TÍTULO ORIGINAL: Vera Cruz
AÑO: 1954
DURACIÓN: 94 min.
PAÍS: EE.UU.
DIRECTOR: Robert Aldrich.
GUIÓN: Roland Kibbee, James R. Webb (Historia: Borden Chase).
MÚSICA: Hugo Friedhofer.
FOTOGRAFÍA: Ernest Laszlo.
REPARTO:
Burt Lancaster, Gary Cooper, Denise Darcel, Sara Montiel, César Romero, George Macready, Ernest Borgnine, Jack Elam, Charles Bronson, Jack Lambert.
SINOPSIS:
Dos grandes estrellas del cine de todos los tiempos, Gary Cooper y Burt Lancaster se unen en esta magnífica película del oeste llena de acción dirigida por Robert Aldrich.
Cooper y Lancaster dan vida a Benjamin Trane y Joe Erin, dos mercenarios que realizan un viaje a México en busca de aventura y dinero rápido durante la Revolución de 1866.
Pero consiguen más de lo que esperaban cuando la bella y rica condesa Duvarre (Denise Darcel) les contrata para que la escolten a ella y a una fortuna en oro, hacia las fuerzas de lucha del Emperador Maximiliano en la ciudad de Vera Cruz. El camino estará lleno de tensión, peligro, engaño y asesinatos. Así es como conocen a una hermosa juarista (Sara Montiel).
COMENTARIOS:
Como homenaje a Sara Montiel fallecida ayer, dejo la reseña de una de sus grandes películas realizada en Hollywood. Fue la primera artista española en obtener éxito en Hollywood, donde trabajó con varias de las máximas estrellas de la época, como Gary Cooper, Burt Lancaster, Joan Fontaine, Mario Lanza, Vincent Price, Cesar Romero, Ernest Borgnine o Charles Bronson.
Colorista ambientación en la Revolución Mejicana, basada en una historia del gran Borden Chase, con un muestrario de personajes maleantes que producen desconfianza a simple vista, y mucha acción y entretenimiento. Aldrich no pierde el tiempo en cosas superfluas, según terminan los créditos iniciales ya aparece un jinete a la carrera, a los tres minutos ya se han encontrado Gary Cooper y Burt Lancaster, a los cinco ya se han engañado y disparado, por lo que es fácil imaginarse que nos lo vamos a pasar muy bien durante hora y media. Aquí todo el mundo engaña por sistema, hasta los de una propia banda se traicionan entre sí con alianzas improbables, trucos para despistar al oponente, cada uno jugando sus cartas, y solucionando las diferencias a tiro limpio.
La narración tiene brío y engancha, con planos muy bien enmarcados con elementos naturales, no da tregua a los personajes, aquí el que no corre vuela, hasta las damas te despluman a diferentes niveles, unas roban carteras y otras maquinan para quedarse con el tesoro, todos a la carrera para salir de una emboscada y verse sorprendidos por una treta del rival, ni los heridos tienen tiempo a quejarse, si les disparan se sacan la bala de la herida en el mismo lugar porque hay que perseguir al carromato en fuga. No hay tiempo para estudios psicológicos, aunque por lo menos algún ramalazo del pasado del personaje de Gary Cooper vamos conociendo, intuyendo que es el único que guarda unos motivos razonables alejados de la avaricia y el egoísmo predominantes.
Nos deja grandes escenas como la aparición del ejército juarista en la plaza, la cámara avanza lentamente en círculo dejando a los protagonistas en primer plano, y a la misma vez que ellos nos vamos percatando de que están rodeados. Otra delicia es toda la acción que se desarrolla en el castillo del emperador mejicano, suntuoso y llamativo, una maravilla de contrastes de actitudes culminada con la espontánea competición de tiro, magnífica.
Pero si algo brilla sobremanera en esta cinta son los dos personajes principales y sus intérpretes. Totalmente diferentes, compensados entre sí, el sobrio e individualista Cooper frente al descarado y exhibicionista Lancaster, se apoyan mutuamente con la misma facilidad que se engañan, estaba claro que era una sociedad compleja mantenida por las necesidades mutuas, sólo les une su habilidad con las armas, y serán ellas las que determinen la supremacía de uno sobre otro.
Durante mucho tiempo lo tuve asociado por encima de todo a la presencia de nuestra Sarísima, tanta fue la importancia que se le dio en este país al hecho de que actuara junto a dos monstruos de la envergadura de Cooper y Lancaster, y fue completando la filmografía de Aldrich cuando la revisé y pude degustarla como se merece.
Gran western, nada típico, entretenidísimo, merece la pena recuperarlo.
Tráiler:
Calificación: 3 de 6.
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