Título original: The
Two Faces Of January
Año: 2014
Duración: 96 min.
País: Reino Unido.
Director: Hossein
Amini.
Guión: Hossein Amini
(Novela: Patricia Highsmith).
Música: Alberto
Iglesias.
Fotografía: Marcel
Zyskind.
Reparto:
Viggo Mortensen, Oscar Isaac, Kirsten Dunst, David
Warshofsky, Daisy Bevan, Aleifer Prometheus, Yigit Özsener, Nikos Mavrakis,
Socrates Alafouzos, Ozan Tas.
Género: Thriller.
Sinopsis:
Atenas, 1962. Rydal es un
atractivo guía turístico americano, con un ramalazo pícaro que le permite
completar todos los meses su sueldo. Conocerá a un sofisticado matrimonio
compatriota, Chester y Colette MacFarland, y caerá rendido a sus encantos, a
pesar de que él es un estafador, que se mete en un auténtico lío cuando un
detective viene a reclamarle el dinero robado a sus clientes en inversiones
bursátiles. Con Colette lo suyo se parece mucho a un flechazo de adolescente,
mientras que en Chester, de más edad y con clase, pero fácilmente celoso, encuentra una suerte de figura paterna capaz
de sustituir al progenitor que falleció recientemente, y que nunca le quiso.
COMENTARIOS:
Debut en la dirección del
guionista Hossein Amini, iraní afincado en Reino Unido, que antes había
adaptado a autores de la talla de Henry James (Las alas de la paloma) y Thomas
Hardy (Jude), además de firmar el libreto de la notable Drive. En “Las dos
caras de Enero”, se acerca bastante a lo que es hacer magia cinematográfica.
Esto es extraer la esencia del elixir purgado, diferencial pero aditivo, entre
textura, color, vestuario, encuadre, script, música y movimiento cinético del
proyecto cinematográfico. Es lo que de manera esotérica construye la química
orgánica del "Kineloide" (la cinta en movimiento), que no es ni más
ni menos que el alma propia de esta disertación visual (y el por qué más
interesante de ir al cine).
Esta adaptación de la novela de
Patricia Highsmith (también escribió "El Talento de Mr. Ripley" entre
otras) no es una obra maestra de cine clásico actual, más bien se entretiene en
convenciones ya inventadas que son agradables y efectivas (funcionan). El
resultado se acerca a algo óptimo porque parece que el Director maneja bien el
conocimiento de la génesis del cine y lo que en realidad significa (usa también
artefactos oníricos como los gatos, los laberintos, los efectos atmosféricos o
el propio traje de Viggo, blanco roto de textura lienzo a juego con el sombrero
de ala que neutraliza la pantalla). Se consigue uniformar los elementos que
exprime bien hasta aparecer esa atmósfera vaporosa y atractiva que envuelve en
cierta manera, a la par que sostiene el interés por la interpretación de los
actores, soportado en un metraje estructurado y de duración equilibrada (menos
es más, en este caso 1:36 min.).
Esta dirección clasicista viene
intercalada con apropiada actualidad en el manejo de la cámara donde se usan
(no siempre por fortuna) los muy repetidos "cámara en mano" pero aquí
con elegancia y oportunidad, con sentido estético y sintético. También utiliza
el encuadre estrecho (planos cercanos de manera habitual) y poca profundidad de
campo lo que hace que aumente el espacio visual (muchos directores reputados
piensan lo contrario y se equivocan por cierto), y esto es típico del cine de
poco presupuesto, pero que también se puede y se debería usar en proyectos de
gran formato, dado que esta particularidad permite crear la sensación de
atmósfera que esta película ha conseguido. Igualmente esto se combina con
planos largos cuando son necesarios y todo el conjunto respira adecuadamente.
Además, a nivel de guión (esto se
le ha pasado a mucha gente) lo que relata esta película está vinculado al
relato mitológico del "Minotauro", donde Mortensen es el propio
híbrido bestia-hombre, Dunst es Ariadna e Isaac es Teseo. Ariadna se enamora de
Teseo y éste finalmente acaba con el Minotauro. Recordemos que la película se
desarrolla en Creta y el detonante de la acción es en la cuidad de Cnosos,
donde además se visualizan laberintos y se habla de esta propia mitología. Todo
ello es recogido tanto en la película como en el mito griego. De esta manera
tenemos dos elementos simbólicos (estética formal y guión) que hacen retroceder
al menos de manera inconsciente a ciertos detalles clásicos lo que produce un
buen efecto sinérgico.
Amini sabe dibujar muy bien a sus
tres protagonistas, encarnados por un magnífico trío de actores, Oscar Isaac,
Kirsten Dunst y Viggo Mortensen. De modo que a pesar de sus innegables defectos,
se hacen querer porque son seres humanos, podemos entenderlos y empatizar con
ellos. La alusión algo críptica del título a la doble cara del dios Jano queda
así justificada en la duplicidad de unos personajes que tienen secretos, partes
de su vida que no desean compartir con otros, e incluso lados oscuros que no se
ponen en movimiento hasta que llega el momento de la prueba.
Alfred Hitchcock fue uno de los
directores fascinados por Higshsmith, de quien adaptó "Extraños en un tren". Se
nota su huella en Amini en las escenas de suspense, particularmente en la que
tiene lugar en una aduana, o en la sutileza al tratar el triángulo amoroso o
los momentos de violencia. También en la partitura musical del español Alberto
Iglesias, que en algunos momentos emula con maestría a uno de los compositores
habituales del mago del suspense, Bernard Herrmann.
El director novato maneja bien
influencias varias, el mágico telón de fondo griego, con su halo de misterio,
por ejemplo en la escena en las ruinas de Creta, podría hacer pensar en
Antonioni e incluso en el David Lean de Pasaje a la India. Resuelve además bien
un final complicado, que en manos de alguien con menos talento habría podido
ser un verdadero desastre.
Es por ello un producto interesante, más aún en los tiempos que corren, donde fácilmente se olvida que lo novedoso de una historia no es "qué" se cuenta sino "cómo”.
Trailer:
Calificación: 3 de 6.
No hay comentarios:
Publicar un comentario