El último tren de Gun Hill
Título original: Last Train from Gun Hill
Año: 1959
Duración: 98 min.
País: Estados Unidos.
Director: John Sturges.
Guión: James Poe (Historia: Les Crutchfield)
Música: Dimitri Tiomkin.
Fotografía: Charles Lang Jr.
Reparto:
Kirk Douglas, Anthony Quinn, Carolyn Jones, Earl Holliman, Brad Dexter, Ziva Rodann, Brian Hutton.
Sinopsis:
El sheriff Matt Morgan (Kirk Douglas) ha jurado llevar ante la justicia al asesino de su esposa, una joven india. Su tarea se complica cuando se entera de que el padre del criminal es un viejo amigo suyo, el ganadero Craig Belden (Anthony Quinn). A pesar de todo, Morgan está decidido a arrestar al culpable y marcharse con él en el tren de las 9:00.
Culmina John Sturges la década de los cincuenta, como no podía ser de otra manera, con un notabilísimo western que pone colofón a unos años excelentes para el engrandecimiento, glorificación y mitificación de este género por parte del director americano. Tanto la nota como los piropos anteriores están evidentemente puestos desde la admiración personal ante un estilo y una puesta en escena tan característica como única.
Y es "Last Train from Gun Hill" una de mis preferidas. Por la historia, por el reparto, por la música, por el desenlace...pero sobre todo por todo lo que se pone en juego durante la hora y media de metraje. Rick Belden (Earl Holliman), el hijo del poderoso cacique Craig Belden(Anthony Quinn), y su compañero se cruzan en la vuelta a su rancho con una mujer india y su hijo. El casual y fatal encuentro termina con la violación y asesinato de la que también es mujer del Sheriff Matt Morgan (Kirk Douglas) quien comienza aquí una búsqueda de justicia, que no de venganza. Esto convierte a Matt inmediatamente en un héroe a los ojos del espectador que ve a este antiguo pistolero, ahora defensor de la ley, el único baluarte ante la injusticia y el crimen.
El argumento se termina de completar al descubrir a Craig Belden como viejo amigo de Matt y ahora convertido en un ranchero que domina el pueblo, la justicia y la tierras de Gun Hill. Tras conocer la relación entre asesino y su amigo Matt no dudará en ir a Gun Hill en busca de Rick y su compañero para, por supuesto, ponerlos a disposición de la ley. A partir de aquí veremos a un héroe solitario que se tiene que enfrentar al miedo y al silencio cómplice y cobarde de los habitantes de Gun Hill y a la protección de un padre que intentará por todos los medios evitar que su hijo sea capturado. Solo, y al final, contará con la comprensión y ayuda de Linda (Carolyn Jones) una ex-amante del ranchero a la que la valentía de Matt y su despecho hacia Craig termina llevándola al lado de la justicia.
Ni que decir tiene que Kirk Douglas hace de nuevo un trabajo soberbio. Su voz, a veces quebrantada, y sus discursos contenidos en el dolor marcan su actuación y representa con fidelidad un hombre herido pero que antepone la ley a su venganza personal. La réplica se la da un también magnífico Anthony Quinn. De su duelo interpretativo se sacan dos o tres escenas de un altísimo nivel. Una vieja amistad enfrentada por la fatalidad del destino y que ambos asumen comprendiendo la situación del otro pero enfrentándose al cruel reencuentro.
Con la excepcional música de Tiomkin y un desenlace poderosísimo se completa este western que, plagado de influencias de clásicos anteriores ("Solo ante el Peligro" o "3:10 to Yuma"), culmina una década que quedará marcada en la historia del cine por el bonito idilio entre Sturges y el western y que tanto hace disfrutar a los amantes del género.
(Publicado por alfie en filmaffinity)
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