Título original: Scandal Sheet
Año: 1952
Duración: 82 min.
País: Estados Unidos.
Director: Phil Karlson.
Guión: Ted Sherdeman, Eugene Ling,
James Poe (Novela: Samuel Fuller)
Música: George Duning.
Fotografía: Burnett Guffey.
Reparto:
Broderick
Crawford, Donna Reed, John Derek, Rosemary DeCamp, Henry O'Neill, Harry Morgan,
James Millican, Griff Barnett, Jonathan Hale.
Género: Cine negro.
Sinopsis:
El
ambicioso editor de un periódico ve su éxito amenazado con el regreso de su ex
mujer, a la que abandonó veinte años atrás. Tras matarla involuntariamente, se
encuentra con que sus mejores periodistas se ocupan de investigar el caso.
COMENTARIOS:
Hacia
1952, cuando se realizó el presente filme, la mezcla del mundo del periodismo
con las temáticas criminales propias de la serie negra había producido ya
muchas notables películas, entre las que podríamos citar "Call Northside
777" de Hathaway, "The Big Clock", de John Farrow (con algunas
interesantes similitudes con el argumento de la aquí comentada) o
"Deadline USA", de Richard Brooks. Posteriormente aparecerían otros
títulos que abundarían en esta línea, alcanzando resultados meritorios, de los
que yo destacaría "While the City Sleeps" de Fritz Lang, y
"Sweet Smell of Success" de Alexander MacKendrick.
A cargo de esta película, que adapta una novela del también cineasta Samuel Fuller (al que no le gustó demasiado el resultado), encontramos a uno de los realizadores más olvidados hoy en día, incluso dentro del universo de la serie B, y es que poca gente recuerda hoy a Phil Karlson, quien no obstante cuenta en su filmografía con varias películas de calidad, en especial dentro del género negro ("Kansas City Confidential", "99, River Street", etc).
Juan
Miguel Lamet decía algo interesante: "Películas maravillosas son ésas en
las que se muestra un hombre que ha estado guardando un secreto durante toda su
vida, y un día, alguien lo descubre, y con él, se descubre toda la vida oculta
de esa persona, y de ahí sale una gran película".
"Trágica
información" pertenece a este género. Broderick Crawford debió creerse tan
buen actor como Orson Welles, después de su éxito con "El político"
(Robert Rossen, 1949), y muchas veces tendía a la sobreactuación. Pero con un
buen papel, como el de este editor, podía aportar una poderosa presencia. El
problema de Mark Champgman (B. Crawford) es que ha tenido que ocultar un
secreto durante toda su vida, para poder cumplir todas sus ambiciones como
editor, y llegar a lo más alto.
No
se trata exactamente de un hombre corrupto, sino más bien de un personaje al
estilo Fritz Lang, capaz de cometer un error fatal cuando toda la vida que ha
construído para llegar arriba, se ve amenazada. Ese momento de debilidad que
puede marcar a un hombre para siempre, haciéndole cometer un acto de maldad,
solía ser efectivamente el punto de partida del universo de Lang, el cuál
culpaba al mundo de la corrupción del hombre.
Como
en este caso Broderick Crawford ha construido su vida intentando tapar su
pasado, y ha puesto todo su espíritu en llegar a lo más alto, el espectador no
puede por menos de compartir en parte la angustia del personaje.
Esta
Trágica información es la película que más me ha gustado de Phil Karlson
gracias a un guión incisivo y contundente, marcado por la amargura de unos
diálogos agudos y unos personajes llenos de cinismo. Hay una fuerte crítica a
esa prensa sensacionalista que pretende vender las noticias como sea con unos
impactantes titulares o esos reporteros y fotógrafos que se quieren anticipar a
la propia policia (similar al planteamiento de El ojo público con Joe Pesci,
otra película notable). En este sentido, es curioso la fiesta que organizan de
los Corazones Solitarios buscando una línea periodística más comercial acercada
a las relaciones sentimentales y a los cotilleos.
Sobresale
un reparto tan completo que va desde Broderick Crawford con ese aspecto brutal,
irritable y amargado, a un John Derek como entrometido y oportunista
periodista, la siempre elegante Donna Reed como una desencantada informadora o
ese jubilado y alcohólico periodista tan patético que interpreta Henry O'Neill.
Karlson
narra con una fluida precisión, creando momentos de notable tensión (todo lo
concerniente al estupendo pasaje en el que Charlie descubre que Chapman es el
asesino: sus denodados esfuerzos, dado el ruido a su alrededor, cuando intenta
hacerse entender por teléfono en el bar; el encuentro en el callejón con
Chapman), logrando incluso, con perversa habilidad, que nos pongamos en la piel
de Chapman en las diversas ocasiones en que puede ser descubierto (o cómo
sufre, el que está habituado a controlar y manipular, la agónica incertidumbre
de lo imprevisible).
Otro
estimulante film noir a añadir a los que realizó Karlson en esta década, ‘El
cuarto poder’ (1952), ‘El imperio del terror’ (1955), ‘Los hermanos Rico’
(1957) y, especialmente, ‘Calle River 99’ (1959).
Karlson
es un director a reivindicar justamente en la actualidad porque sabe dotar sus
historias de sencillez y precisión, sin adornos de ningún tipo.
Trailer:
Calificación:
4 de 6.
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