jueves, 19 de abril de 2012

Trilogia II: I skoni tou hronou (Triología del tiempo II: El polvo del tiempo) - (2008) - (Director: Theodoros Angelopoulos)



TÍTULO ORIGINAL Trilogia II: I skoni tou hronou

AÑO: 2008 
DURACIÓN: 125 min. 
PAÍS: Grecia.
DIRECTOR: Theodoros Angelopoulos.
GUIÓN: Theodoros Angelopoulos, Tonino Guerra, Petros Markaris. 
MÚSICA: Eleni Karaindrou.
FOTOGRAFÍA: Andreas Sinanos 
REPARTO: Willem Dafoe, Bruno Ganz, Michel Piccoli, Irène Jacob, Christiane Paul, Reni Pittaki, Kostas Apostolides, Alexandros Milonas. 

SINOPSIS:
Un cineasta norteamericano de origen griego llamado A está rodando una película sobre sus padres, Eleni y Spiros. Una y otra vez, la historia de amor de estos dos inmigrantes griegos se ve condicionada por los acontecimientos históricos: durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) tienen que separarse porque Spiros debe emigrar a Estados Unidos; al estallar la guerra civil en Grecia, Eleni emigra a la Unión Soviética por motivos políticos; A se ve obligado a huir a Canadá para evitar la guerra de Vietnam. La caída del muro de Berlín (1989) marca el comienzo de una nueva época en su vida.


Comentarios:
El cineasta Theo Angelopoulos famoso por su estilo pausado y etéreo murió atropellado el martes mientras trabajaba en su más reciente película. Tenía 76 años.
Angelopoulos sufrió heridas graves en la cabeza y murió en un hospital cerca de Atenas tras ser impactado por una motocicleta cuando cruzaba una calle no muy lejos de un plató, cerca del puerto ateniense de Piraeus, informaron la policía y representantes del hospital.
“La manera de expresión no la elige uno, sino que es ella la que te elige, y a mí me eligió el “plano-secuencia”, ha dicho Theo Angelopoulos.
Este gran director griego, del vapor de sus nieblas, de sus personajes avanzando sobre las aguas, de la atmósfera fantasmal que sabe recrear en sus películas. Su film “El polvo del tiempo”, con Irene Jacob, es una historia de amor entre dos mujeres y un hombre que se desarrolla en varios países y atraviesa el tiempo. El tiempo. Siempre el tiempo. “El cine, como la música – ha dicho Angelopoulos -, tiene un tempo lento y otro presto, y los músicos utilizan los dos. Eso mismo sucede en el cine y en todas las narraciones. Al igual que hay escritores que escriben frases largas sin puntos, otros prefieren las cortas con muchos puntos. En el cine ocurre con el montaje, en el que yo prefiero el plano-secuencia. Es una forma de expresión que también depende del temperamento de cada director”.

Tanto valora el tiempo este director que ha escogido al fin a Willem Defoe y a Bruno Ganz para esa película y ha desistido de Harvey Keitel. “Yo necesito actores que puedan esperar, que se tomen su tiempo - lo ha justificado así -, y Keitel no podía esperar”.
En ella se ubican algunas de las secuencias más hermosas de la obra total del cineasta: la reconstrucción - sin una sola imagen de archivo - del entierro de Stalin, las escaleras cubiertas de nieve y cadáveres que sube Irene Jacob en el Gulag, el camino entre la niebla de un inconmensurable Bruno Ganz para saludar a la Muerte. Angelopoulos parece no interesar ya a una crítica cinematográfica ha dejado de interesarle, la que a los no alineados en las filas del "cahierismo" nos importa menos que el rábano de marras. La globalizada, la del pensamiento único, la que levita únicamente con el infame cine americano de, por lo menos, hace ya cerca de veinte años. Angelopoulos no era políticamente correcto. No había nacido ni en Oregón ni en Nebraska.

Todos los artesanos del mundo toman tiempo y  paciencia para elaborar cuanto hacen. La arcilla, la tela bajo el pincel, la masa bajo las manos. También la bruma, la niebla, la historia y los personajes tienen su tiempo mientras avanzan sobre el agua.


Calificación: Extraordinaria.


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