Título original: Street Angel
Título español: El Ángel de la calle
Año: 1928
Duración: 102 min.
País:Estados Unidos.
Director:
Frank Borzage.
Guión:
HH Caldwell, Philip Klein, Henry Robert Symonds (Obra: Marion Orth)
Música: Película muda.
Fotografía: Ernest Palmer, Paul Ivano (B&W)
Reparto:
Janet Gaynor, Charles Farrell, Alberto Rabagliati, Gino
Conti, Chido Trento, Henry Armetta.
Productora: Fox Film Corporation.
Género: Drama.
Sinopsis:
Angela es una humilde muchacha que está a punto de
ser detenida por la policía, pero logra esconderse en un circo ambulante. En
este ambiente conoce todo tipo de personajes bohemios y extravagantes. Entre
ellos está Gino, un joven pintor que la toma como modelo para pintar una
Madonna.
Premios:
1927: Oscar: Mejor actriz (Janet Gaynor)
1928:2 nominaciones al Oscar: Mejor fotografía, dirección
artística.
"Obra maestra"
Augusto M. Torres: Diccionario
Espasa.
COMENTARIOS:
El film ganó "Oscars" en ediciones diferentes.
La actriz Janet Gaynor consiguió el Oscar por las interpretaciones, en el mismo
año, de "El ángel de la calle", de "Amanecer" -de Murnau- y
de "El séptimo cielo", también dirigida por Frank Borzage. La
película tuvo además dos nominaciones a los Oscar en la edición del siguiente
año.
Considero que es una excelente costumbre para alguien que
ame el cine, ver regularmente películas de reencuentro, aquellas que nos
sintonicen con la extensa y emocionante historia del séptimo arte. Cada pequeña
joya tiene brillos únicos que reflejan el trabajo de excelente directores y de
artistas excepcionales, que dieron lo mejor de sí con los medios a su alcance.
Uno de estos finos diamantes es El ángel de la calle. Nos narra una historia
que transcurre en Nápoles, Italia, ciudad porteña, famosamente habitada por
personajes variopintos, que se ha prestado para grandes clásicos del cine y de
la literatura (como la última obra de Pérez Reverté, El tango de la Guardia
Vieja). Esta ciudad y su ambiente son importantes protagonistas de esta
película, un clásico de los tiempos finales del cine mudo, como se advierte en
el intertítulo que aparece muy al comienzo, donde nos describen las brumas que
se asientan entre el Vesubio y el mar y su misterioso impacto sobre sus habitantes
y sus vidas.
Se trata de la historia de Ángela, una
bella y joven mujer, ignorante y pobre, que experimenta una serie de episodios
absolutamente increíbles y melodramáticos, descritos por medio de poderosas
imágenes por Borzage, en los cuales utiliza todos los recursos a su alcance
para atraer al espectador. Quizás el melodrama no sea en la actualidad el tipo
de obra que llame la atención, pero el poder de las imágenes y de la poesía de
Borzage es inmenso, capaz de atrapar hasta el más insensible y frío de los
espectadores. Ángela está protagonizada por Janet Gaynor, una actriz diminuta,
de cara y mirada expresiva, soñadora y preciosa, quien en la época ganó el
Oscar por tres de sus actuaciones, incluyendo la de El ángel de la calle. En el
filme experimenta sufrimientos y transformaciones personales, con los cuales se
identifica fácilmente el público, sin importar que parezcan imposibles o
absurdos, por su carácter decididamente emocional y empático.
En el cine sonoro, el espectador recibe
las impresiones que quieren transmitir el director y los artistas a base de
imágenes y de sonidos. El diálogo es algo fundamental, apoyado en distintos
ambientes sonoros y musicales, matizado por entonaciones y tonalidades. Pero en
el cine mudo el principal recurso del director y de los artistas es el aspecto
visual. Si bien se pueden utilizar intertítulos para comunicar ciertas cosas y
para unas mínimas orientaciones, un buen director del cine silencioso va a
utilizar todo lo que pueda para causar impactos visuales a base de imágenes.
Para causar estos impactos, Borzage juega con varios motivos
que vale la pena describir. Uno de ellos es el manejo de la niebla, como
elemento protagonista. No se trata de la clásica niebla de los filmes de
ambiente londinense, terrorífica y misteriosa. Es una niebla difuminada, entre
triste y romántica, que deja ver a los personajes y a las escenas, rodeándolos,
a modo de aura pálida, con tintes luminosos, que crea en el espectador una
sensación de ensoñación y expectativa, de ansias de descubrimiento.
Otro importante motivo es el de las
ventanas y las puertas. Borzage las utiliza como símbolos y como medios para
contar la historia de forma empática. Ello lo logra trabajando con las cámaras
para que el espectador vea y sienta lo que ven y sienten los personajes, de
forma lenta y deliberada. En una escena fundamental, Ángela, que
desesperadamente contempla a su madre que se va muriendo en la humilde
habitación que comparten ambas, sin contar con el dinero para medicinas o
tratamiento, de pronto se acerca a la ventana y ve en las calles a una
prostituta negociando con su cliente…y todos sabemos lo que pasa por su mente.
En otra escena, Ángela está en la cárcel y todo lo que esto significa lo
advertimos por una imagen de una puerta enrejada. Naturalmente que todo trabajo
con puertas y ventanas exige un manejo exquisito de las luces y de las sombras,
poderosas claves para transmitir ideas y emociones y en ello es excelso
Borzage.
En sus devenires por los ambientes bohemios de Nápoles,
Ángela conoce a Gino, protagonizado por Charles Farrell, un joven romántico y
soñador, de talla imponente al lado de la muchacha, de quien se enamora de
inmediato, a pesar de sus rechazos iniciales. Gino es pintor callejero, Ángela
se convierte en su modelo, y pintarla en su pretexto para tenerla cerca y
ensoñarla. Angel-de-la-calle-6Estas pinturas son otro de los motivos esenciales
que utiliza Borzege para crear emociones. Nos identificamos con el romance que
va naciendo con cada pintura, con la cara dulce e inmaculada de Ángela, que
Gino idealiza, haciendo de ella una Madona, imagen tan afín al gusto y al
ambiente italianos y nos identificamos también con el desenlace de la historia, magistralmente pintado por el director, quien
juega con dos imágenes, la de un cuadro de Ángela, pintado por Gino, que adorna
el altar de una iglesia y la de misma muchacha, que ante los ojos de Gino y los
de los espectadores, se convierte, ella misma, en Madona, acrisolada en el
sufrimiento.
No se ha preocupado Borzege por contar una historia
profunda, llena de complicaciones y astutas definiciones o de inteligentes e
inesperados desenlaces. Se trata de un melodrama, cuya esencia es la
comunicación a base de imágenes que sean fácilmente recibidas por el
espectador, capturando sus miradas emocionales, su pasión por la belleza, por
la justicia y por situaciones humanas emocionales, como aquellas caracterizadas
por la pobreza, el sufrimiento, la soledad, el amor, el abandono, la injusticia
y el dolor. Lo interesante es que en esta película, el director nunca renunció
al empleo de la belleza en los encuadres, empleando siempre un diseño y un
montaje exquisitos. Es por ello que se trata de una obra maestra, que
trasciendo lo emocional, para penetrar en los espacios del arte y de la belleza
visual. (Publicado por Enrique
posada en el Espectador Imaginario)
Video homenaje a Janet Gaynor:
Calificación: 6 de 6.
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