lunes, 4 de marzo de 2013

Letters From Iwo Jima (Cartas desde Iwo Jima) - (2006) - (Director: Clint Eastwood)




TÍTULO ORIGINAL:  Letters From Iwo Jima

AÑO: 2006

DURACIÓN: 141 min.

PAÍS: EE.UU.

DIRECTOR: Clint Eastwood.

GUIÓN: Paul Haggis, Iris Yamahsita .

MÚSICA:  Kyle Eastwood y Michael Stevens.

FOTOGRAFÍA: Tom Stern.

REPARTO: Ken Watanabe, Kazunari Ninomiya, Tsuyoshi Ihara, Ryo Kase, Shido Nakamura.

PREMIOS:

2006: 1 Oscar: Mejor sonido. 4 nominaciones, incluyendo mejor película y director.

2006: Globos de Oro: Mejor película de habla no inglesa. 2 nominaciones.

2006: National Board of Review: Mejor película.

2006: Asociación de Críticos de Los Angeles: Mejor película. Finalista a mejor director.

2006: American Film Institute (AFI): Top 10 - Mejores películas del año.

SINOPSIS:

Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Rodada íntegramente en japonés, la película ofrece la versión nipona de la batalla de Iwo Jima, el episodio más cruento de la guerra del Pacífico, en el que murieron más de 20.000 japoneses y 7.000 estadounidenses. El objetivo de la batalla para los japoneses era conservar un islote insignificante, pero de gran valor estratégico, pues desde allí defendían la integridad de su territorio. El mismo año, Eastwood dirigió también ''Banderas de nuestros padres'', que narra la misma batalla desde el punto de vista norteamericano. La versión japonesa muestra cómo el general Tadamichi Kuribayashi (Ken Watanabe) organizó la resistencia a través de un sistema de túneles.

COMENTARIOS:

Es esta ''Cartas desde Iwo Jima'' una película narrada con sencillez en su planificación y, hasta la fecha, la más austera en su puesta en escena: acierto sobresaliente para poder así ayudar al espectador a identificarse en la profunda psicología que emana de los personajes, logrando que los sentimientos puedan sentirse rebotando en las paredes de las cuevas donde transcurre casi toda la acción. Es por ello que al ver la película, pese al superfluo retrato de relaciones y acciones humanas escuetas y sencillas, uno tiene la sensación de estar asistiendo al desarrollo de una gran epopeya, y ello no es sino mérito del escudriñamiento profundo e intenso que aplica la mirada de Eastwood sobre sus personajes, aquí radica la verdadera fuerza de la película.

Segunda parte del díptico rodado por Clint Eastwood sobre uno de los episodios más sangrientos de la Segunda Guerra Mundial, la batalla de Iwo Jima, en el que una flota compuesta por 100.000 soldados norteamericanos se enfrentaron a poco más de 20.000 soldados japoneses en la defensa de la isla de Iwo Jima.

Si en "Banderas de nuestros padres" Eastwood nos ofrecía la batalla desde el punto de vista norteamericano, esta vez nos muestra el contrapunto en este filme en el que se ve la contienda con los ojos del bando nipón.

La película se inspira en las cartas que escribió Tadamichi Kuribayashi (un espléndido Ken Watanabe), general al mando de la defensa de la isla. A su llegada cambió la estrategia a seguir por la excavación de una serie de túneles y zanjas ocultas para intentar causarle el mayor número de bajas posible al enemigo. Un enemigo que conoce muy bien, después de haber convivido con él y haber sido tratado como a un igual, por lo que su lucha interna es más dura que la de sus compatriotas, motivados más por una honorable inmolación.

Eastwood nos propone una angustiosa forma de ver la guerra desde el punto de vista de los que ya se saben derrotados. El poderío del enemigo es evidente, son más soldados y mejor preparados, pero la moral nipona y el sentido del deber están por encima de la muerte, y lucharán hasta dejarse la última gota de sangre por defender lo que es suyo. Sí, es sólo un pedazo de tierra en medio del océano, pero es tierra sagrada y debe ser defendida a toda costa, aunque esto sea cuestionado en más de una ocasión. Los nipones, al igual que los americanos, también son llamados a filas obligatoriamente, y aprenderán que el enemigo no es tan fiero y salvaje como lo pinta el Imperio, sino que son de carne y hueso, tienen los mismos miedos y tienen las mismas familias que lloran por ellos.

Es una necesidad y a la vez una contradicción el hecho de intentar humanizar la guerra. El Emperador dice que el enemigo no es como nosotros, sólo quiere la destrucción y la muerte, y tenemos que defendernos de él con uñas y dientes. No podemos demostrar compasión en ningún momento, ni podemos mirarlos a los ojos cuando la bayoneta penetre en su carne, ni podemos secarles las lágrimas de un dolor que ellos no sienten. No son humanos, no escriben cartas de amor a sus mujeres ni reciben cartas de ánimo de sus sufridas madres.

Y son esas cartas las que hacen huecos de humanidad en la guerra, igual que esta película se ha hecho hueco en el interior de muchos cinéfilos.

Gracias Clint por darnos esta película que refleja los sentimientos profundos y las angustias presentes en los hombres cuyo destino esta trazado pero en el cual aún guarda alguna esperanza  de solución. Uno se pregunta lo que realmente se siente cuando esta a punto de la muerte o del suicidio, las ganas de seguir viviendo no por uno mismo sino por la gente que realmente quieres, ellos son fantasmas vivos que deambulan entre las sombras y mueren por una causa que realmente no entienden...

Clint Eastwood se está posicionando en estos momentos en el mejor director de cine, le pese a quien le pese. Sus films son buenos, siempre nos enseña el valor del humanismo por encima de todo, como en “Sin Perdón”, donde demostró en verdad lo que significaba el matar a una persona, en “Mystic River” la injusticia y la falta de comprensión a la amistad verdadera nos puede llevar a hacer cosas atrofiantes, en “Million Dollar Baby” muestra la dignidad humana y así como tenemos el derecho de vivir, también tenemos derecho a morir. Ahora con “Cartas desde Iwo Jima” es una maravillosa obra de arte, la guerra en su máximo estado de crueldad sufrida por los japonesas, por fin una película de este tipo se realizó sin el lado patriótico que estábamos acostumbrados a ver, es lo más humana posible y no hay bueno ni malo este film. A diferencia de Martin Scorsese o Tarantino que son directores que promueven violencia y falta de humanismo, Clint Eastwood siempre nos enseñará un sin fin de valores y el arte de hacer en verdad buen cine.


Tráiler:




Calificación: 5 sobre 6.

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