Forbrydelsen III (The Killing III) (TV)
Título original: Forbrydelsen
III (TV)
Año: 2012.
Duración: 60 min. (10 capítulos)
País: Dinamarca.
Director: Hans Fabian Wullenweber, Natasha
Arthy, Mikkel Serup, Kathrine Windfeld.
Guión: Søren Sveistrup, Torleif Hoppe, Michael
W. Horsten.
Música: Frans Bak.
Fotografía: Jacob
Viit, Kusk Dff.
Reparto:
Sofie
Gråbøl, Nikolaj Lie Kaas, Morten Suurballe, Sigurd Holmen le Dous, Anders W.
Berthelsen, Helle Fagralid, Stig Hoffmayer, Olaf Johannessen, Jonatan Spang,
Trine Pallesen.
Género: Thriller.
Sinopsis:
Serie de TV (2012). 10 Episodios. Esta última temporada
explora en la crisis financiera mundial y como el asesinato aparentemente
aleatorio de un marinero llevará a Sarah Lund a investigar en un nuevo caso.
COMENTARIOS:
Ya está, se acabó: el jersey de
Sarah Lund es historia. La tercera temporada de Forbrydelsen ha cerrado una
trilogía catódica casi perfecta que llegó de Dinamarca en 2007 y a la que nadie
(a excepción de en su país de origen) hizo demasiado caso hasta que algún genio
de la BBC británica le echó el ojo. Su emisión en la cadena generó una oleada
de entusiasmo crítico y –más importante- el furor de la audiencia.
La BBC compró la segunda
temporada, se ordenó retirar de la venta los DVDS de la segunda temporada (que
ya corrían por Dinamarca) y repitieron proceso: éxito, éxito, éxito.
Finalmente el año pasado Sofie
Grabol (qué pedazo de actriz) liquidaba la serie con una tercera temporada
mayúscula, magnífica, impresionante.
Para cualquiera que haya visto la
serie las cosas están ufanamente claras: la primera temporada fue brillante, la
segunda lo fue menos y la tercera fue la mejor. No porque el arco argumental
fuera potentísimo (que también) sino por la excelsa dimensión de sus
personajes, algo que se echa de menos en muchas otras series, que parecen
funcionar casi por inercia. En su tercera entrega Forbrydelsen araña algo más
que la superficie de sus protagonistas: los ahoga, los despelleja (con perdón),
los hunde en el fango. El desenlace es de lo mejor que ha dado la tele en un
lustro.
¿Qué tiene Forbrydelsen para
poseer esa calidad? Desde luego no puede decirse que el tema sea especialmente
original, la tele está a reventar de series sobre asesinos perseguidos por
inefables policías y viceversa. Lo que Forbrydelsen desarrolla sin miedos es la
mala baba. Empezando por su protagonista, una mujer metida en jersey roído,
cuya vida es un auténtico desastre, obsesionada por su trabajo hasta decir
basta. Sofie Grabol se saca de la manga un personaje tan genuino que por muy
difícil que resulte empatizar acaba por jodernos el desayuno, la comida y la
cena. Esa tensión permanente en su rostro, en sus gestos, ese chicle que
castiga a base de un abuso mandibular notable, esa mirada de cachorro asustado
que –paradójicamente- podría arrancarte la cabeza. En torno a ella, como
complemento, giran un enjambre de personajes que parecen estar ensartados en un
futbolín manejado por un creador algo turbio y cuyo partido tiene el resultado
fijado de antemano. Todos ellos no tienen ningún problema en desafiar al
espectador, en agarrarle por las solapas y en obligarle a apartar la vista. Esa
mentalidad nórdica, fría -si se quiere-, es perfecta para convertir una serie
de procedimiento policial en algo mucho más voraz.
El brutal esfuerzo de
construcción de la trama es el otro gran acicate de Forbrydelsen: no hay miedo
aquí a la sobreescritura, a la complejidad, al desafío. De hecho los guionistas
de la serie son capaces de olvidar que compiten con el inacabable universo
anglosajón y esa fe en su propio talento les lleva donde ningún producto danés
había estado antes. Eso nos llevaría a una pregunta molesta: ¿veremos alguna
vez en España un producto tan puntero y ambicioso?
Por recordar un dato: Dinamarca
tiene seis millones de habitantes. España unos cuantos más. Sin embargo aquí
parecemos empeñados en perseguir siempre el mismo perfil. El problema no son
los guionistas sino los que desde arriba nos siguen tomando por el pito del sereno,
los que creen que arriesgarse es un error, que más vale apostar por la comedia
casposa o el drama costumbrista o –simplemente- reponer Curro Jiménez o Verano
Azul.
La gran virtud de la serie: su
perfecta combinación de talento y narrativa, cuyo cenit radica en la
visualización de un universo donde todo huele a podrido. Ya lo dijo
Shakespeare.
Larga vida a Sarah Lund, que ya
descansa en el panteón de los personajes memorables.
Trailer:
Calificación: 5 de 6.
maraviollosa serie Para aprender como se hace buen cine. Actores compaginadores directores iluminación guion secuencias etc.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, saludos Galileo.
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