sábado, 10 de marzo de 2012

Incendies (Incendies) -(2010) - (Director: Denis Villeneuve)






TÍTULO ORIGINAL: Incendies

AÑO 2010 
DURACIÓN: 130 min. 
PAÍS: Canadá.
DIRECTOR: Denis Villeneuve.
GUIÓN: Valérie Beaugrand-Champagne, Denis Villeneuve, (Obra: Wajdi Mouawad).
MÚSICA: Grégoire Hetzel.
FOTOGRAFÍA: André Turpin.
REPARTO: Lubna Azabal, Mélissa Désormeaux-Poulin, Maxim Gaudette, Rémy Girard, Abdelghafour Elaaziz, Allen Altman, Mohamed Majd, Nabil Sawalha, Baya Belal, Bader Alami, Karim Babin, Yousef Shweihat.

PREMIOS:
2010: Seminci: Mejor guión, Premio del Público, Premio de la Juventud.
2010: Oscars: Nominada a la Mejor película de habla no inglesa.
2010: Festival de Toronto: Mejor película canadiense.
2011: Premios BAFTA: Nominada a mejor película de habla no inglesa.
2011: Premios Cesar: Nominada a Mejor película extranjera.

SINOPSIS: Canadá. Dos gemelos veinteañeros, Simon y Jeanne, son testigos de cómo en pocos días la salud de su madre, Nawal Marwan, se resquebraja totalmente, de modo que acaba muriendo sumida en el más completo y desconcertante silencio. Cuando el notario amigo de la familia entrega el testamento de Nawal a sus hijos, éstos se enteran de que su padre no ha muerto -como ellos pensaban- y de que además tienen un hermano. El estupor y el disgusto son grandes, además de difíciles de digerir, porque para Jeanne y Simon esa noticia es la gota que colma el vaso en el anómalo comportamiento de su madre, que siempre actuó con ellos de manera extraña y aun distante. Ahora, la última voluntad de Nawal antes de recibir sepultura es que sus hijos busquen a su hermano y a su padre, y que les entreguen una carta a cada uno. Será Jeanne quien asuma la responsabilidad de iniciar las pesquisas, para lo cual se traslada a Oriente Medio con la intención de desentrañar la historia de su madre.



COMENTARIOS:

Durísima e impactante película canadiense, escrita y dirigida por el quebequés Denis Villeneuve, a partir de una obra de teatro del libanés Wajdi Mouawad. El resultado es un film terrible, en la línea de otros que hablan igualmente de las consecuencias de las guerras, como Vete y vive. Aquí nos introduce en una historia de dolor, venganza y sufrimiento, pero que la buena mano de Villeneuve hace digerible al no mostrar explícitamente los pasajes más tremendos del argumento. Las cosas pueden decirse sin que por ello haya que apartar los ojos de la pantalla, y eso se agradece. La historia de Nawal es un golpazo y nos introduce en una época -los años 60 y 70- de guerras y masacres en Oriente Medio, en donde diversas facciones religiosas y nacionalistas destrozaron la vida de miles de personas. Pero aquí no hay buenos y malos -"la situación es demasiado compleja como para simplificarla en polos maniqueístas", dice el director-, sino una espiral de maldad que sólo genera más maldad y que sólo puede terminar cuando el amor "rompa el hilo de la cólera", como dice uno de los personajes. Y esto es en definitiva lo que logra este denso film, que nos demos cuenta de que la violencia no es solución de nada, y sólo suma más dolor al dolor.

La película avanza a ritmo lento, con planos y diálogos largos, rodados con clasicismo, y poco a poco se va desenrollando la madeja de la historia de Nawal, que es también la historia de sus hijos. Para eso Villeneuve divide la narración en varios episodios, según los personajes de los que se trate o el lugar y el tiempo donde tienen lugar, de modo que la historia no está contada de modo lineal, sino que va del presente al pasado y viceversa. Aunque a veces desconcierta este vaivén, el conjunto funciona a la perfección y es ciertamente una elección más que acertada ante una narración que podría hacerse quizá demasiado áspera.


Las interpretaciones son maravillosas, sobre todo por parte del lado femenino, con una inconmensurable Lubna Azabal en el papel de Nawal, cuyo rostro pone los pelos de punta en escenas clave como la del autobús, y con la joven Mélissa Désormeaux-Poulin, que también brilla con luz propia como Jeanne. El film fue elegido para representar a Canadá en los Oscar.Destaco absolutamente todo en esta película pero lo que más me conmueve sin lugar a dudas es el personaje principal Nawal Marwan por todo lo que se puede llegar a admirar de una persona tan sobresaliente como ella. Su capacidad para sentir y creer diferente a lo que le ha sido establecido en su entorno, cómo va canalizando todas las cosas que se desencadenan en su vida y su radical evolución fruto de la injusticia más salvaje y feroz. Al final de la película me pregunto, ¿cuántas Nawal hay en el mundo?. Quizás sean más de las que nos parece. Ella es la protagonista absoluta de la historia y de la película.
Todo ello acompañado de una música siempre potente, entre la que se vuelve a intercalar Radiohead en momentos que te devuelven al principio de la película.
Y con una actuación magistral de todos los actores, destacando Mélissa Désormeaux-Poulin (desconocida para mí hasta ayer) y en especial Lubna Azabal, que ya me sorprendió con Lejos, Exils, Paradise Now y Otros tiempos. En esta ocasión dota al personaje de la madre de una humanidad, valentía y fortaleza con la que, cada vez que aparece en pantalla, te quedas en el asiento bien quieto y preguntándote por qué sus hijos no la llegaron a entender.
Y tras un metraje de 2 horas y 10 minutos, que no quieres que acabe, me quedé pasmado al acabar.



Tráiler:




Calificación: 4 de 6.

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