Las normas de la casa de la sidra (1999)
TÍTULO ORIGINAL: The Cider House Rules
AÑO: 1999
DURACIÓN: 125 min.
PAÍS: EE.UU.
DIRECTOR: Lasse Hallström.
GUIÓN John Irving (Novela: John Irving).
MÚSICA Rachel Portman.
FOTOGRAFÍA Oliver Stapleton.
REPARTO:
Tobey Maguire, Charlize Theron, Michael Caine, Delroy Lindo, Paul Rudd, Jane Alexander, Kathy Baker, Kieran Culkin, Heavy D, Kate Nelligan, Erykah Badu, Paz de la Huerta.
PREMIOS:
1999: 2 Oscars: Mejor actor secundario (Michael Caine), guión adaptado. 7 Nominaciones
1999: Globos de oro: Nominada Mejor actor de reparto (Michael Caine) y guión.
1999: Nominada Premios BAFTA: Mejor actor secundario (Michael Caine).
1999: National Board of Review: Mejor guión.
1999: Nominada al León de Oro en el Festival de Venecia: Director (Lasse Hallström).
SINOPSIS:
En los años 40, el doctor Larch (Michael Caine), dirige el orfanato de St. Clouds. A él acuden jóvenes embarazadas, que dejan a su hijo para adopción o, simplemente, abortan ilegalmente. Homer Wells (Tobey Maquire) nació en St. Clouds y, tras fallidos intentos de adopción, creció como el hijo que el doctor Larch nunca tuvo. Así hasta ejercer como médico del orfanato, aun sin titulación alguna. Homer se dedica a los partos y, a pesar de la presión de su mentor, se niega a practicar abortos. Un día, contra la voluntad de Larch, sale del orfanato a ver mundo. Marcha con Candy y Wally, jóvenes novios que han abortado ante la movilización de Wally hacia los frentes de la II Guerra Mundial.
COMENTARIOS:
“Buenas noches, Príncipes de Maine, Reyes de Nueva Inglaterra”. Ésta es la tierna frase con que el contradictorio doctor Larch acuesta a “sus niños” cada noche”.
Basada en la novela homónima del notable escritor John Irving, ambientada en los años 40 pero con hechos que rozan a la sociedad de hoy, la película reabre el debate sobre el aborto, recreando los pros y los contra que deben tomarse en cuenta al momento de votar esta problemática, y decidir si conviene o no a una sociedad como la nuestra.
El doctor, Wilbur Larch (Michael Caine irreprochable), dirige el orfanato St. Cloud, en Nueva Inglaterra, y cada día siente en carne propia la carencia de padres, de hogar y de afecto que sufren los niños que llegan a su cuidado. Su asistente, Homer Wells (un ajustado Tobey Maguire), es un joven criado allí mismo, devuelto tras dos intentos de adopción y convertido, desde entonces, en un fuerte autodidacta capaz de asumir labores médicas con el mayor profesionalismo. Para el doctor Larch, Homer es su brazo derecho, pero el chico comienza a sentir un fuerte impulso de conocer el mundo que hasta ahora, para él, se reduce a algunos espacios de Maine.
No sé muy bien por dónde empezar para describir esta magistral película. Podría empezar diciendo que es sobrecogedoramente tierna y que aborda diversos temas con una delicadeza que yo definiría como poética, que traspasa el alma suavemente, por eso la dureza de algunas situaciones (que es la vida misma) te pilla casi desprevenido y a veces te arrastra con fuerza.
Podría decir que me ha emocionado sobremanera ese orfanato donde se respira tanto cariño, liderado por un hombre que ha llegado a la conclusión de que ciertas normas están ahí para saltárselas cuando es necesario. Por desgracia, tengo la impresión de que en la vida real no habrá muchos orfanatos tan idílicos como ése, ni la mayoría de los niños abandonados tienen la misma suerte que los de la película. Pero el cine está ahí también para hacernos soñar en una vida mejor, y vaya si con esta película conseguimos soñar. Pero no todo es idílico, por supuesto.
También se nos muestran crudas y tristes realidades (el abandono, el aborto, el incesto, el ver cómo una persona a la que quieres sufre una terrible enfermedad...) y no puedes ser un espectador distanciado e indiferente; también llegas a sentirte incómodo, lleno de dudas, asqueado, lleno de rabia... Y sobre todo, con la sensación de que estás viendo una auténtica maravilla llena de luces y sombras.
Película realizada con gran elegancia. Genial ejercicio de síntesis y mescolanza de muy diversos temas, algunos de ellos muy conflictivos.
Gran actuación de ese fabuloso actor llamado Michael Caine, una buena recreación histórica y sobretodo lo mejor de esta película es el ritmo de la cinta, el cual consigue mantenerte en atención durante toda la proyección.
La película es un cuento sencillo, de superación, de cambio, de varias vertientes del amor, de soledad y primeros sentimientos que me enganchó. Si a lo dicho le unimos la banda sonora que Rachel Portman compuso desde los cielos y a un Michael Kane que se come literalmente la pantalla, sólo queda disfrutar de un relato sencillo acerca de, entre otras cosas, la soledad del alma.
En definitiva, una película imprescindible, que con serenidad y belleza nos plantea duros temas para la reflexión y el debate, en los que la ética está en entredicho. Indispensable.
Tráiler:http://www.youtube.com/watch?v=n38ya_FlTj0
Calificación: 4 de 6.
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