The Love Parade
Título en español: El desfile del amor
Año: 1929
Duración:107 min.
País: Estados Unidos.
Director: Ernst Lubitsch.
Guión: Guy Bolton, Ernest Vajda (Obra: Jules Chancel,
Leon Xanrof)
Música:
W. Franke Harling, John Leipold, Oscar Potoker, Max Terr.
Fotografía: Victor Milner (B&W)
Reparto:
Maurice
Chevalier, Jeanette MacDonald, Lupino Lane, Lillian Roth, Eugene Pallette, E.H.
Calvert, Edgar Norton, Lionel Belmore.
Productora:
Paramount Pictures.
Género: Comedia romántica
Sinopsis:
Por sus deshonrosas aventuras en París, el agregado
militar, conde Alfred Renard (Maurice Chevalier), es devuelto a su país de
origen Sylvania, justo en los días en que los miembros del Consejo de Estado
andan preocupados porque la reina Louise I (Jeanette McDonald) no consigue
casarse con ninguno de sus pretendientes... pero al ser llevado ante su
presencia a la espera de recibir su castigo, Renard conseguirá seducirla y
Sylvania va a tener a un príncipe consorte que ha jurado ante la iglesia ser
dócil y obediente.
Premios:
Comentario:
[justify]Es una trama ligera y agradable en la línea de
otras operetas que Lubitsch filmó antes de la llegada del sonoro, en las que,
por cierto, no se echan nada de menos las canciones (véase la excelente El
Príncipe Estudiante, The Student Prince in Old Heidelberg, 1927).
En El Desfile
del Amor, los números musicales son demasiado estáticos (ahora veremos por
qué), pero muy divertidos. Así, tenemos la despedida de París, “París, Stay the
Same”, cantada por Chevalier, luego por su criado (Lupino Lane) y, por último…
¡por su perro! También destaca la canción que da título a la película, cantada
por Chevalier y Jeanette MacDonald: “My Love Parade”; y el número de Lupino
Lane y Lillian Roth, “Let’s be Common”, donde reivindican su condición de
lacayos y donde los exagerados movimientos de Roth nos recuerdan algunos
largometrajes de Lubitsch tan primitivos como graciosos, en especial LaMuñeca (Die
Puppe) y La Princesa de las Ostras (Die Austernprinzessin), ambos de 1919.
El guión de El Desfile del Amor corrió a cargo de Ernst
Vajda y supuso el inicio de una serie de películas parecidas, todas de éxito,
con el mismo grupo de director, actores y guionista. La fama de Maurice
Chevalier fue en aumento y se descubrió a Jeanette MacDonald que hizo lo mejor
de su carrera junto al cantante galo. Desde luego, estaba mucho más picante y
descarada a las órdenes de Lubitsch que más tarde, en su etapa de la Metro, en
aquellos musicales en los que hizo pareja con el cursi de Nelson Eddy.
Artículo completo en “El Blog de Ethan:
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