TÍTULO ORIGINAL: London River
AÑO: 2009
DURACIÓN: 87 min.
PAÍS: Reino Unido, Francia, Argelia.
DIRECTOR: Rachid Bouchareb.
GUIÓN: Rachid Bouchareb, Olivier Lorelle, Zoé Galeron.
MÚSICA: Armand Amar.
FOTOGRAFÍA: Jérôme Alméras.
REPARTO: Brenda Blethyn, Sotigui Kouyate, Roschdy Zem, Sami Bouajila, Bernard Blancan, Marc Bayliss.
PREMIOS:
2009: Festival de Berlín: Mejor actor (Sotigui Kouyaté). Nominada al Oso de Oro.
SINOPSIS:
Contenida película sobre las tribulaciones de las víctimas de actos terroristas. Rachid Bouchareb, ha escogido como marco de su historia los atentados de radicales islámicos en Londres, el 7 de julio de 2005. Allí Elisabeth busca desesperadamente a su hija Jane, de la que no ha vuelto a saber tras los terribles sucesos. Lo mismo hace Ousmane, africano subsahariano afincado en Francia, que ignora el paradero de su hijo Alí. Sus respectivas búsquedas se cruzan, por una foto compartida de los dos desaparecidos. Se enteran entonces de que Jane y Alí vivían juntos, estudiaban árabe, frecuentaban la mezquita. Esto produce un rechazo de Elisabeth hacia Ousmane, que sospecha que Alí puede haber sido una horrible influencia en la vida de su hija. Ya no sólo planea el miedo a que se confirme la muerte de uno y otra, sino su posible implicación en los actos terroristas.
COMENTARIOS:
Una película independiente siempre obtiene disparidad de opiniones. London River es sin duda una de este grupo.
No tengo demasiado que explicar puesto que su argumento es bastante sencillo: dos padres viajan a Londres para buscar a sus hijos, puesto que desde el ataque terrorista suicida recibido, no consiguen contactar con ellos.
Con emotivos silencios, London River es un testimonio de la distancia, los perjuicios de la sociedad ante lo desconocido, y el desconocimiento de padres e hijos.
Rodada de forma sencilla, se basa mucho en las miradas, los detalles del entorno, que transmiten la soledad y desesperación de unos padres, vivida de dos formas distintas pero que confluyen.
Frente a la complejidad del guión de Days of Glory, el anterior film de Bouracheb, aquí el cineasta ha optado por una estructura sencilla, más bien previsible. Su mérito es un buen control de los elementos, que le permite pintar bien la angustia y la esperanza de sus personajes, bien encarnados por Brenda Blethyn y Sotigui Kouyaté, este último premiado como mejor actor en el Festival de Berlín. Resultan naturales y comprensibles los sentimientos mutuos –deseos de ayudar, desconfianza ante lo desconocido, frustración por no poder generar la desea confianza, triste esperanza...-, se pintan levemente las circunstancias personales –ella es viuda, su marido militar murió en la guerra de las Malvinas, tiene una pequeña granja, es cristiana de domingo; él trabaja como guardia forestal, y dejó a la familia atrás en África.
La historia oficial se cuenta con datos, números y actas impersonales mecanografiadas en cualquier comisaría. La verdadera historia, la de carne y hueso la escriben los protagonistas, los seres que imaginamos tras las noticias de los telediarios.
En Londres, el 7 de Julio del 2005, se repitió el 11 de Marzo del 2004 de Madrid: informaciones de urgencia, confusión, explosiones, ambulancias ululantes, repetición de noticias de agencia, tensa espera.... Otra vez la mañana se impregnó de angustia; los móviles buscaron con desesperación descartar los malos augurios y, al otro lado, algunos no contestaron.
London River es el encuentro de dos mundos distantes, que la tozuda realidad se empeña en demostrar que no lo son tanto. London River es el día a día de dos ciudadanos de a pie que se calientan con el consuelo de una impensable amistad y atisban, entre la niebla de la irracionalidad, un espejismo de esperanza.
London River es la necesaria exposición de la verdad en un mundo crispado por prejuicios y actitudes racistas, por políticas interesadas y por "expertos" voceros televisivos que lavan, día sí y día también, nuestros cerebros.
La película del realizador franco-argelino, gran conocedor de la multi-etnia que habita los barrios más vivos de las grandes ciudades, nos muestra este mundo gangrenoso de discordias, en el que el único valor es su inmenso margen de mejora.
Mención especial a la gran Brenda Blethyn (Secretos y mentiras-Mike Leigh) y a la última e impresionante presencia del actor africano Sotigui Kouyate que, al claros por sus ojos cansados y miran lejos desde las dunas de su frente.igual que en Little Senegal, no necesita de la palabra para significarse: sus pensamientos cruzan.
Bouchareb prescinde de artificios y de elementos moralizantes para plasmar la realidad de dos personas de vidas muy diferentes a las que el destino une de manera trágica. La forma de afrontar tan difíciles días revelará las personalidades opuestas de los dos personajes, al tiempo que los irá conduciendo a una comprensión mutua que borrará las reticencias de su encuentro inicial. Pero el duelo por la pérdida de un ser querido es un proceso íntimo y personal que se realiza en soledad, cuestión que queda reflejada en un final seco y conciso.
Interesante contraste de culturas en una película que nos acerca a las víctimas colaterales de los atentados. Sobria, discreta y a ratos conmovedora.
En conclusión: una pequeña gran joya del cine, delicada, discreta pero muy profunda.
Tráiler:
Calificación: 4 de 6.
No hay comentarios:
Publicar un comentario