Paradise Now
Título original: Paradise Now
Año: 2005
Duración: 83 min.
País: Palestina.
Director: Hany Abu-Assad.
Guión: Hany Abu-Assad, Bero Beyer.
Música: Jina Sumedi.
Fotografía: Antoine Heberlé.
Reparto:
Kais Nashef, Ali Suliman, Lubna
Azabal, Amer Hlehel, Hiam Abbass, Ashraf Barhom.
Productora: Coproducción Territorios
Palestinos-Holanda-Alemania-Francia-Israel.
Género: Drama. Conflicto árabe-israelí
Sinopsis:
Escalofriante
film, que nos mete en la piel de dos jóvenes palestinos, Shaïd y Khaled, amigos
desde la infancia, y voluntarios para autoinmolarse en atentado terrorista,
llevándose por delante el mayor número posible de vidas humanas. Su
ofrecimiento es escuchado, y van a ser enviados a Tel Aviv. Antes pasan una
noche de ‘despedida sin palabras’ de sus seres queridos, lo que da pie a
momentos como el de la grabación de un vídeo con las razones de sus actos,
donde a su convicción se suma, fuera de cámara, los miedos y el nerviosismo, y
tal vez la sombra de la duda acerca de la moralidad de lo que van a acometer.
Hany
Abu-Assad narra su historia con estilo documental, sin justificar los actos de
los protagonistas, pero mostrándolos como seres humanos, en el ojo del huracán
de un horrible conflicto, cuya solución no puede ser, nunca, la violencia.
Premios:
2005: Nominada al Oscar: Mejor
película de habla no inglesa.
2005: Globos de oro: Mejor película
de habla no inglesa.
2005: Festival de Berlín: Premio del
Público, Premio Ángel Azul.
2005: National Board of Review. Mejor
película de habla no inglesa.
2005: Nominada a Critics' Choice
Awards: Mejor película de habla no inglesa.
COMENTARIOS:
EL COMPROMISO DEL CINE
4
de marzo de 2007 por La Maga en filmaffinity
Uno
empieza a estar cansado ante el goteo continuo de noticias que la prensa y la
TV ofrecen sobre los muertos en Palestina e Israel. Salta a la vista que un
perfil informativo que deja la realidad de lado, tratando a los asesinos como
entes inmorales sobre los que no hay que tomar partido o tratar de comprender,
no parece responder al tratamiento más objetivo. Es por eso que tal vez Hany
Abu-Assad, palestino con pasaporte holandés y residente en Israel, haya
decidido retratar la Cisjordania de la 2ª Intifada a través de dos jóvenes
palestinos amigos desde la infancia que, ante la ocupación asfixiante de su
ciudad, Nablus, actúen de la única manera que comprenden como posible,
secundados por una organización de artificieros caseros, leyendas mártires e
ideólogos que no se inmolan. Entender estas mentalidades es el primer paso, y
la secuencia inicial del arreglo del parachoques es la metáfora que mejor lo
explica.
En
principio, Khaled adopta una postura pasional y ciega, Said una más reticente.
La alternativa, la postura femenina de Suha, la más moderada y occidental. Y
Jamal es el reclutador que, mientras tanto, profiere aforismos tan poco
edificantes para cabezas en proceso de degeneración como: si no teméis la
muerte, controláis la vida; mira siempre a los ojos de tu enemigo, porque tú
eres el dueño de su vida, cuando quieras, lo harás saltar por los aires. Las
aspiraciones vitales quedan reducidas a beber té, la familia sobrevive marcada por
el calvario del dolor, y un solo chispazo es suficiente para pasar de la
parsimonia al activismo. Con una fotografía desaliñada, poseída por la
sencillez árida de los escombros, el director explora las legítimas razones de
la resistencia a la ocupación sin justificar en ningún momento la pérdida de
vidas humanas, sin juzgar, manipular o posicionarse. La tensión, continua,
incómoda, no deja indiferente a nadie.
Rodada
en 35 mm., con un magistral fundido en blanco como desenlace, Paradise Now es
una indagación sobre las motivaciones, y la falta de éstas, de los kamikazes,
de la procedencia de su fanatismo y las causas que los empujan a él. Necesaria
y estimulante, esta reflexión sobre la ambigüedad que encierran los términos
víctima y opresor esquiva lo políticamente correcto, las presiones (el
localizador fue secuestrado, varios técnicos decidieron abandonar, y el rodaje
se vio interrumpido por la caída de un misil enviado desde Israel), y una
visión occidental de la vida y la muerte. Historia y estética se cuidan sin
grandilocuencias, y aunque algunas escenas acusan un debilitamiento amoroso por
culpa de excesivos auto-análisis psicológicos, su valentía y humanismo les
emocionarán, siempre y cuando no se resistan por juicios morales o
posicionamientos políticos.
Trailer:
Calificación: 5 de 6.
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