martes, 5 de junio de 2012

Noruwei no mori (Tokio Blues - Norwegian Wood) - (2010) - (Director: Tran Anh Hung)



Título original: Noruwei no mori

Duración: 100 min.
Año: 2010
País: Japón.
Dirección: Tran Anh Hung.
Intérpretes:
Rinko Kikuchi, Kenichi Matsuyama, Kiko Mizuhara, Kengo Kora, Tetsuji Tamayama, Reika Kirishima, Eriko Hatsune.

Argumento: Haruki Murakami (novela).
Guión: Tran Anh Hung.
Música: Jonny Greenwood.
Fotografía: Lee Pin Bing.

Sinopsis:

Adaptación del best-seller mundial homónimo escrito por el japonés Haruki Murakami. Narra la historia de Watanabe (Kenichi Matsuyama), un joven estudiante de la universidad que sufre un duro golpe cuando su mejor amigo se suicida. Sufrirá especialmente la novia del fallecido, la reservada y misteriosa Naoko (Rinko Kikuchi), quien debido a su quebradiza salud mental será recluida en un sanatorio en las montañas. Watanabe y Naoko se enamoran, pero en medio de su pasión sexual siempre se impondrá el trauma que les acompaña. Además, mientras Naoko permanece ingresada, Watanabe mantendrá su amistad con el frívolo Nagasawa (Tetsuji Tamayama) y conocerá en la ciudad Midori (Kiko Mizuhara), una jovial chica de la que también se enamorará.
El film, como el libro en que se basa, coloca el placer sexual y el suicidio como las únicas respuestas al sinsentido de la existencia. Y aunque Tran Anh Hung sabe utilizar la elipsis visual, juega con un material demasiado contaminado como para no ofrecer más que una visión pagana de la vida, en el sentido de que está dominada por un materialismo asfixiante, paralizador y desesperante, con una ausencia total de trascendencia. Los personajes ofrecen una interpretación honda, y sentida.

COMENTARIOS:

La película supone el regreso del prestigioso cineasta vietnamita Tran Anh Hung, autor de maravillosas y sensibles películas como “El olor de la papaya verde” o “Pleno verano”. Logra el guion y la cámara del director oriental transmitir con absoluta fidelidad la atmósfera desgarradora de la historia, pero es verdad que lo que se narra es quizá más adecuado para ser transmitido por la pluma de Murakami que para mostrarlo en pantalla. La trama de despliega s con una tristeza sofocante y una parsimonia arriesgada, desarrollo narrativo que el escritor templaba gracias a un exquisito estilo literario.

El libro de Murakami es una preciosidad, inocente, directo, disfrutas a cada segundo. El personaje de Naoko me pareció más desgarrador y misterioso que en el que sale en el libro, genial. La historia se desenvuelve mucho más rápido que en el libro, pues al principio incluso alguien se podría sentir perdido por los cambios de tiempo, no fue mi caso, sabía perfectamente donde se encontraba el individuo, que sentía. Fue cómo si mi cerebro conociese los rincones y las sensaciones de los personajes que salían -ya los conocía de algún modo-, disfrutaba cada instante y sentía que a veces la piel se me erizaba.
Trasladar a la pantalla el mundo interior y emotivo que refleja la novela era labor casi imposible. Incluso el propio Murakami no estaba por la labor, uno tiene la sensación de que el director ha conseguido un buen resultado con una cinta poética e indudablemente emotiva. Su mirada pausada con una esplendida fotografía es capaz de acercarse al mundo interior de estos adolescentes sesenteros japoneses, bien interpretados, que inician su recorrido vital, chocando abruptamente con el amor y la muerte y del que no todos salen ilesos. Alejada de cualquier drama romántico comercial, requiere de un espectador paciente durante sus más de dos horas. Espectador que no pida respuestas ni soluciones, si acaso que se reconozca tocado por algunos de los sentimientos universales de los personajes y por la belleza ajena a ellos que los rodea.

La película es muy fiel al libro -aunque cambian algunas cosas hay que tener en cuenta que es una adaptación-, incluso en el guion las frases son calcadas a la del libro y eso me gustó y mucho -quizás me hubiera gustado que salieran escenas como la conversaciones entre Watanabe y Reiko- . Si a eso le sumas, el estilo de cine japonés -sin tonterías ni boberías americanas-, la lentitud de los planos, la excelente y cuidada fotografía, interesantes personajes, atmósferas verdes, de nieve, urbanas, Tokyo a finales de los 60-... uno acaba enamorándose de esta historia.
Sé que habrá gente que dirá cosas del tipo, esta película es para adolescentes, gente sin alma. Muy probablemente sean gente incapaz de meterse en la piel de otra persona, y no les culpo. Yo animo a toda aquella gente que no lo haya leído a verla, y que se olviden por un momento que hacen en su vida, donde se encuentran, si son mayores o no. Que se adentren en el personaje joven de Watanabe, que sientan lo que él siente a través de unos ojos inocentes, de una persona que intenta caminar por la vida con 19, 20 años honestamente. Esa sensación de incertidumbre, soledad, amor y aventura.

Enfrentarse a Tokio Blues es enfrentarse a un dilema. No es del todo una película de Tran Anh Hung, en tanto que no tiene nada que ver con “El olor de la papaya verde” o de la sublime “Pleno verano”, sino que guarda más similitudes con el encargo profesional que con un verdadero deseo comunicante.
No es tampoco la adaptación definitiva de un libro, sino más bien un homenaje a un texto que les pesa a todos en la memoria como algo imposible de traspasar. Homenaje a un libro, y homenaje también a un cierto estado de ánimo que puedan dejar las palabras de Haruki Murakami, frente a una película que queda a medio esculpir.
La película por tanto terminará viviendo de momentos aislados, de aquellos instantes en que se siente lo suficientemente valiente para contarse a sí misma a través de la pureza de sus planos, de convertir la prosa del texto original en pura poesía visual, de dejar que sea la música la verdadera voz en off de la historia y de permitirnos bucear en la belleza de las imágenes aunque no funcionen por sí mismas como historia.
Pero la verdad, me gustó. Me dieron ganas de releer el libro. No me importaría verla otra vez...es una forma rápida de acceder a la historia de nuevo. Yo la recomiendo. Para quienes no hayan leído el libro...podéis verla, pero os recomiendo que antes intiméis con Murakami. No seáis como yo, que esperé demasiado tiempo para conocerle.


Tráiler:

Calificación: 4 de 6

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