TÍTULO ORIGINAL: East of Eden
AÑO: 1955
DURACIÓN: 115 min.
PAÍS: EE.UU.
DIRECTOR: Elia Kazan.
GUIÓN: Paul Osborn (Novela: John Steinbeck).
MÚSICA: Leonard Rosenman.
FOTOGRAFÍA: Ted McCord.
REPARTO:
James Dean, Raymond Massey, Julie Harris, Dick Davalos, Jo van Fleet, Burl Ives.
PREMIOS:
1955: Oscar: Mejor actriz secundaria (Jo Van Fleet). 4 nominaciones.
1955: Globo de Oro: Mejor película: Drama.
1955: Festival de Cannes: Nominada a la Palma de Oro (mejor película).
SINOPSIS:
Adam Trask (Raymond Massey) vive en su rancho californiano acompañado de sus dos hijos, Cal (James Dean) y Aron. Aron es el hijo preferido de Adam, estudiante modelo, trabajador y razonable. En cambio Cal es un rebelde solitario y tiene una actitud desafiante ante la vida que a su padre le disgusta. Para alcanzar el reconocimiento de su padre, Cal se expone a cualquier peligro, hasta que casualmente descubre que su madre, a la que él creía muerta, trabaja en un burdel.
COMENTARIOS:
"Bien, aquí tienes la caja que querías. He puesto en ella casi todo lo que yo tenía, y todavía no está llena. Hay en ella dolor y excitación, sentimientos, buenos y malos y malos pensamientos y buenos pensamientos… el placer del constructor, algo de desesperación y el gozo indescriptible de la creación.
Y, por encima de todo, la gratitud y el afecto que siento por ti.
Y todavía la caja no está colmada."
(Al este del Edén)
Esta película es la que hizo de James Dean una estrella y le convirtió en el icono juvenil de los años 50. Su fuerte y compleja personalidad era muy parecida a la del joven soñador que interpreta en la película. Un gran descubrimiento del denostado Elia Kazan, que vio nominada al Oscar a su película y a su protagonista. El guión está basado en la magnífica novela de John Steinbeck, un escritor que es un pozo inagotable para adaptaciones cinematográficas. La música de Leonard Rosenman es memorable. Una película rodeada de una aureola mítica que ha quedado como el símbolo de una generación.
Cine clásico, clásico de verdad, el que a mi me gusta y el que no se valora como merece. Cine grande, intenso, con buenas tablas, creativo, artístico, sentimental y desgarrador. ¿Cómo hemos podido degenerar tanto?.
Elia Kazan, consciente de la historia, se arriesga a deformar los encuadres, retorcer las composiciones, maltratar a sus actores y no se detiene en ser cruel. Algunas escenas de «Al Este del Edén» son de un vicio que asustan; la última secuencia de Aron, por ejemplo, pone los pelos de punta. Dick Davalos está genial, pero es que a Julie Harris (Abra) habría que haberle dado algún premio aunque sólo fuese por esa ambigua pasión que demuestra desde el primer minuto hacia el hermano Cal. Sus miradas, sus gestos y hasta sus palabras, en apariencia inocentes, las carga el Diablo. Y de James Dean sólo se puede decir bueno: que este niño-hombre se come el guión y hace añicos lo establecido para crear vida dentro de la pantalla. El «te odio» que lanza en un momento dado estremece, pero su presencia llega a ser inquietante oculto debajo de ese árbol metafórico, donde parece comer del fruto del Bien y del Mal. Esa escena es sobrenatural. En todos los sentidos.
El argumento es muy sencillo: la rivalidad de dos hermanos por el amor de un padre y una mujer. Eso en la primera capa, pero hurgando apenas por encima te encuentras con una avalancha de sub-tramas e ideas que te despabilan las neuronas. De hecho, hay tanto y tan bueno, que la película alcanza una densidad que pesa un mundo. Y es que reinterpretar el mito de Caín y Abel para reflexionar sobre el Bien, el Mal y la presencia de Dios tiene ya mérito.
Lo que encuentro más llamativo de toda la historia es esa inversión de roles, en la que es Dios quien pide perdón al pecador, y el pecador le perdona por no haberle amado en su heredada imperfección. El juicio divino, sus exigencias y su extrema, implacable bondad, desamparan al Hombre, le dejan inseguro y a la deriva, en perpetua búsqueda del bien más importante: el amor.
Esta es una fábula sobre el bien y el mal, sobre como es tratado en la sociedad y en como afecta en ella. El mal no es un hecho, sino lo que comporta un acto, igual que el bien. La película cumple en todos los aspectos.
Hermosa y trágica película que hace alarde de buen Cine. Estupenda.
Tráiler:
Calificación: Magnífica.
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