TÍTULO ORIGINAL: An Affair to Remember
AÑO 1957
DURACIÓN: 119 min.
PAÍS: EE.UU.
DIRECTOR: Leo McCarey.
GUIÓN: Leo McCarey, Delmer Daves (Historia: Mildred Cram)
MÚSICA: Hugo Friedhofer.
FOTOGRAFÍA: Milton R. Krasner.
REPARTO:
Cary Grant, Deborah Kerr, Richard Denning, Neva Patterson, Cathleen Nesbitt, Robert Q. Lewis, Charles Watts, Fortunio Bonanova.
PREMIOS:
1957: 4 nominaciones al Oscar: Mejor fotografía, música, canción, vestuario
SINOPSIS:
Durante un crucero de placer, un pintor mimado por el público, elegante y seductor, conoce a una atractiva pasajera, mujer inteligente y de refinados modales. Pronto surge el amor entre ellos. Sin embargo, finalizada la travesía y antes de proseguir con su romance, deciden de mutuo acuerdo zanjar sus previos compromisos sentimentales. Para ello, se dan un plazo razonable y acuerdan encontrarse en la terraza del Empire State en una fecha determinada. Pero la fatalidad quiere que ella, cuando se dirige al lugar de la cita, sea atropellada por un automóvil. Durante horas él la esperará e ignorando la causa el plantón, creerá haber sido víctima de la inconsistencia y frivolidad de una mujer.
COMENTARIO:
Remake del film que el propio McCarey rodó en 1939, sin apenas modificaciones respecto al modelo, pero con sutiles, enriquecedoras, substanciales mejoras cifradas en una elegante y perceptiva concepción de la puesta en escena que se libera de algunas trasnochadas servidumbres formales que lastraban la, en cualquier caso, excelente primera versión.
Condensa todo lo necesario para emocionar, una buena historia romántica de agridulces sensaciones, con momentos tristes y escenas divertidas. Se puede definir como un carrusel de emociones, en la actualidad es tan difícil conseguir encontrar una película del mismo género que consiga lo mismo de forma tan controlada, tan eficaz... es una lastima. An Affair to Remember títulada en castellano como “Tú y Yo”.
Lo más gracioso es que exista otra versión más actual de 1993 titulada Sleepless in Seattle, pero en castellano decidieron que fuera “Algo para recordar” con Tom Hanks y Meg Ryan, la comparación del reparto ya habla por si sola. Será mejor que retomemos An Affair to Remember de 1957, un melodrama con un dúo protagonista no solo de lujo, pues bordan a sus personajes, los cuales están muy elaborados y definidos. Cary Grant consigue con su innato encanto que mantengamos la sonrisa y hacer que nos tiemblen los lagrimales cuando toca. Deborah Kerr se hace inolvidable transmitiendo ternura y pasión de una forma muy elocuente. La relación que vivirá el tándem es una historia de amor con una progresión hacía lo triste, narrado de tal forma que mantiene la expectación hacia como se desarrollarán los hechos de forma intensa aunque liviana.
El resto de secundarios son formidables, con gran interés para una fantástica historia. Hay que decir que su final resulta de una emotividad sorprendente, te quedas sonriendo durante mucho rato después de verlo con tan solo pensar en el; los afortunados y afortunadas que lo hayan visto saben a lo que me refiero. Pero no solo por el final vale la pena la película, rodada en scope consigue llamar la atención por su colorido, la fotografía de Milton R. Krasner consigue momentos muy bellos, en conjunto con determinados encuadres claves, hace de está película algo más que un arquetipo en su género. La banda sonora también es de mención especial, el compositor Hugo Friedhofer consigue unas dulces melodías que se graban en tu interior y relacionadas con determinados elementos se potencia la emoción del momento.
La cámara, serena y diestra, siempre en el ángulo perfecto y a la distancia adecuada (magnífico uso del formato Scope), supo capturar con magistral precisión la "verdad" de los personajes, el instante fugitivo, la elocuencia de una mirada, el valor y significado de un leve desplazamiento, el impacto emocional de un sonido (una sirena de barco), un objeto en el decorado (un piano, una manta ocultando unas piernas inertes).
En esta obra perfecta, indudable cumbre en la carrera de Leo McCarey, debemos destacar además una inspiradísima y refinada dirección de actores que nos brinda magníficos trabajos de Deborah Kerr y el siempre estimulante Cary Grant. La presencia de este actor resulta definitiva para empujar en muchos momentos el tono narrativo del film hacia ese terreno liviano, sofisticado y feliz de la "alta comedia", lo que, por otro lado, no impide que la cinta contenga en clave de melodrama algunas secuencias memorables cuyo visionado siempre han provocado en quien esto escribe (a riesgo de ser considerado un sentimental incurable) un inevitable "nudo en la garganta" y el flujo a duras penas contenido de lágrimas en los ojos. Me refiero a la que describe la visita a la abuela durante una escala del barco y el impactante encuentro final de Grant y Kerr con ella recostada en el sofá tratando de ocultar el verdadero motivo de su inmovilidad. Ya no volverán a hacerse películas como ésta.
Tráiler:
Calificación: Excelente.
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