jueves, 7 de noviembre de 2013

Gravity (Gravity) - (2013) - (Director: Alfonso Cuarón)

Gravity
Título original: Gravity
Año: 2013
Duración: 90 min.
País: Estados Unidos.
Director: Alfonso Cuarón.
Guión: Alfonso Cuarón, Jonás Cuarón.
Música: Steven Price.
Fotografía: Emmanuel Lubezki.
Reparto:
Sandra Bullock, George Clooney.
Género: Ciencia ficción.
Premios:
2013: Festival de Venecia: Película de inauguración (fuera de concurso)
Sinopsis:
Durante un paseo espacial fuera de su nave reparando un satélite, dos astronautas sufren un grave accidente y quedan flotando en el espacio. Una es la doctora Ryan Stone, una brillante ingeniera que está en su primera misión espacial. Su acompañante es el veterano astronauta Matt Kowalsky. La misión exterior parecía rutinaria, pero una lluvia de basura espacial les alcanza y ocurre el desastre: el satélite y parte de la nave quedan destrozados, dejando a Ryan y Matt completamente solos, momento a partir del cual intentarán por todos los medios buscar una solución para volver a la Tierra.


COMENTARIOS:
El cine tiene que ser, entre otras muchas cosas, un medio de entretenimiento. Esa es una de las metas que debe alcanzar toda película cuando es elaborada como método de evasión; para que podamos desaparecer de nuestras propias vidas e instalarnos durante noventa minutos de lleno en la gran pantalla. Durante un breve lapso de tiempo de nuestra existencia nada nos importa, uno simplemente se deja arrastrar por los devenires de unos personajes ficticios que sufren, sienten, viven. Nos inmiscuimos en una historia ajena y pasamos a formar parte de ella, olvidando la nuestra. Gravity es una de esas válvulas de escape que certifican una odisea visual de ritmo furioso; todo aquello que desea visualizar el espectador que persigue la diversión dentro del campo del séptimo arte. Cuarón ha hecho del uso de las tres dimensiones un auténtico gozo para quien pretenda flotar en la ingravidez de una historia que oprime al espectador, lo agarra del cuello y no lo suelta hasta el desenlace del film
La cinta comienza con un plano secuencia que seguramente pasará a los anales de la historia del cine, y que nos sitúa en un transbordador espacial donde tres astronautas suspendidos en el aire llevan a cabo reparaciones en su nave. Sandra Bullock se pone en la piel de la doctora Ryan Stone, que experimenta su primer viaje espacial en compañía del veterano comandante Matt Kowalsky, interpretado por George Clooney. La inquietante tranquilidad que proporciona el espacio exterior se dibuja desde el primer minuto como un elemento turbador, un escenario que acompaña a los protagonistas a lo largo de toda la historia, y que se cierne sobre ellos como una amenaza tangible que intimida por el simple hecho de estar allí. La presencia de la negrura es ineludible, y los peligros que anidan en ella se transforman en los antagonistas del relato. La aparente calma se rompe con una lluvia de residuos espaciales que se dirigen inevitablemente hacia las coordenadas donde se encuentran los astronautas. El transbordador es destruido por la ráfaga de basura, por lo que Stone y Kowlasky emprenden su particular epopeya para salvar sus vidas, unidos por un cable y propulsados en medio del cosmos.
¿Podría ser Gravity mejor película de lo que es?, sí. ¿Importan demasiado las consideraciones técnicas sobre si es posible o no científicamente lo que en ella ocurre?, no. ¿Qué podría mejorarse entonces en una cinta que es innovadora en cada apartado técnico y conceptual de la historia?, el guión. ¿Es entonces malo el guión de Gravity?, no, pero podría dar más juego.
El único pero que pondría yo a una propuesta tan sugerente como esta está pues en el guión, no porque sea malo, sino porque es en exceso sencillo. La odisea espacial de esa astronauta perdida que interpreta Sandra Bullock, consiste en una carrera de obstáculos para volver a la tierra, o salvar la vida, lo que sea. En la puesta en escena, en la cámara, radica todo el interés de la historia. No en la propia historia. A ver si me explico: es tan extraordinaria la situación que Gravity nos propone, que podría haber en su guión verdaderos temas metafísicos (como por ejemplo los hay en una película no demasiado distinta en cuanto a la temática: Náufrago, de Robert Zemekis), que aquí aparecen sólo muy fugazmente, en favor de la fisicidad de la línea dramática del relato.
Más allá de eso, Gravity es buena, Cuarón, ruede el género que ruede, es un buen director Puede hacer distopías oscuras (Hijos de los Hombres), dramas románticos (Grandes Esperanzas) o sagas juveniles (la tercera entrega de Harry Potter), que su personalidad siempre está presente a la vez que se adecúa a lo que esté rodando. Aquí, su cámara hace verdaderas virguerías que nunca parecen fruto del ego de un director: da la impresión, al contrario, de que no hubiera otra forma de rodar el espacio, su cadencia, su peso, su gravedad, su sonido. Gravity es por tanto, el primer viaje espacial en su estilo, la película que más cerca ha estado de dispararnos a ese vacío de oscuridad.
George Clooney cumple sabiendo que su papel es hacer de sí mismo, y lo hace muy bien. Y Sandra Bullock brilla con un reto dramático inaudito para la estrella si pensamos en quién era hace apenas cinco años. Su personaje resulta veraz desde el plano físico al emotivo, y sabe cargar con el peso de la película sobre sus hombros, con la ayuda, siempre y repito, de la maestría de un director que demuestra y confirma que aún nos quedan muchas cosas por ver en el mundo del cine.
Alguien que ha sabido manejar los tiempos de la película de forma magistral, que ha sabido jugar más que nunca con el silencio como un componente abrumador, haciéndonos sentir en primera persona la falta de sonido que perciben los astronautas. Y aunque el largometraje no prometa reflexiones filosóficas o un argumento profundo, debemos rendirnos ante su incuestionable fuerza visual y su ritmo endiablado.
Tráiler:



Calificación: 3 de 6.

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