TÍTULO ORIGINAL: Fahrenheit 451
AÑO: 1966
DURACIÓN: 108 min.
PAÍS: Reino Unido.
DIRECTOR: François Truffaut.
GUIÓN: François Truffaut, Jean-Louis Richard (Novela: Ray Bradbury).
MÚSICA: Bernard Herrmann.
FOTOGRAFÍA: Nicolas Roeg.
REPARTO:
Julie Christie, Oskar Werner, Cyril Cusack, Anton Diffring, Jeremy Spenser, Alex Scott.
SINOPSIS:
Fahrenheit 451 es la temperatura a la que arde el papel de los libros. Guy Montag, un disciplinado bombero encargado de quemar los libros prohibidos por el gobierno, conoce a una revolucionaria maestra que se atreve a leer. De pronto, se encuentra transformado en un fugitivo, obligado a escoger no sólo entre dos mujeres, sino entre su seguridad personal y su libertad intelectual.
COMENTARIOS:
Hay dos cosas que incomodan enormemente a aquellos que nos gobiernan: internet y la literatura. La posibilidad de que cualquiera con papel y una pluma (o en su defecto, un teclado) puedan plasmar sus pensamientos y divulgarlos con la misma facilidad que el viento, es una expresión de la libertad que irrita a nuestros mandamases, preocupados como están siempre de que no se les desmadre su rebaño y de manipular a las masas tratando de aislarles de aquello que les aleja de su pensamiento único. No hace falta pensar en regímenes totalitarios, ya que lo vemos en nuestro día a día "democrático". Manipulan la historia, manejan la opinión de los medios de comunicación mediante prebendas y subvenciones, y crean una corriente de opinión que pontifica sobre lo que está bien y lo que está mal.
En 1953 la novela de Ray Bradbury Fahrenheit 451 fue publicada en EEUU con el objeto de criticar la censura en los libros llevada a cabo por Joseph McCarthy. En ese momento la novela era clasificada como antiutópica o distópica, con un grado de perversidad donde la realidad transcurre en términos opuestos a los de una sociedad ideal, haciendo referencia a una sociedad ficticia en un futuro no muy lejano, a cargo de un Estado totalitario con absoluto adoctrinamiento y control de las masas bajo una fachada de benevolencia.
El entorno de la novela es este, aunque también podría haber sido el año 1933 en plena Alemania Nazi con quema de libros incluida.
En 1966 Truffaut realizó este film por el que la verdad el tiempo ha pasado y muy deprisa. La estética del film es chirriante en la actualidad, pero es lo que tiene ser de la Nouvelle Vaugue, creatividad 100, efectos especiales 0.
La película de Truffaut es una perfecta alegoría del camino al que nos puede llevar el permitir que se violen nuestras libertades individuales, así como el dejar que nos adoctrinen en vez de "adoctrinarnos" a nosotros mismos. Internet y libros nos garantizan la libertad de pensamiento, pero muchos no usamos esa libertad y preferimos aborregarnos y que nos manipulen a través de "mass media" que sólo sirven a los intereses de los poderes. Esta inquietante película crea tal tensión y es tan inmersiva que no cuesta demasiado trabajo ponerse a leer un libro nada más terminar de verla; nunca se sabe si mañana ese libro ya no estará. Uno no para de pensar en las interminables veces que se ha visto a un político o un personaje de cierta influencia pidiendo la prohibición de determinados libros y hasta la quema o el control de internet con la excusa de que existen contenidos "inapropiados".
Incluso en la cinta encontramos términos que nos resultan familiares, como el mismo "inapropiados" o el igualitarismo absurdo que se fomenta desde los propios medios al servicio del gobierno, o noticias manipuladas descaradamente, que no está muy lejos de manipulaciones y tergiversaciones de noticias que vemos actualmente.
Una película que no sólo vale la pena, sino que es de imprescindible visionado, por la historia y por lo bien que la transmite y ambienta. El ritmo y la tensión no decae, y Truffaut logra crear un ambiente muy claustrofóbico y deprimente sin necesidad de tópicos; le basta con planos cercanos y unos decorados totalmente carentes de calidez, que contrastan con el calor que desprende la casa de la protagonista. Por decir algo malo: el guión deja bastantes incógnitas abiertas, aunque no es complicado deducirlas.
La anulación de las mentes, la eliminación de lo que da sentido a la vida de muchas personas, el individuo se desvanece y se pierde, en una sociedad donde la ignorancia prevalece por encima de todo. Los medios de comunicación muestran el camino y se adentran en nuestras casas, hipnotizando y durmiendo cualquier atisbo de crecimiento personal. Una forma de dictadura y de control sobre la sociedad.
Pero ante cualquier dictadura siempre habrá alguna resistencia, por minoritaria que sea, siempre habrá personas que tengan la capacidad de lucha y el afán por saber.
El conocimiento es parte de la naturaleza y evolución del ser humano, y la libertad es parte de su felicidad.
Fahrenheit 451 es la temperatura a la que prende un libro, pero una mente y unas ideas no pueden quemarse con tanta facilidad.
Creo que se debería incluir Fahrenheit 451 como de obligatorio visionado en los planes de estudio, a ver si de una vez nos damos cuenta de que el desarrollo cultural impide la manipulación, pero también favorece la riqueza en todos los sentidos de una sociedad.
Tráiler:
Calificación: Magnífica.
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