Perdida
Título original: Gone Girl
Año: 2014
Duración: 149 min.
País: Estados Unidos.
Director: David Fincher.
Guión: Gillian Flynn (Libro: Gillian Flynn)
Música: Trent Reznor, Atticus Ross.
Fotografía: Jeff Cronenweth.
Reparto:
Ben Affleck, Rosamund Pike, Neil Patrick Harris, Tyler Perry, Kim Dickens, Patrick Fugit, Carrie Coon, Missi Pyle, Kathleen Rose Perkins, Scoot McNairy, Sela Ward, Emily Ratajkowski, Lee Norris, Casey Wilson, Lyn Quinn, Lola Kirke, David Clennon, Lola Kirke.
Género: Thriller.
Sinopsis:
Amy, la esposa de Nick, ha desaparecido el día en que ambos celebraban su quinto aniversario de boda en North Carnage, Misuri. Un decir, lo de celebrar, pues aunque se casaron enamorados, la relación se había deteriorado en gran medida. Algunas pistas sospechosamente dispuestas sugieren a la policía que Nick ha tenido que ver algo en el asunto. De modo que la desmesurada atención al caso de la opinión pública a través de los medios, le convierte inmediatamente en culpable, aunque la realidad es muy diferente. Adaptación del best-seller "Perdida", de Gillian Flynn.
COMENTARIOS:
David Fincher ha abordado el thriller con diversas ópticas, el de un juicio al declive moral de la sociedad en Seven, concebido como un juego en The Game, con mirada objetiva y desapasionada en Zodiac. Aquí se encuentra más cerca de Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres, por su mirada nihilista a los personajes, donde nadie es inocente, y porque vuelve a insistir en la carga sexual morbosa que exhibía en ese film. También coincide con ese título en que adapta un best-seller de éxito que promete nuevas entregas, debido a Gillian Flynn, quien también firma el guión. Está claro que la trama es muy entretenida, tiene los giros suficientes para sorprender al espectador y mantenerlo pegado a la butaca, y está bien respaldada por el poderío visual del director y su capacidad de crear una atmósfera envolvente.
En 'Perdida', Fincher, con soberano magisterio y mordaz agudeza, desentraña una infección, la que se extiende entre el primer beso y la acción de introducirte un algodón en la boca para realizar el análisis correspondiente de saliva cuando tu esposa ha desaparecido y se teme que esté muerta y te consideran sospechoso. O entre el azúcar en polvo que rodea como una nube de ensueño el primer beso y los copos de nieve que te dejan helada con la decepción. En esta ocasión, Fincher pone en primera línea la contienda de perspectivas. Las versiones que establecen uno y otro, y que convierten a la realidad en un territorio difuso. Las perspectivas y los tiempos se alternan en la primera mitad. La perspectiva de Nick (Ben Affleck, impecable en su papel), el hombre que tiene que defenderse de las progresivas sospechas de que es el asesino de su esposa, Amy (extraordinaria Rosamund Pike), y la perspectiva de esta desde el pasado, o más en concreto desde lo que escribe y comenta en su diario sobre el proceso de la relación.
Con respecto a la primera perspectiva nos preguntamos sobre lo que puede ocultar, cada vez más si consideramos las mentiras que se van revelando. Con respecto a la segunda, si lo que escribe en su diario corresponde a una versión fiel o inventada. Un dilatado montaje secuencial a mitad de trayecto narrativo, uno de los pasajes más deslumbrantes que ha deparado el cine en mucho tiempo, trastoca radicalmente la percepción del escenario. Y las fisuras no dejan de abrirse, y el hedor y las purulencias abrirse paso entre las apariencias que, en el segundo tramo se convierten en combate en las trincheras de las pantallas, allí donde la imágenes se cultivan para conseguir el efecto deseado en la percepción y valoración de los demás.
Con respecto a la primera perspectiva nos preguntamos sobre lo que puede ocultar, cada vez más si consideramos las mentiras que se van revelando. Con respecto a la segunda, si lo que escribe en su diario corresponde a una versión fiel o inventada. Un dilatado montaje secuencial a mitad de trayecto narrativo, uno de los pasajes más deslumbrantes que ha deparado el cine en mucho tiempo, trastoca radicalmente la percepción del escenario. Y las fisuras no dejan de abrirse, y el hedor y las purulencias abrirse paso entre las apariencias que, en el segundo tramo se convierten en combate en las trincheras de las pantallas, allí donde la imágenes se cultivan para conseguir el efecto deseado en la percepción y valoración de los demás.
El otro gran tema que atraviesa la trama es la del gran circo mediático que se organiza en torno a la desaparición, donde se ponen en la picota los "reality-shows" y en general cualquier programa televisivo donde la gente habla y habla, y por qué no, también las tertulias caseras, donde se juzgan las acciones de los demás aunque no se dispongan de datos. La cuestión permite entregar algunas escenas bien servidas por Fincher en torno a la mentira y el fingimiento.
Control, manipulación, despecho y chantaje emocional inherentes al amor extremo y enfermizo nos hacen vibrar, dudar una y mil veces de cada personaje, sorprendernos con la desquiciada y cruel irracionalidad que Fincher nos va presentando durante el metraje.
La historia es narrada simultáneamente por ambos miembros de la pareja, las dos versiones de una misma historia trasladan la culpabilidad de uno a otro continuamente hasta que sorprendentemente, a mitad de película se nos resuelve el misterio y la trama pega un giro de 180º manejado con pericia y sin fisuras argumentales, para continuar una segunda mitad desquiciante cuya intensidad va in crescendo de una manera brutal, hasta un final absolutamente brillante y difícil de digerir precisamente por su sencillez y racionalidad…
En otras palabras, 'Perdida' no es sólo un thriller modélico, sino también una desgarradora disección de muchos de los males que, queramos aceptarlo o no, van pudriendo por dentro la sociedad en la que vivimos. Magistral en la construcción, en el desarrollo, en la ejecución y la culminación (o si se prefiere, en el polvo y la reflexión), la película se sirve-de (y potencia, gracias a la magia de un séptimo arte totalmente domado por Mr. Fincher) la estructura endiabladamente absorbente del material original de Gillian Flynn. El tiempo avanza y retrocede, las elipsis se suceden y los puntos de vista se intercambian sin cesar. Sin perder nunca de vista los múltiples objetivos y sin que el -delicioso- guirigay formal se apodere de una trama que precisa, irónicamente, de una narrativa extremadamente nítida, cualidad sin la cual todo se iría a pique. Lo mejor es que la fachada no se queda en esto, sino que nos da la llave para entrar (y comprender) la más terrorífica de las revelaciones: la verdad, por muy grave que sea, ha pasado a ocupar un segundo plano. Quizás ha dejado de existir, pues ésta es rehén de quien dice poseerla.
Quizá sea verdad que “el amor no lo es todo”, pero a veces tan sólo hace falta amar para que nuestros mejores y peores instintos, aparezcan.
Trailer:
Calificación: 4 de 6.
No hay comentarios:
Publicar un comentario