viernes, 10 de agosto de 2012

Citizen Kane (Ciudadano Kane) - (1941) - (Director: Orson Welles)


TÍTULO ORIGINAL: Citizen Kane
AÑO 194
DURACIÓN: 119 min.
PAÍS: EE.UU.
DIRECTOR: Orson Welles.
GUIÓN:  Orson Welles, Herman J. Mankiewicz.
MÚSICA: Bernard Herrmann.
FOTOGRAFÍA: Gregg Toland.

REPARTO: Orson Welles, Joseph Cotten, Everett Sloane, George Coulouris, Dorothy Comingore, Ray Collins, Agnes Moorehead, Paul Stewart, Ruth Warrick, Erskine Sanford, William Alland, Alan Ladd.

PREMIOS:

1941: Oscar: Mejor guión original. 9 nominaciones.
1941: National Board of Review: Mejor película.
1941: Círculo de críticos de Nueva York: Mejor película.

SINOPSIS:

Un importante financiero estadounidense, Charles Foster Kane, dueño de una importante cadena de periódicos, de una red de emisoras, de dos sindicatos y de una inimaginable colección de obras de arte, muere en Xanadú, su fabuloso castillo de estilo oriental. La última palabra que pronuncia antes de expirar,”Rosebud”, cuyo significado es un enigma, despierta una enorme curiosidad tanto en la prensa como entre la población. Así las cosas, un grupo de periodistas emprende una investigación para desentrañar el misterio.

COMENTARIOS:

Los historiadores cinematográficos señalan que la película más influyente de la historia del cine sería “El nacimiento de una nación”, en la que Griffith combinó todos sus descubrimientos, dando lugar al lenguaje cinematográfico. La segunda sería “Ciudadano Kane”, que partiendo del lenguaje de Griffith, dio lugar al cine moderno, preocupado por ofrecer en cada plano elaborados encuadres y movimientos de cámara. Los personajes esquemáticos e ingenuos de “El nacimiento de una nación”, y su indisimulado racismo, han quedado superados por el paso del tiempo, mientras que “Ciudadano Kane” ofrece una riqueza antropológica aún vigente.


Todo comenzó con un joven genio, Orson Welles, director teatral que se había hecho popular con su particular versión radiofónica de la novela "La guerra de los mundos", de H. G. Wells, que provocó auténtico pánico entre la población. RKO le ofreció el contrato más sustancioso que jamás haya recibido un cineasta debutante, que incluía un porcentaje de los beneficios y el absoluto control creativo de sus filmes.
El imaginativo Welles pasó algún tiempo barajando la idea de adaptar la novela "El corazón de las tinieblas", de Joseph Conrab, filmándola en primera persona, con un punto de vista subjetivo. Finalmente, desecho este proyecto, pues se le había ocurrido algo mucho mejor, retratar a un magnate inspirado en William Randolph Hearst. Precursor del amarillismo periodístico, Hearst llegó a poseer en sus mejores momentos 28 periódicos, diversas emisoras de radio y multitud de revistas e incluso productoras de cine.
Como no contaba ni mucho menos con la autorización de Hearst, Welles le cambió el nombre por Charles Foster Kane, y cambió ligeramente algunos de los hechos reales. Por ejemplo, Hearst se gastó infructuosamente una fortuna para que Marion Davis, su amante, triunfara en el cine. Por su parte, Kane, el personaje de ficción, haría lo propio para que su esposa se convierta en estrella de la ópera.

Parece que Kane sólo llegó a sentirse feliz durante su infancia. Ésta es la clave de la última palabra que pronuncia al morir, Rosebud, nombre del trineo con el que solía jugar. El fallecimiento desencadena que un periodista investigue qué significaba la palabra Rosebud. Éste entrevista a numerosas personas que le conocieron, pero no conseguirá resolver el misterio. Welles sostiene que nadie puede penetrar en la insondable y compleja mentalidad del ser humano. Por mucho que se conozca a una persona, no se puede saber qué es lo que pasa por su cabeza. Se sintetiza en un plano metafórico, que aparece al principio y al final de la película, en el que la cámara muestra la inscripción No traspassing (Prohibido el paso), en la verja de Xanadú, la suntuosa mansión de Kane.
Al citado William Randolph Hearst no le hizo ninguna gracia verse retratado. Una de sus cronistas, la viperina Louella Parsons vio la película en un pase restringido, y se apresuró a contárselo a su jefe. Éste usó todas sus influencias para evitar que la película se estrenara. No lo consiguió, pero sus medios le hicieron el vacío, y el film fue un absoluto fracaso en las taquillas.
Señores, tienen ante ustedes el mejor film de la historia cinematográfica. La RKO brindaba la gran oportunidad de su vida al niño prodigio de América, Orson Welles, que venía de triunfar en el teatro neoyorkino y en el medio radiofónico, donde su sci-fi, "La guerra de los mundos" resultó tan creíble que la gente enloqueció ante la invasión alienígena y optó por huir, en el mejor de los casos o, directamente, por el suicidio.
Welles, con 24 años, va en busca de un guión para su esperada ópera prima. Tras un par de intentos frustrados, éste no llega, lo cual provoca que la expectación que había despertado la incursión en el cine del niño prodigio se vaya apagando. Sin embargo, una reunión en la mansión del magnate periodístico William Randolph Hearst le servirá de inspiración para su "no reconocido" biopic. Hearst intentó hasta el último momento torpedear el estreno de la película, en la que no salía muy bien parado. Y lo cierto es que estuvo a punto de conseguirlo, pero quien desee conocer más que lea la biografía de Orson Welles.

Welles, con la inestimable ayuda de Mankiewicz, arma un guión novedoso, caracterizado por su originalidad, entretejido alrededor de la misteriosa palabra "Rosebud", y en el que ni sobra ni falta nada, todo encaja a la perfección. Mientras, la fotografía, a cargo de Gregg Toland, resulta igual de novedosa, con el uso de grandes objetivos con los que dar profundidad, conseguir relieve y despegar los elementos. Toland, además confiere un nuevo uso a los contrapicados, con los que magnificar la figura del magnate (véase la secuencia en la que anuncia su campaña electoral). Por último, la interpretación resulta excelente. Destaca, de nuevo, un Welles (Kane) multifuncional, secundado de Berstein y Leelan.
Pero lo que sí puedo afirmar con seguridad es que se trata de un film que combina con total acierto un relato asequiblemente reflexivo y humano con una serie de innovaciones (por entonces) técnicas, artísticas y narrativas muy importantes la hora de hacer cine. Y solo ya por eso "Ciudadano Kane" resulta algo único y de obligado visionado al menos una vez en la vida.
Welles maneja con maestría la iluminación y el juego expresivo o dramático que puede generar en el espectador, siendo capaz de suscitar todas las sensaciones que pretende. Los planos son estupendos, el torrente de fundidos y elipsis temporales son algo perfecto. Y Welles acaba construyendo una sucesión perfecta de secuencias llenas de flashbacks, rememoraciones, relatos paralelos y descripciones que se engarzan con total sentido, estilo y maestría.



Me quedo con estas frases:

"El mundo pensará lo que yo les ordene que piensen"
"Siempre has hablado del pueblo como si te perteneciera"
"Quieres persuadir a los demás que los quieres tanto, que les acabas queriendo a la fuerza"
"SI NO HUBIERA SIDO TAN RICO, HUBIERA LLEGADO A SER UN BUEN HOMBRE"

Magnífica película en todos sus aspectos. Impresionante como Welles, en su primera película, ya nos hacía estos planos, ya dominaba la luz y la sombra de una manera tan sobrecogedora y ya dotaba a la película de un ritmo lento pero elegante y en algunos momentos (no pocos) realmente intensos. Mas espectacular que muchas películas con efectos especiales de hoy en día. La primera escena de la peli (cuando la cámara va entrando dentro del palacio de Xanadu) es probablemente lo mejor que se haya filmado nunca, realmente espectacular.
Y ya no hablo del argumento. Genial manera de mostrarnos la evolución de la vida de un hombre que nunca llegó a ser feliz a pesar de tenerlo TODO, hasta su decadencia y finalmente su muerte. Atentos al final y a la probablemente la palabra más famosa y más bella (por su significado) de la historia del cine: Rosebud.


Tráiler:



Calificación: 6 de 6.

No hay comentarios:

Publicar un comentario