Título original: Meet John Doe
Año: 1941
Duración: 122 min.
País: Estados Unidos.
Director:
Frank Capra.
Guión:
Robert Riskin (Historia: Richard Connell, Robert Presnell Sr.
Música: Dimitri Tiomkin.
Fotografía:
George Barnes.
Reparto:
Gary Cooper,
Barbara Stanwyck, Edward Arnold, Walter Brennan, James Gleason, Ann Doran, Gene
Lockhart, Regis Toomey, Spring Byington.
Género: Drama.
Premios:
1941: Nominada al Oscar: Mejor
historia.
Sinopsis:
Cuando
un magnate compra un periódico y despide a casi todo el personal, una intrépida
periodista decide publicar en su último artículo una falsa e incendiaria carta
que lleva la firma de Juan Nadie. En ella se anuncia el suicidio de uno de los
empleados despedidos. El éxito del artículo es tal que el periódico decide
crear un Juan Nadie y, con este fin, contrata a un vagabundo que acaba
convirtiéndose en un personaje extraordinariamente popular.
COMENTARIOS:
Este
'Juan nadie' es otro caballero sin espada, otro solitario caballero defensor de
la integridad que lucha contra el dragón de la corrupción, un ingenuo que como
aquel también será presa de los engaños de los intereses mezquinos de los
poderosos y debe ponerse al límite, al borde del colapso o del suicidio como
demostración de su resistencia y de una integridad que no se plegará ante nada.
Se le puede llamar ingenuo al cine de Capra, pero el martirologio al que
sometía a estos personajes traspasaba el umbral de lo siniestro. Las aristas de
sus invectivas no dejaban de ser aceradas. Y no dejaba de ser sombrío reflejo
de su tiempo, los previos al estallido de la segunda guerra mundial, en donde
la amenaza exterior, o el ascenso del poder nazi no dejaba de encontrar
reflejos en el propio país. Véase al aspirante a la presidencia, el magnate
Norton (Edward Arnold), al que se enfrenta 'Juan nadie', que posee una
particular guardia policial (su presentación asistiendo a un desfile de los
mismos en una coreografía motorizada es clara en su asociación con la estética
ideológica nazi) o sus arengas con respecto a la necesidad de que el país se
someta a una disciplina tras un tiempo de demasiadas concesiones.
Además,
el aspecto añadido de que haya comprado el periódico en el que son despedidos,
en las primeras secuencias, casi todos sus empleados, entre ellos, Ann (la
extraordinaria, una vez más, Barbara Stanwyck), quien como venganza se inventa
una anónima carta de un John Doe (el Juan Nadie, un sin nombre, uno más entre
tantos, esa denominación que fue utilizada de perversa y aguda manera por
Fincher en 'Seven', así se autodenominaba el asesino) en la que cuestiona la
situación en la que se encuentra el país, anunciando su suicido en dos meses,
como gesto de protesta, coincidiendo con la Navidad. Las resonancias que
adquiere propicia que lo utilicen como noticia que haga que aumenten las ventas
del periódico, y entre los mendigos hacen un casting para que alguien
interprete ese papel. El elegido es John (Gary Cooper) un exjugador de beisbol.
Sorpresivamente, su discurso que alienta el amor al prójimo (por mucho que
posea sus resonancias cristianas, su alcance es mucho más amplio en su
cuestionamiento de una sociedad definida por el ensimismamiento y el
desconocimiento del otro) alcanzará un éxito imprevisto que movilizará al país,
no sólo entre los desfavorecidos, como una toma de conciencia sobre la
necesidad de la solidaridad y de preguntarse quién es tu vecino en vez de ser
siempre desconfiado o susceptible con respecto al otro. Para Norton, en cambio,
no será más que la solapada manera de conseguir votos para llegar a ser
presidente aprovechándose de ese éxito.
Pero aparte de esta visceral
inclinación discursiva, nada forzada y sostenida sobre una atmósfera sombría,
están presentes ese ingenio cómico, sobre todo en su primera parte, como la
desesperación del que está escribiendo el nombre del nuevo dueño en la puerta
del despacho en la primera secuencia porque ve su labor continuamente
interrumpida y frustrada por las entradas y salidas del despacho. O el juego,
sin bola, en la suite que ocupan John y su amigo el coronel (Walter Brennan)
con la entregada colaboración de los asistentes del periódico. O el ácido
discurso que el coronel les suelta a estos, que con gesto atónito les 'ilustra'
sobre una sociedad dominada por las sanguijuelas, aquellos que en cuanto tienes
algo de dinero ya te quieren sacar más, alentando necesidades, comprando ésto o
aquello, o con cientos de tasas e impuestos.
La
sociedad del bienestar (de las sanguijuelas). 'Juan Nadie' (1940), fue la
primera producción independiente de Frank Capra (junto a su guionista habitual,
Robert Riskin), que irónicamente se tuvo que disolver por problemas de tasas
elevadas. Capra iba progresivamente ensombreciendo sus fábulas, y por mucho
entusiasmo ingenuo que latiera en ellas, cada vez eran más siniestras (la misma
Qué bello vivir, su posterior obra, tras acabar la guerra, lo refrenda).
Plantear la posibilidad de un dictador en su país, en connivencia con los
intereses corporativos, no dejaba de ser una muy corrosiva invectiva. Y,
realmente, sus reflexiones no han perdido actualidad, tal como ha derivado esta
sociedad. Por otra parte, es admirable su trabajo de la composición, el uso de
las sombras que van apoderándose de la narración haciéndola cada vez más
opresiva, y su excelsa cualidad dibujando y definiendo a los personajes
secundarios. En el elenco, aparte de los citados, no hay que dejar de destacar
a James Gleason, extraordinario como el editor de la revista, y que brilla
especialmente en una de las mejores secuencias, aquella en la que intenta, él que
era un escéptico, hacer tomar consciencia a John de que el magnate se quiere
aprovechar de él.
Toda
esta visión crítica aderezada por una ascendente historia de amor, unida a unos
maravillosos secundarios (made in Capra), más algunos finos toques de humor y
como no un digno final, hacen de esta cinta una de las más representativas del
cine de Capra.
"Juan
Nadie" es otra de sus obras maestras. Capra maneja la cámara como Von
Karajan la batuta o Da Vinci el pincel. Es una mágica coreografía en la que
todo funciona a la perfección. Los pequeños detalles los convierte en grandes,
las elipsis están llenas de información, la mirada del pueblo desliza nuestras
lágrimas, la actuación de Cooper es prodigiosa. Se trata, ni más ni menos, que
de Frank Capra.
Trailer:
Calificación: 6 de 6.
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