domingo, 13 de marzo de 2016

The Sailor from Gibraltar (El marinero de Gibraltar) - (1966) - (Director: Tony Richardson)



El marinero de Gibraltar

Título original: The Sailor from Gibraltar

Año: 1966

Duración: 91 min.

País: Reino Unido.

Director: Tony Richardson.

Guión: Christopher Isherwood, Don Magner, Tony Richardson (Novel: Marguerite Duras).

Música: Antoine Duhamel.

Fotografía: Raoul Coutard.

Reparto:

Jeanne Moreau, Ian Bannen, Vanessa Redgrave, Orson Welles, Zia Mohyeddin, Hugh Griffith, Umberto Orsini, Erminio Spalla, Eleonora Brown, Gabriella Pallotta, Arnoldo Foà, Claudio de Renzi, Fausto Tozzi, John Hurt, Thodoros Roubanis, Massimo Sarchielli, Guglielmo Spoletini.


Género: Drama. 


Sinopsis:

Anna vive obsesionada porque hace años perdió el amor de un marinero. Tras quedarse viuda y quedar como heredera de una gran fortuna, decide buscar a ese hombre por medio mundo involucrándose con una serie de extraños personajes. Finalmente contrata a un investigador privado que cree que ese hombre sólo es un producto de su imaginación.


Premios:

1967: Premios BAFTA: Nominada a Mejor fotografía y vestuario.






COMENTARIOS:


Tony Richardson, realiza su segunda película con Jeanne Moreau (la primera fue "Mademoiselle") y su segunda incursión también dentro de una temática ajena a la realidad social inglesa, que fue su principal fuente de interés, antes y después de estos largometrajes mediterráneos. Un poco por el peso de su presencia, tan fugaz como marcante, y otro poco por su mixtura de romance y navegación, la película tiene un lejano aroma a Wellles y al Michael O'Hara de "La Dama de Shangai", o eso me pareció a mí. Lo que sin dudas hay es una cautivante mirada sobre el romanticismo implícito en el espíritu de aventura (aun cuando la aventura esté retratada vagamente, como una suerte de búsqueda quimérica). También wellesiano es el estilo fotográfico de la película, sus encuadres, su montaje, y el insistente uso de una banda sonora que nos recuerda un poco a "El Tercer Hombre". 





Melodrama romántico imbuido por el tono lírico de la novela de Marguerite Duras, que cuenta con un reparto de lo más variopinto, pues reúne a los ingleses Vanessa Redgrave y John Hurt, a la francesa Jeanne Moreau, al genio americano Orson Welles y al italiano Umberto Orsini. Todos ellos en una historia de pasión, intriga, algo de fantasía y sueños imposibles. 





En esta ocasión, Richardson consigue captar muy bien ese estado de ánimo que se da con no poca asiduidad en nuestras sociedades, menos amenazadas de pobreza y guerra. Las primeras reflexiones del protagonista lo expresan muy gráficamente: "¿Qué haces cuando no sabes lo que quieres? Cuando sabes que estás desesperado pero no sabes por qué. Cuando no puedes expresar lo que sientes ni siquiera a ti mismo". Nos pasamos la vida deseando algo y cuando lo conseguimos, tarde o temprano terminamos aburriéndonos de eso. Así lo constata la situación inicial del protagonista. Está viajando por el sur de Europa acompañado de su pareja, una mujer inteligente, vitalista, curiosa y optimista entregada a él. Sin embargo su descontento y apatía son incorregibles. Por más que viajen a un sitio u otro, y por más hermosos que éstos sean, su ánimo no varía. Está tras algo a lo que no puede dar forma. Esto parece cambiar cuando encuentra a una francesa que representa lo opuesto de su pareja: con ella todo es carnalidad y todo marcha bien mientras se acepte el aire transitorio de la situación y no se formulen sentimientos posesivos. También ella está tras un imposible: encontrar a un marinero con el que compartió una intensa y breve historia de amor truncada bruscamente. Para ambos el destino parece estar en otra parte menos dónde ahora están o, si no, al lado de una persona diferente.





Del desenlace se saca una interesante y oportuna idea: no es tanto el destino como el recorrido. Supeditarlo todo a la meta final ocasiona el desprecio respecto al presente y la melancolía. Invertir esa proporción representa la postura de Anna, es decir, disfrutar el trayecto. En ese sentido, si bien tampoco resulta inverosímil, el final me dio la sensación de resultar un poco blando o, si más no, ligeramente complaciente. Si acaso podría entenderse como reverso optimista de otra película protagonizada por Jeanne Moreau: "Eva", de Joseph Losey. O como una versión menos intelectualizada de "La Femme en Bleu" de Michel Deville.





La película, además de haber conseguido reunir a dos grandes actrices del cine europeo como son Vanessa Redgrave y Jeanne Moreau (guapísimas y eficientes las dos), también cuenta con el gancho de ser un drama romántico camuflado de película de misterio y aventuras situado en atractivas localizaciones del Mediterráneo, del cual la fotografía extrae su luminosidad y sensualidad. No cometeré la desmesura de decir que es una de las mejores películas inglesas jamás vistas, pero sí que es una obra más que interesante, bien realizada y actuada, que acierta a captar la naturaleza fugaz e inaprensible del deseo... 





Recomendada a todos los admiradores de Jeanne Moreau y también a los interesados en Marguerite Duras que no quieran sufrir esos tostones que ella misma dirigió.





(parte de la crítica publicada por Villano en Filmaffinity)



Trailer:





Calificación:  3 de 6

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