y delicada dirección que ofrece una mirada serena y cariñosa hacia todos sus sufridos protagonistas, toda empatía y conmiseración. Y resaltar la fuerza y valentía de los personajes femeninos, tan alejados del estereotipo de sumisa mujer musulmana a la que estamos acostumbrados en occidente. Tan imprescindible ver como necesaria recomendar. (Antonalva en Filmaffinity)



Meritorio film del director mauritano Abderrahmane Sissako, responsable también de Bamako, que ha logrado la proeza de ser nominado al Oscar a la mejor película extranjera. Cuenta con enorme talento una historia sencilla, circunscrita a un momento en que la ciudad de Mali Tombuctú estaba ocupada por extremistas musulmanes; y jugando al contraste, sabe mostrar que otro tipo de islamismo es posible y deseable. Sin estridencias, señala los excesos de un celo religioso en que se deja fuera la razón, y que contrasta con la postura de los que, nada más, pero nada menos, “usan la cabeza”, abandonándose al mismo tiempo en las manos providentes de Dios, confiando en su justicia, en que se hará su voluntad.




Con un ritmo excelente, magnífica fotografía, inteligente uso de la música, momentos duros, no aptos para todos los estómagos. Las interpretaciones de los actores son tremendamente naturales, lo que reviste de enorme dignidad a hombres y mujeres corrientes y coherentes, y hace comprensible lo incomprensible, comportamientos radicales donde resulta imposible la coherencia, al final existe bastante hipocresía y mucha injusticia. Se logra sobradamente el objetivo de mostrar que fe y razón deben conciliarse; esto no es garantía de que uno haga siempre lo correcto, bien lo sabe el protagonista, pero sí de que existe la capacidad de recapacitar, arrepentirse, rectificar.

Trailer:




Calificación: 5 de 6.

No hay comentarios:

Publicar un comentario