Headhunters
TÍTULO ORIGINAL: Hodejegerne (Headhunters)
AÑO: 2011
DURACIÓN: 98 min.
PAÍS: Noruega.
DIRECTOR: Morten Tyldum.
GUIÓN: Lars Gudmestad, Ulf Ryberg (Novela: Jo Nesbø).
MÚSICA: Trond Bjerknes, Jeppe Kaas.
FOTOGRAFÍA: John Andreas Andersen.
REPARTO:
Aksel Hennie, Synnøve Macody Lund, Nikolaj Coster-Waldau, Joachim Rafaelsen, Gunnar Skramstad Johnsen, Lars Skramstad Johnsen, Signe Tynning, Baard Owe.
PREMIOS:
2012: Premios del Cine Europeo: Nominada al Premio del público (mejor película europea).
2012: Premios BAFTA: Nominada a mejor película en habla no inglesa.
SINOPSIS:
Roger es un reputado cazatalentos noruego que vive en una maravillosa casa de campo con su esposa Diana, la bella propietaria de una galería de arte. En realidad, está viviendo muy por encima de sus posibilidades; si puede mantener ese ritmo de vida es gracias a que se dedica a robar obras de arte. En la inauguración de una galería, su esposa le presenta a Clas Greve, que, además de ser el candidato perfecto para el cargo de director general de la compañía de Roger, es propietario de una pintura muy valiosa. Roger ve que le ha llegado la oportunidad de alcanzar definitivamente la independencia económica y empieza a planear el robo del cuadro.
COMENTARIOS:
El arranque de Headhunters se efectúa con una confesión directa de Roger, el protagonista, en la que dirigiéndose expresamente al espectador, revela el secreto de su éxito en la vida. De cómo su estatura no le ha impedido casarse con una rubia espectacular, conseguir una posición holgada en una de las mejores empresas de su país y ostentar un estilo de vida envidiable para cualquiera. De esta manera, en un guiño cínico y consciente al patio de butacas, comienza a desplegarse la artillería de una película como la que nos ocupa. La función no ha hecho más que empezar.
Una de las bazas de las que dispone Headhunters son las buenas actuaciones del elenco de actores y actrices, así como el tratamiento de los personajes. Se establece una clara oposición entre los dos personajes principales, Roger y Clas. Por una parte, Roger (Aksel Hennie) es cazatalentos, su trabajo consiste en reclutar posibles candidatos para puestos de directivo en su empresa. Proyecta la imagen del perfecto yuppie, del triunfador repeinado con un plus de seguridad en sí mismo y el punto justo de picardía. Es en el momento en que Clas accede a su burbuja, que, como impulsados por un efecto dominó, los elementos que conforman la vida de Roger comienzan a desmoronarse. Así, pronto se completa su transición personal de triunfador a despojo, adquiriendo la súbita complicidad y simpatía del espectador. Clas (Nikolaj Coster Waldau, o más conocido como Jaime Lannister en Juego de Tronos) entra en escena y la sed depredadora de Roger se reduce a una especie de Benjamin Linus (Lost) en su última etapa: patético, chapucero, pusilánime y miserable.
Uno de los temas que explora la película es la identidad del hombre en el contexto del capitalismo, quien pasa a convertirse en un ser únicamente definible y reconocible por su estatus económico. Se plantea así una reflexión sobre la aparente normalidad del materialismo desenfrenado actual, que trasladado al protagonista, causa verdaderos estragos, pues elige seguir endeudándose antes que renunciar a los objetos que ha comprado. La falta de humanidad y una carencia brutal de valores se ejemplifican en los personajes tanto de Roger como de Clas, aunque cada uno por motivos totalmente distintos.Sin duda estamos ante una de las sorpresas gratas del año y una de esas joyas europeas que suelen pasar por nuestras carteleras sin pena ni gloria y que en su trama, ritmo y contundencia. Aparte me parece especialmente interesante las pinceladas de romance que tiene con la parte de la relación con su mujer, a todo lo que le conduce su inseguridad y la resolución de ello.
Pues para nadie es un secreto que el cine negro tiene raíces europeas (los préstamos del expresionismo alemán en cuanto a puesta en escena, los directores europeos forzados a emigrar a EEUU para evitar el régimen nazi, etc). Sin embargo, los escandinavos parecen haberse tomado demasiado en serio la tarea de reinventar un género que ya gozó de su época de esplendor en EEUU durante los años 40-50 aproximadamente. Rara es la ocasión hoy en día en que se estrena un filme nórdico y no es un thriller negro. Las innumerables escenas que han quedado inmortalizadas en nuestras retinas gracias a directores europeos como Fritz Lang, Billy Wilder, Jacques Tourneur o Robert Siodmak entre otros, adquieren irremediablemente ahora otro sentido al asistir a la renovación de este estilo a manos de los cineastas escandinavos.
Morten Tyldum es el director de este thriller de acción tan atractivo que pasó discretamente por las taquillas españolas. Con dos filmes anteriores a la espalda, el noruego consigue sacar adelante una narración realmente entretenida que no pierde ritmo en ningún momento. Sin llegar a sumergirse de lleno en la comedia, adorna con toques de humor negro la fórmula empaquetada que vienen manufacturando sus compatriotas desde hace relativo poco tiempo. Consciente de su posición, el propio filme recurre a la violencia explícita y a ciertos trucos admisibles, dejando claro al espectador que no estará visionando una obra maestra del cine noruego, aunque los elementos que conforman su cinta han superado todos un control de calidad más que aceptable.
Sin duda estamos ante una de las sorpresas gratas del año y una de esas joyas europeas que suelen pasar por nuestras carteleras sin pena ni gloria y que en su trama, ritmo y contundencia. Aparte me parece especialmente interesante las pinceladas de romance que tiene con la parte de la relación con su mujer, a todo lo que le conduce su inseguridad y la resolución de ello.
Ah! para aquellos que les guste leer, Headhunters está basada en el best-seller de Jo Nesbos.
Tráiler:
Calificación: 4 de 6.
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