Título original: Robin and Marian
Año: 1976
Duración: 106 min.
País: Reino Unido.
Director: Richard Lester.
Guión: James Goldman.
Música: John Barry.
Fotografía: David Watkin.
Reparto:
Sean Connery, Audrey Hepburn, Robert Shaw, Richard Harris, Ian Holm, Nicol Williamson, Denholm Elliott, Kenneth Haigh, Ronnie Parker, Bill Maynard, Esmond Knight, Veronica Quilligan, Peter Butterworth, John Barrett, Kenneth Cranhan, Victoria Abril.
Sinopsis:
Desilusionado por los años que perdió luchando como cruzado en Tierra Santa, Robin Hood (Sean Connery), regresa a Inglaterra y se da cuenta de que todo ha vuelto a ser como antes.
Tras su marcha, Robin dejó en Inglaterra a su amada, Marian (Audrey Hepburn) y al volver quiere estar con ella, pero hay una pequeña sorpresa: Marian es ahora una monja, la abadesa de la abadía de Sherwood. Pero eso no es impedimento para que vuelva a renacer su amor y Marian renuncia a los hábitos para poder estar con Robin. La mujer, harta de decirle a Robin que no quiere que luche más porque no hace otra cosa que sufrir, toma una dura decisión.
COMENTARIOS:
Robin y Marian es probablemente una de las películas menos conocida de Audrey Hepburn. Supuso su regreso al cine tras 8 años de ausencia y la protagonizó junto a Sean Connery (Robin Hood), Richard Harris (Ricardo Corazón de León) y Robert Shaw (sheriff de Nottingham).
Richard Lester dirigió en 1976 esta especie de “segunda parte” de Robin Hood que se inicia con la vuelta a casa de Robin, cansado de luchar en las cruzadas en nombre del rey. Allí descubre que Lady Marian (el amor de su vida) se ha convertido en monja y decide ir a buscarla al convento para llevársela contra su voluntad.
Poco más os voy a contar sobre esta preciosa historia de amor cuyo momento cumbre lo tiene en esta frase que Marian le dice a Robin: "Te amo…más de lo que puedes imaginar. Te amo más que a los niños, más que a los campos que planté con mis manos, más que a la plegaria de la mañana, más que a la paz, más que a la alegría, más que al amor, más que a la vida entera ".
“Fui triunfador en todas las batallas, pero no sé si realmente gané” se pregunta Robin Hood, mientras habla con su amada Marian. El reencuentro con Marian, convertida en la madre Jennet, abadesa de un humilde refugio donde se cura a los enfermos y se siembra la tierra para calmar el hambre, se colma de nostalgia… y de esperanzas nuevas. Volver a ver a aquella mujer con una belleza que no diluyen los años y con un carácter que se afirma cada día, significa para Robin un oasis que lo aleja del esfuerzo vano y de la lucha infame, y lo devuelve al amor de su vida y a su remanso de paz. Pero, el injusto rey Juan sigue en el poder, y el alguacil de Nottingham está persiguiendo a su amada, así que, no hay más remedio que prepararse para la última batalla.
Richard Lester desmitifica la figura del héroe inglés sin quitarle un ápice de dignidad y aprovechando para narrar una de las más bellas historias de amor que se han visto en una pantalla grande.
Rodada parcialmente en España con pequeños papeles para Victoria Abril (como esposa del rey Juan) y Margarida Minguillón.
A partir de este original planteamiento, vemos como el mito se tambalea pero el romanticismo primigenio no sólo se mantiene inalterable, sino que roza niveles que el resto de propuestas no logran alcanzar. La historia de Robin y sus amigos contra la tiranía del rey Juan cede parte de su protagonismo a una de las historias de amor más bellas y penetrantes, la que nos regalan Connery y Hepburn, inmensos, en estado de gracia. El otro ángulo del triángulo amoroso lo pone Little John (Nicol Williamson). Ya no es sólo el compañero que sigue a Robin tras pelear con palos en un puente. El pequeño John oculta el sufrimiento por su amor a Marian para salvaguardar la inquebrantable amistad que le une a Robin. Y es que además están los quince minutos de Richard Harris, con una portentosa (como siempre) interpretación del vil y sanguinario Ricardo Corazón de León, ajeno al falso mito implantado por el cine anglosajón. Y Robert Shaw claro, un Sheriff de Nottingham rico en matices, no el recaudador sin escrúpulos de siempre. La relación de Nottingham y Robin es de respeto y admiración mutua, aun sabiendo que el enfrentamiento entre ambos será ineludible.
Hepburn llevaba retirada del cine desde 1967, año que rodó "Sola en la Oscuridad" y "Dos en la carretera" y decidió retirarse para cuidar a sus hijos y verles crecer.
La vuelta al cine de Audrey fue muy aclamada por su público, que ya la echaba de menos, y agradecieron su voluntad de protagonizar a Marian en esta fantástica película.
No puedo ser objetivo. Uno de los films románticos más bellos y que cada vez que vuelvo a ver, me sigue emocionando. Un magnífico guión, rodado con pulso maestro donde las escenas están al servicio de un "crescendo" que culmina en un final apoteósico. Es de esas películas ante las que uno se pregunta dónde están las claves de su maestría. Es la fusión de una historia con un director en "estado de gracia", que lleva el film a cimas que no repetirá. Dos interpretaciones con lo que ha convenido en llamarse "química".
Sean Connery, Audrey Hepburn, Robert Shaw y Nicol Williamson, intachables en sus caracterizaciones, cargan con todo el peso de la historia y logran que ésta se mantenga en alto con una fuerte dosis de emotivos sentimientos.
Un filme que llegará muy bien a los corazones románticos.
Tráiler:
Calificación: 4 de 6.
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