domingo, 26 de octubre de 2014

Man Friday (Yo, Viernes) - (1975) - (Director: Jack Gold)



Yo, Viernes

Título original: Man Friday

Año: 1975

Duración: 115 min.

País: Reino Unido.

Director: Jack Gold.

Guión: Adrian Mitchell (Novela: Daniel Defoe)

Música: Carl Davis.

Fotografía: Álex Phillips Jr.

Reparto:

Peter O'Toole, Richard Roundtree, Peter Cellier, Christopher Cabot, Joel Fluellen, Sam Seabrook, Stanley Clay.

Género: Aventuras.

Sinopsis:

Robinson Crusoe (Peter O'Toole) se encuentra naufrago en una isla tropical cuando aparecen traídos por la marea cinco nativos de una isla cercana, de los cuales uno ha muerto ahogado. Siguiendo su ritual funerario, los nativos incineran el cuerpo del fallecido cuando irrumpe en la escena un aterrorizado Robinson armado con un fusil. Creyendo que los nativos son adoradores del diablo y caníbales, Robinson matará a tres de los cuatro nativos, dejando con vida a uno de ellos al creer que se trata de un prisionero que iba a resultar sacrificado. Desde ese instante decidirá acoger y adoctrinar a su nuevo compañero a quien llamará Viernes (Richard Roundtree) al tratarse del día de la semana en que supuestamente le salvó la vida. Pero la inocencia de Viernes chocará frontalmente con la cultura de Robinson y con su evidente locura por convertirle en un ser "civilizado".






COMENTARIOS:

En realidad Yo, viernes no está basada directamente en el Robinson Crusoe de Daniel Defoe, sino en la obra teatral Man Friday escrita por Adrian Mitchell en 1972. Adrian Mitchell es un poeta y dramaturgo británico conocido por sus ideas progresistas y su compromiso social, con lo que sus intenciones aparecen más claras. La película pretende justamente eso: subvertir el mito de Robinson Crusoe. Este pasa a ser ahora EL OTRO, el forastero, cuyos valores resultan incomprensibles y ridículos para Viernes.

Vi está película hace algunos años en televisión, y me pareció terriblemente curiosa, ya que da la vuelta a la epopeya burguesa de la novela, para convertirla en una ácida crítica social. Está protagonizada por un Peter O'Toole más desquiciado de lo habitual, y por Richard Roundtree, actor muy popular en los años 70 gracias a su personaje de Shaft (1971).





Nadie puede creerse que a lo largo de tantos años de convivencia, Viernes acepte pasivamente el rol de criado/esclavo diseñado para él por Crusoe (el hombre blanco), en esa "pequeña y bien ordenada Inglaterra" en la que ha convertido una isla tropical. La convivencia entre ambos debió ser más complicada, teniendo en cuenta sus enormes diferencias culturales y de todo tipo. Se quiera o no, el día a día acabaría por provocar conflictos. Sin embargo, en la novela original apenas se habla de ello.

En realidad, la historia de Robinson Crusoe y Viernes es la historia de la propia humanidad, o lo que es lo mismo las relaciones entre capital y trabajo: la lucha de clases. Primero la acumulación primitiva del capital (Robinson y sus "pertenencias", que nadie sabe quién se las ha dado, pero él dice que son suyas), luego la proletarización de Viernes, representante de la otra clase social cuya mano de obra resulta imprescindible, y por último el inevitable enfrentamiento entre ambos, que lleva a la utilización de diferentes formas de control por parte de la clase dominante: la religión, la democracia inocua (es decir, protegida por las armas en manos de la clase dominante), y en último término la fuerza bruta, que es un método igual que los anteriores pero sin hipócritas mentiras.




Robinson Crusoe es un ser narcisista, histérico, cruel, estrecho de miras y sexualmente reprimido, incapaz de sentir compasión o bondad. Por contra, Viernes es generoso, amable y alegre, una persona que ríe y disfruta de los pequeños placeres de la vida.

En la película tenemos críticas a la represión sexual que caracteriza al cristianismo, en contraposición con las actitudes naturales y mentalmente sanas ante la sexualidad. Un día Viernes descubre sorprendido que Crusoe se está flagelando por haber tenido un sueño erótico esa noche. Cuando éste intenta explicarle a Viernes qué Dios está enfadado con él, el nativo inocentemente responde: "Dios no le habría enviado un sueño erótico si estuviera enojado con usted". El Dios de Crusoe le parece vengativo y cruel, a diferencia del espíritu libre de Viernes que ama la vida y los placeres que ofrece.




También se muestra como la competencia exagerada y sin sentido termina resultando alienante. Cuando Crusoe organiza una especie de mini-olimpiadas en las que ambos participan en natación, carreras a pie, etc, Crusoe está ansioso por ganar, mientras que para Viernes lo importante es divertirse y disfrutar del juego.

Cuando Viernes se burla del chovinismo del inglés, que cada día al levantarse saluda la Unión Jack que cuelga de un mástil, éste le dice que Inglaterra es el país más rico del mundo. Pero cuando Viernes se entera de que en Inglaterra no hay plátanos, se echa a reír: "¿No hay plátanos? Pues entonces Inglaterra es muy pobre". Ante esto, Crusoe se enfurece muchísimo.

Sin embargo el enfrentamiento más duro llega (como ocurre en la vida real...) cuando hay que tratar las cuestiones sociales. Viernes es quien realiza todo el trabajo, mientras que Crusoe simplemente se dedica a mirar, leer o dormir. Un día Viernes se rebela contra esto, y se niega a seguir trabajando a menos que ambos compartan las tareas.





Ante este desafío, al principio Crusoe trata de dominar a Viernes por la fuerza, encerrándole en una cueva. Sin embargo Viernes logra escapar, por lo que Crusoe no tiene otra opción que aceptar un compromiso: le pagará a Viernes un salario en monedas de oro por su trabajo. "Ser pagado significa que eres un hombre libre", le explica Crusoe.

Es decir, que Viernes pasa de ser un esclavo a ser un asalariado. Claro que, las monedas que recibe sólo puede cambiarlas por mercancías del propio Crusoe. Un día le pregunta cuánto le costaría comprar la casa y todas sus pertenencias. Crusoe, que no le toma en serio, le da una cifra: "Dos mil monedas".

Aunque en ese momento no lo sabe, con su respuesta Crusoe sella su propio destino. Pasan los días, los meses y los años, hasta que un día Viernes se presenta con las dos mil monedas de oro para comprar la cabaña de Crusoe con todas sus pertenencias. Ni que decir tiene que el inglés no está dispuesto a entregarle sus propiedades a alguien que considera un ser inferior. Es evidente que para Viernes sólo queda una salida, y es tomar el poder por la fuerza.





Al final de la película, con toda la mezquindad de clase que representa Robinson Crusoe, no duda en humillarse mientras pacientemente espera el regreso de nuevas épocas de explotación y barbarie. La pesimista conclusión es que Viernes y Crusoe nunca podrían coexistir pacíficamente, y que el problema histórico de la desigualdad resultará siempre insalvable. Al menos mientras una de las partes pretenda vivir a costa de la otra...




Real cómo la vida misma, película inteligente y muy estimulante.

Trailer:




Calificación: 4 de 6.

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