Los viajes de
Sullivan
Título original: Sullivan's
Travels
Año: 1941
Duración: 90 min.
País: Estados Unidos.
Director: Preston Sturges.
Guión: Preston
Sturges.
Música: Leo Shuken y Charles
Bradshaw.
Fotografía: John F.
Seitz.
Reparto:
Joel
McCrea, Veronica Lake, Robert Warwick, William Demarest, Franklin Pangborn,
Porter Hall, Eric Blore, Robert Greig, Jimmy Conlin.
Género: Comedia.
Sinopsis:
Un director de cine
de Hollywood (Joel McCrea), acostumbrado a rodar películas ligeras, casi
siempre comedias, aspira a hacer un cine más comprometido, de tipo social. Para
acometer el film "'O Brother, Where Art Thou?" (los hermanos Coen
prestaron su personal homenaje a Preston Sturges titulando así uno de sus
filmes) decide caracterizarse como un mendigo, y vivir durante una temporada
sus mismas penalidades, para así entenderlos mejor. Cuenta en su periplo con la
ayuda de una aspirante a actriz. Con lo que no cuenta es con las dificultades
que van a surgir para volver a la vida normal.
Premios:
1942: National Board
of Review: Mejores diez películas del año.
COMENTARIOS:
En Sullivan’s Travel se nos
narran los periplos vividos por un afamado director de cine, John L. Sullivan
(espléndido Joel McCrea) cuando, harto de rodar comedietas insustanciales, se
decide a rodar un filme que aborde el sufrimiento de los menesterosos –cuyo
título es O Brother, Where Art Thou?, título que, como es sabido, muchos años
después fue reciclado por los hermanos Coen-, y para documentarse sobre ese
tema tan ajeno a su realidad económico-social, convence a los ejecutivos del
estudio que le tiene contratado para que le permitan recorrer el país
disfrazado de vagabundo. La película sucede en su periodo histórico
contemporáneo, esto es en los años de la Depresión, poco antes de la entrada de
EEUU en el Segundo conflicto bélico Mundial. Pero el personaje de Sullivan poco
tiene que ver con el George Bailey o el John Doe de Capra, poco tiene que ver
con el Tom Joad de Steinbeck/Ford. No. Sullivan no es pobre ni humilde. Es un
esnob. Y un cabezota. No recorrerá un camino marcado por el signo de su
humildad (en su vertiente dramática –Ford-, o fruto del optimismo crítico de Capra-),
antes bien recorrerá un camino hacia la humildad. Pero pronto se dará cuenta
(en un sinfín de ocasiones, por intermediación de los ejecutivos de los
estudios) que no es tan fácil “llegar a ser pobre”, y cuando lo logre,
renunciará urgente y febrilmente a tal condición.
Con toda probabilidad la mejor
película de Preston Sturges, y también de la actriz Veronica Lake. Dentro de su
tono de comedia, el director y guionista sabe insuflar a la película la idea de
que el cine debe tener algo que decir, algo de sustancia en su interior. A la
vez que las inquietudes sociales de Sullivan, son las mismas de las que se
reviste, con razón, Sturges.
Los títulos de crédito iniciales
arrancan con un envoltorio que se abre: la película es, por tanto, un regalo.
Joel McCrea interpreta a John L. Sullivan. Quiere dirigir una historia que sea
un espejo de la vida en los tiempos de la Gran Depresión. Cosa pretenciosa.
Busca el peso social de Ken Loach sin sospechar que la risa es más ligera, pero
también más profunda. Los jefes del estudio, que huyen de las lecciones morales
como de la peste, exigen comedias, musicales, historias de jóvenes que se
enamoran con risas, música y piernas. Con la lógica del gerente, solo buscan
dinero. No desean rodar algo épico sobre la miseria, y le hacen la peor de las
acusaciones: querer ser Frank Capra. Sullivan viste unos harapos y se marcha
con diez centavos en el bolsillo. Se convierte en un impostor entre vagabundos
con la pretensión de plasmar en una película el sufrimiento de la humanidad. En
su viaje le aguardaran las situaciones más delirantes, y pagara un alto precio
por aprender que la risa es una forma de libertad.
Preston Sturges fue el primer
escritor que consiguió dirigir sus guiones. Por su primera película, "El
gran McGinty", cobro un dólar a cambio de poder dirigirla. Al igual que
sus compañeros de pupitre —Wilder, Hawks, Lubitsch—, se especializó en comedias,
pero utilizaba el lenguaje de este género para contar más cosas. En "Los
viajes de Sullivan" demuestra que la tragedia no es mejor que la comedia.
Repleta de diálogos ametrallados, replicas ingeniosas y dobles sentidos acerca
del mundo del cine, Sturges se ríe de si mismo, de Hollywood, de las actrices y
de los diletantes con ganas de trascender. Forma parte de una generación de
directores que enseñaban sin sermonear, divertían sin renunciar a la
inteligencia y nos contaban que las cosas importantes se escriben con letra
pequeña. Nunca despreciaban una sonrisa. Sabían que el humor es lo más difícil.
Por eso la película está dedicada a la memoria de quienes nos hicieron reír.
Película que reivindica
vehementemente la comedia frente a aquellos que la consideran un género menor.
Preston Sturges demuestra los efectos curativos de la risa en una historia que
no renuncia al drama para lograr su propósito. El director plantea una profunda
reflexión en torno a la creación artística: ¿es necesario haber experimentado
algo en primera persona, para poder expresarlo a través de una obra de arte? El
amor, la pobreza, la suerte, y el Séptimo Arte, se dan la mano en una obra original
e inolvidable, que además lanza una mirada descaradamente critica al
stablishment hollywoodiense. Preston Sturges demuestra que un director de cine
no es mejor o peor en función del género que frecuente, sino dependiendo de su
habilidad para narrar historias que lleguen en el espectador. Esta película es
una buena muestra de ello.
En resumen, una de las mejores comedias
americanas de la historia, a cargo de Preston Sturges, un director que con un
famoso decálogo, sentó las bases del género. Para Sturges esta película fue
toda una declaración de principios, una confesión personal de las razones que
lo llevaron a elegir la comedia en lugar de otro género. Porque, como expresa
el protagonista de la película: No he sufrido lo suficiente como para hacer
películas sobre el sufrimiento de las personas. Sturges utiliza las armas de la
alta comedia para denunciar la pobreza de la sociedad norteamericana, con una
película que es, además una apasionante meditación sobre el cine.
Trailer:
Calificación: 6 de 6.
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