TÍTULO ORIGINAL: The Bad and the Beautiful
AÑO: 1952
DURACIÓN: 114 min.
PAÍS Sección visual
DIRECTOR: Vincente Minnelli.
GUIÓN: Charles Schnee.
MÚSICA: David Raksin.
FOTOGRAFÍA: Robert Surtees.
REPARTO:
Kirk Douglas, Lana Turner, Walter Pidgeon, Dick Powell, Barry Sullivan, Gloria Grahame, Gilbert Roland, Leo G. Carroll.
PREMIOS:
1952: 5 Oscars: Actriz sec. (Grahame), guión, fotografía , vestuario, dirección artística.
SINOPSIS:
Magistral obra que bucea en los entresijos de Hollywood. Un tiránico y manipulador productor de cine (Kirk Douglas), que ha caído en desgracia, pide ayuda a un director (Barry Sullivan), a una actriz (Lana Turner) y a un guionista (Dick Powell), a los que ayudó a triunfar, pero que tienen sobradas razones para detestarlo. Los tres le reprocharán su falta de escrúpulos para alcanzar el éxito sin reparar en las personas a las que traicionaba o engañaba.
COMENTARIOS:
Al hablar de Vincente Minelli, solemos asociar su nombre a los grandes musicales que rodó. Grandes películas filmadas en Technicolor como la maravillosa "Una Americano en París", "Cita en St. Louis", "Melodías de Broadway", "Brigadoon", "Gigi"....pero por el contrario también realizaba estupendos dramas como "El loco del pelo rojo" y "Como un torrente" y thrillers tan poco habituales en él como "Corrientes Ocultas". Con "Cautivos del Mal", Minelli realizó una de esas curiosas e interesantes películas que tratan del cine. Ejemplos claros son "Ha nacido una estrella", "El crepúsculo de los dioses" o "El juego de Hollywood". Casi todas ellas tienen el común la cara negativa y el cinismo que rodea al negocio del cine
Contando con un magnífico guión y un excelente reparto, nos encontramos con una película que se desarrolla a través de los flasbacks de tres personajes sobre sus vivencias con alguien común entre ellos, un megalómano productor interpretado por Kirk Douglas. Tenemos a la estrella glamurosa, magnífica Lana Turner, dando el tipo perfecto de esa actriz que tiene la pesada carga de tener un padre que fue un famoso actor, una mujer alcohólica y con tendencias suicidas. Contamos con el escritor y guionista de renombre, Dick Powell, un hombre que vive sometido bajo la ingenua mano de su esposa Gloria Grahame. Y por último, un director igual de ambicioso que Douglas, interpretado por Barry Sullivan. Estos tres personajes tiene motivos personales más que suficientes para odiar a Douglas, quien nos ofrece a un productor excéntrico a más no poder, ambicioso, egocéntrico, emprendedor, muy apasionado, obsesionado con la idea de hacer películas, no teniendo en cuenta nunca los sentimientos personales de las personas que lo rodean. Douglas consigue realizar una excelente interpretación, un actor que cuando hay que representar construcciones dramáticas complejas resulta impecable.
Observando al personaje que interpreta Douglas, un despiadado productor llamado Jonathan Shields, ves que es un ser manipulador, que explota las relaciones personales para conseguir sus objetivos. Al principio creemos que es solo otro productor ambicioso, pero poco a poco, con el acertado relato en forma de flasback, vemos que es una persona que quiere controlar todo lo que le rodea. En todas las situaciones, manipula a la gente, en ciertos momentos de forma cruel. Su vida privada va unida a su vida profesional, destruyendo con su comportamiento sus relaciones, pero eso no le importa, ya que cree ser el creador de grandes películas.
En definitiva, "Cautivos del mal" es una espléndida película, dotada de un poderoso guión, unos actores estupendos, una preciosista fotografía en B/N y dirigida de manera soberbia por Vincente Minelli. Posteriormente, dirigió una especie de secuela, "Dos semanas en otra ciudad
Nos encontramos ante una auténtica joya del cine. Una vez más he vuelto a respirar y a saborear el aroma de las películas del hollywood dorado. Habla de hecho de un director de cine que no tuvo mucho tacto con aquellos que le rodearon y que le ayudaron a alcanzar el éxito. Podríamos pues, decir, que es "hollywood" dentro de Hollywood. Siempre consideré a Kirk Douglas un actor algo rígido que no acababa de transmitir, pero en esta ocasión lo borda: que fuerza, que astucia al tratar al resto. Conseguiría convertir en hormiga a cualquier gigante que se le enfrentara. Lana Turner es dulce, es triste, es alcohólica... es muy buena. Y los secundarios que le apoyan en la búsqueda del éxito (tanto el de prensa como el productor) son también realmente buenos. Pero en este tipo de cine siempre he de mencionar el exquisito cuidado que se tiene al elaborar el guión: no es nada realmente especial, pero es perfecto. Nada falta, nada sobra en este guión, a la antigua usanza, como hoy día no se suele ver (también es cierto que el lenguaje del cine actual va por otros cauces y el hecho de tener un guión muy elaborado no se valora tanto como en aquella época). Especialmente para aquellos que gustan del buen cine americano, cuando en hollywood no solo se hacían bodrios, sino también obras maestras como esta que nos ocupa.
Tráiler:
Calificación: Extraordinaria.
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