“Doctor Zhivago”, buena parte de
que su éxito se haya prolongado a lo largo de todos estos años se debe, por
supuesto, a la banda sonora que compuso Maurice Jarre, el músico francés que el
director David Lean había lanzado a la fama con “Lawrence de Arabia”. Jarre
debía componer una partitura que fuera épica para las escenas históricas pero
romántica y emotiva al mismo tiempo, ya que la película es, ante todo, una
historia de amor.
Una parte importante de la banda
sonora la constituían los valses y otras piezas elegantes para las fiestas a
las que el personaje de Julie Christie acude con Rod Steiger y que ilustran el
ambiente refinado de la Rusia zarista. Había sin embargo un instrumento cuyo
sonido no podía faltar y que debía recordar vivamente y en todo momento a
Rusia: la balalaika. Sólo había un problema. En la orquesta de la Metro no
había nadie que supiera tocarla. Maurice Jarre fue entonces a una iglesia rusa
de Los Ángeles y consiguió reunir un grupo de unas 20 personas que sí sabían
hacerlo. Como no eran capaces de leer la partitura tuvo que enseñarles
individualmente los 16 compases del tema de Lara.
Otro elemento que destaca en la
partitura es la fuerza de los coros vocales. Maurice Jarre dispuso para la
grabación de un coro de 40 voces. Hubo en concreto una pieza que estuvo a punto
de causar graves problemas en el rodaje. Recordemos que “Doctor Zhivago” se
filmó en España. En el barrio de Canillejas de Madrid se levantaron los
decorados que debían simular una amplia avenida moscovita por la que debía
discurrir una de las escenas más importantes: la manifestación bolchevique
reprimida por las tropas del Zar. Los manifestantes tenían que marchar cantando
“La internacional”. Era el año 1965 y España vivía bajo la dictadura de Franco.
Los extras cantaban y marchaban hasta que llegó la policía porque pensaban que
era una manifestación de verdad. El ayudante de dirección les explicó que era
una película sobre Rusia y que tenían permiso. Pero la policía se quedó por
allí anotando quién se sabía la letra.
Pero la pieza que ha pasado a
engrosar por derecho la antología de los mejores momentos de la historia de la
música cinematográfica es el llamado Tema de Lara. Maurice Jarre escribió
varios borradores que no le gustaron al director. Desesperado y siguiendo los
consejos del realizador se fue con su novia a la montaña un fin de semana y
allí pensó en un tema de amor para ella. A la vuelta escribió de un tirón el
tema de Lara. David Lean lo escuchó y dijo sin dudar: “es éste”.
La letra:
Tengo un lugar
bello jardin en flor
para esperar
recomenzar tu amor
Es un edén
lleno de sol y mar
en dulce bien
a este feliz lugar
Cuando vas a volver a mi
pronto me da el corazón que si
Te esperaré
no puedo estar sin ti
te adoraré
con más pasión aqui
es un lugar
para vivir mejor
es un altar
para soñar tu amor
Te esperaré
no puedo estar sin ti
te adoraré
con más pasión aqui
es un lugar
para vivir mejor
es un altar
para soñar tu amor
para soñar tu amor.
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