Título original: Side Effects
Año: 2013
Duración: 109 min.
País: Estados Unidos.
Director: Steven Soderbergh.
Guión: Scott Z. Burns.
Música: Thomas Newman.
Fotografía: Steven Soderbergh.
Reparto:
Rooney Mara, Jude Law, Catherine Zeta-Jones, Channing Tatum, Vinessa Shaw, David Costabile, Andrea Bogart, Polly Draper.
Sinopsis:
Plagada de problemas emocionales y mentales, Emily se enfrenta a la incontrolable ansiedad con respecto a su marido, Martin, quien se encuentra próximo a salir de prisión. Mirando a su psiquiatra en busca de ayuda, se le ha recetado un medicamente nuevo y misterioso que tiene por objeto tratar la ansiendad y parece funcionar de maravilla al principio.
Por desgracia, las pastillas que toma comienzan a causar graves e inesperados efectos secundarios que causan problemas a los que la rodean, sobre todo cuando se comete un asesinato.
COMENTARIOS:
El director Steven Soderbergh vuelve a regalarnos una de sus películas y ésta sin duda podría catalogarse como una de sus mejores cintas desde que rodara "Traffic" (2000) o desde su remake de "Ocean's Eleven" (2001).
La historia comienza como un filme que podría considerarse una obra de denuncia del sistema de venta de medicamentos antidepresivos en los Estados Unidos, pero que de pronto se transforma en un auténtico e interesantísimo thriller que a veces parece beber de las fuentes del propio Hitchcock, con unos excelentes giros de guión.
Tras un intento de suicidio, Emily entra en contacto con el psiquiatra Jonathan Banks, un brillante Jude Law, quien le receta un medicamento en fase experimental cuyas consecuencias serán mucho más nocivas. El Dr. Banks busca a la anterior doctora de Emily, la misteriosa Catherine Zeta-Jones, para conocer el pasado de la paciente y tratar de encontrar una respuesta para su conducta.
Esta primera parte tiene un ritmo pausado, con primeros planos que se enfocan lentamente y esa fotografía monocromática, característica del director, que cambia según el personaje tal como lo hizo en la oscarizada Traffic. Pero el retorcido guión de Scott Z. Burns está lleno de giros inesperados y presenta una segunda parte mucho más ágil, convirtiendo la película en un thriller judicial y psicológico que mantiene la tensión hasta el final.
Resulta increíble lo frágil y vulnerable que somos. Un virus o una bacteria, invisibles al ojo humano, pueden matarnos fulminantemente y una simple pastilla tiene la capacidad de alterar nuestra conducta.
Como tratando de reflejar la complejidad de la mente humana, el argumento de Efectos secundarios se va embrollando progresivamente, aunque nunca se vuelve ininteligible, y acaba convirtiéndose en un coherente e ingenioso rompecabezas, revelando finalmente la inutilidad del ser humano de controlar su existencia y la de los demás- todos los personajes de la película son de alguna manera manipuladores pero todos acaban siendo manipulados-.
Steven Soderbergh ha anunciado que se retira de la dirección después de esta película. Esperamos que lo reconsidere y vuelva a ponerse tras las cámaras, ya que, como lo habían sido sus anteriores realizaciones, Efectos secundarias es una obra muy conseguida.
En resumen, siendo éste un Thriller o, si se quiere, una película de suspense, el autor de “Ocean’s eleven” prefiere huir de fórmulas largamente repetidas y dejar la cámara como suspendida sobre los personajes. Se le da bien a Soderbergh ese cine “de atmósfera” que con tan buen tino ha cultivado y aquí ha seguido aplicando la técnica con idéntica solvencia. Sin aspavientos ni florituras directas al espectador, te cautiva y embelesa como aquellas películas de intriga de antaño. El reparto funciona y engrana los personajes como relojería Suiza. No podía ser de otro modo, Soderbergh sabe hacer su trabajo de forma sobresaliente.
Traíler:
Calificación: 3 de 6.
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