Senderos de gloria
Título original: Paths of Glory
Año: 1957
Duración: 86 min.
País:Estados Unidos.
Director: Stanley Kubrick.
Guión: Stanley Kubrick, Calder Willingham, Jim Thompson (Novela:
Humphrey Cobb).
Música: Gerald Fried.
Fotografía: Georg Krause.
Reparto:
Kirk Douglas, George MacReady, Adolphe Menjou, Ralph Meeker,
Wayne Morris, Joe Turkel, Richard Anderson, Timothy Carey, Peter Capell,
Susanne Christian, Bert Freed, Emile Meyer.
Género: Bélico.
Sinopsis:
Francia, 1916. El punto más álgido de la I Guerra Mundial.
El coronel Dax participa con sus hombres en un ataque suicida contra las
posiciones alemanas en Agnoc, que acaba en un rotundo fracaso. Para escarmentar
a las tropas, el general Mirbeau somete a consejo de guerra a tres de los
supervivientes del ataque, acusados de cobardía.
En uno de sus trabajos más redondos, Stanley Kubrick
reconstruye un oscuro episodio real, recogido en una novela de Humphrey Cobb.
Prohibida por el gobierno francés de la época, realiza un sentido alegato
contra los horrores de la guerra, al tiempo que reflexiona sobre el idealismo,
la justicia, la insubordinación y el valor de la vida humana.
Premios
1957: Premios BAFTA: Nominada a mejor película.
Comentarios:
A Kirk Douglas le dejó buen sabor de boca su trabajo con
Kubrick en Senderos de gloria. Cuando en Espartaco (film que producía y
protagonizaba) despidió al director oficial, Anthony Mann, se acordó de aquel
director jovenzuelo y lo tomó como relevo. De su relación saltaron chispas, en
parte porque Kubrick no tenía el control del guión de la película.
Una obra maestra del cine bélico, dónde el talento de
Kubrick (tan desmesurado y consciente que le autodesbordaba en muchas ocasiones
y afectaba a sus películas) se muestra en plenitud a través de la historia de
un grupo de soldados franceses que durante la Primera Guerra Mundial son
acusados de cobardía de forma falsa e hipócrita por un general obtuso y
fascista. Ello da pie a una muestra de cine antimilitarista soberbia (no ya
desde el punto de vista del ejército lo plantea Kubrick sino que es extendible a
militar "por decreto" en cualquier grupo, bando o sector: una lectura
proanarquista plenamente coherente con la personalidad de su autor), así como a
un estudio concienzudo y profundo sobre las tripas de la guerra, alcanzándose
un resultado armonioso, lleno de vigor y fuerza crítica, de defensa del ser
humano a pesar de que a Kubrick éste le da asco en más de tres cuartos de sus
aspectos, pues aún pueden quedar hombres como el personaje de un soberbio
Douglas: un militar íntegro que antepone la defensa de la libertad y del
sentido común por encima de sus propios intereses. Un litro de agua en el
desierto.
Pocas veces o ninguna he visto mejores escenas y planos de
una trinchera que aquí. Kubrick realiza unos travellings magistrales y se mueve por
ellas de forma prodigiosa. Además utiliza estos travellings de forma
impresionante para recrear el campo de batalla. Lateralmente, hacia adelante o
hacia atrás. Pocas películas han plasmado el horror de la guerra y el combate
como esta. Toda una lección de cine.
Aparte de manejar la cámara como pocos, Kubrick demuestra
que es un estupendo director de actores. Aquí Kirk Douglas, Adolphe Menjou y George Macready,
realizan tres magníficas interpretaciones, cada uno en el papel que le toca. Douglas, demuestra que es un excelente actor, sobre todo en
la década de los cincuenta, principio de los sesenta. Este coronel Dax, es por
méritos propios una figura importante dentro de la historia del cine.
Una película a la par oscura y tétrica que perfecta y
luminosa en sus reflexiones, un ejemplo magistral de película de tesis
sobresaliente sintetizada y sin los alardes pretenciosos tan caros (y para
mí nocivos) al cine del finado Kubrick. Me descubro ante esta película.
Recital de cine puro, sin envase y con el alma afuera. Obra
maestra de mensaje desgarrador, de fondo humano y sincero.
La incoherencia de la guerra siempre es tema principal de
las películas bélicas, sin embargo la repugnancia y la impotencia del
sinsentido de las mismas se palpan en esta obra de una manera rotunda y
prodigiosa.
No solo posee una belleza plástica enorme, sino que mayor es la carga ideológica y emocional desarrollada en un crescendo digno de un maestro como Kubrick.
Él final, de contundencia emocional y visual habitual en el
director, es de una hermosura y un poder enormes. Pelos de punta y dolor en el
pecho.
Ejemplo de una gran escena:
Un escenario, una taberna, soldados franceses y una
prisionera alemana (por cierto futura mujer de Stanley Kubrick).
Risas, jolgorio, piropos, etc. Pero todo cambia. La mujer
empieza a cantar una historia triste alemana. Los soldados que desconocen el
idioma alemán se transforman. Poco a poco van callando hasta el silencio
absoluto. Tan solo se escucha la desgarradora canción del "enemigo",
que al igual que ellos está roto y derrotado.
Pero todavía puede ser más grande esta escena. Uno a uno,
los soldados se unen al himno y lo empiezan a tararear. Demasiado tiempo
combatiendo y fuera de casa. Se vuelven otra vez humanos, se emocionan...
lloran.
Fuera en el exterior, el mayor Dax (Kirk Douglas), que ha
comprobado en primera persona la injusticia y barbarie de la guerra, observa
todo con un gesto, con una media sonrisa que lo dice todo.
Ahora sus soldados tienen que volver al frente. Pero les
deja disfrutar un poco más de ese instante, de esa vida perdida que de forma efímera han podido recuperar. Una pequeña luz de esperanza, un pequeño
milagro. Esto es emoción, esto es cine.
Como dijo el poeta inglés Thomas Gray:"Los senderos de
gloria no conducen más que a la tumba"
Trailer:
Calificación: 6 de 6.
Esta sí que tiene la máxima puntuación!. La verdad es que se merece los seis puntos porque es magnífica. Cincuenta y siente años han pasado por ella y podría haber sido rodada este mismo año. El ritmo, el montaje, la ambientación, todo se mantiene fresco. A mí me gustaron especialmente los diálogos entre los tres mandos superiores, concisos, inteligentes, astutos. Los tres por igual, excelentes actores.
ResponderEliminarLas escena final es conmovedora. Una siente compasión por esos hombres y su destino, que es el de todos los hombres de todas las épocas, del ser humano, mientras no aprendamos a resolver los conflictos pacíficamente.
A mi tampoco me gustaron las últimas películas de Kubric, se le ve grandilocuente.
Hola Lola, en este caso no tenía ninguna duda, la máxima nota, una obra maestra sin lugar a duda. Me encanta leer tus comentario con los que estoy totalmente de acuerdo. Un saludo.
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