No eran
imprescindibles (No eran invencibles)
Título original: They Were Expendable
Año: 1945
Duración: 136 min.
País: Estados Unidos.
Director: John Ford.
Guión: Frank Wead.
Música: Herbert Stothart.
Fotografía: Joseph H.
August.
Reparto:
Robert Montgomery, John Wayne, Donna Reed, Ward
Bond, Jack Holt, Marshall Thompson, Louis Jean Heydt, Leon Ames, Cameron
Mitchell, Russell Simpson.
Género: Bélico.
Sinopsis:
Durante la campaña del Pacífico, una heroica compañía
americana lucha contra el avance de las fuerzas japonesas en Filipinas,
perdiendo cada vez más terreno. Dos oficiales de lanchas torpederas, en contra
de la opinión de sus superiores, intentarán frenar el avance utilizando las
viejas embarcaciones contra los barcos nipones...
Premios:
COMENTARIOS:
Film poco conocido del maestro
del Western, en esta ocasión se aleja del polvoriento oeste, para zambullirse
en la secundaria pero crucial fuerza de lanchas torpederas, en este caso en
Filipinas; Realizada en el 45 y con los sucesos frescos y recientes, destaca su
objetividad y templanza al narrar los hechos.
Describe la retirada del General
Mcarthur hacía Australia y en tono casi documental las peripecias de los
muchachos de las dotaciones de las lanchas torpederas y sus misiones antes,
durante y despúes de la invasión de las islas Filipinas por las fuerzas
Niponas. John Wayne, War Bond junto a otros habituales de la filmografía de
Ford, y Robert Montgomery un bloque de hielo por fuera pero por dentro un
padrazo de sus chicos en un gran papel, Dona Reed perfecta como siempre, dure
lo que dure su personaje completan el reparto de una buena película fiel a los
hechos acaecidos en aquellos duros, inolvidables y terribles dias que no se
deben olvidar jamás.
Ford, que luchó en la Segunda
Guerra Mundial y ha construido grandes obras maestras sobre la vida militar
(desde "Cuna de Héroes" hasta una buena parte de sus western) sólo
dirigió un film bélico: este particular monumento al soldado desconocido. Y lo
hace desviando el objetivo de su cámara en cada momento precisamente de donde
se supone que debemos mirar, de las grandes gestas épicas a las que Hollywood
nos tiene acostumbrados y enfocando precisamente allí donde menos pasa. Declaración
de principios. Experimento que en otro sería recordado y analizado pero que en
un director considerado comercial, un "profesional" y no "un
autor", pasa desapercibido.
La absurda historia de amor que
la productora exige meter con calzador en la historia es zanjada sin
contemplaciones. Hay algo de protesta en ese liquidarla en unos pocos minutos y
como quien cumple (con disciplina militar) una orden absurda. Y ,sin embargo,
el talento de Ford es tanto que hasta ese pegote sentimental al que le obligan
tiene algo diferente.
Toda la historia, las vidas de
esos soldados anónimos que se dedican a manejar y reparar pequeñas lanchas, el
desarrollo posterior de la guerra en el Pacífico y todo lo que eso implica para
el futuro de la guerra en su conjunto, las medallas de los generales y sus
sonrisas, dependen de esa batalla que Ford- incatalogable y complejo patriota
americano- decide contarnos en elipsis.
Ni un sólo plano de ese heroísmo.
Los héroes de Ford en esta historia son otros. Y , despreciando el espectáculo,
"derrocha" su talento descomunal para la composición de planos y la
puesta en escena filmando con mimo la reparación de una lancha cuyo motor no
arranca. La vida gris, cotidiana, de unos soldados cuya labor nunca pasará a la
historia; que son prescindibles para todos menos para ellos mismos.
Ford elige contar lo que nunca se
cuenta acerca de aquellos de los que siempre se prescinde y logra una especie
de estremecimiento extraño, gris también, cotidiano; porque, sin que se subraye
ni se repita, tanto los personajes como nosotros sabemos que esa monotonía
esconde en realidad una agonía; que esos soldados desconocidos y prescindibles
serán sacrificados, y sólo les quedará su monumento algún día en algún sitio.
Cuando su biógrafo Lindsay
Anderson dijo a Ford que ésta era una de las obras del genio irlandés que más
le gustaban Ford dijo que no recordaba de qué película se trataba. ¿Clásica
travesura fordiana o es que realmente consideraba a esta película tan
prescindible como la guerra a sus protagonistas? Pocos días después le mandó
una nota escueta: "Por cierto, he visto esa película y sí, no quedó nada
mal". O algo así. (LibertyVallance)
Trailer:
Calificación: 4 de 6.
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