Un cerdo en Gaza
Título original: Le cochon de Gaza
Año: 2011.
Duración: 99 min.
País: Francia.
Director: Sylvain Estibal.
Guión: Sylvain Estibal
Música: Aqualactica, Boogie Balagan.
Fotografía: Romain Winding.
Reparto:
Sasson Gabai, Baya Belal, Myriam Tekaïa, Khalifa Natour, Lotfi Abdelli, Ulrich Tukur.
Género: Comedia.
Sinopsis:
Jaffar es un humilde pescador palestino, siempre escaso de dinero, casado y sin hijos. Le toca convivir con los israelíes en los territorios ocupados de Gaza, incluidos dos soldados que tienen un puesto de observación en el tejado de su casa. Un día en sus redes pesca algo inesperado: un cerdo, al parecer procedente de Corea. Animal impuro tanto para musulmanes como judíos, no sabe muy bien que hacer, aunque sospecha que el cerdo podría ayudarle en su apurada situación económica.
Premios
2011: Premios Cesar: Mejor ópera prima.
COMENTARIOS:
Simpática comedia que se esfuerza por desdramatizar un poco la triste situación de Oriente Medio, y en concreto la convivencia de judíos y palestinos, incluso atreviéndose con el humor negro para hablar de algo tan grave como el terrorismo. Ello se logra en gran medida gracias al protagonista, Sasson Gabai, perfecto a la hora de encarnar a un pobre infeliz, que se aprovecha de una situación no buscada para sacar tajada en la mejor tradición de la picaresca.
Sylvain Estibal, guionista de “El último vuelo”, orquesta, aquí también como director, una parábola donde arranca las risas con el cerdo del título, que paradójicamente se convierte en nexo de unión entre los bandos irreconciliables. También un culebrón sirve para mostrar que no es imposible derribar las murallas entre personas creadas por un odio que se transmite de padres a hijos. Las bromas escatológicas, que harían palidecer de envidia a los hermanos Farrelly, demuestran una elegancia de la que tal vez podrían aprender los cineastas americanos.
En este sentido, Sasson Gabai hace un trabajo estupendo interpretando al sufrido pescador protagonista, el cual se ve catapultado desde una existencia monótona y miserable hacia situaciones progresivamente más políticas y relevantes, las cuales va sorteando gracias a su espíritu campechano y en general poco inquisitivo.
Uno de los méritos de Estibal reside en no querer limitar el humor a lo absurdo de tener un cerdo disfrazado de oveja en casa; la película se atreve también a ridiculizar, y de aquí la fuerte carga política del filme, a las instituciones con más peso en la lucha entre palestinos e israelíes: religión, ejército, terroristas y enviados de la ONU son mostrados como colectivos ineptos, de ideales trasnochados, que impiden la resolución definitiva de un conflicto que el director rechaza proponiendo soluciones más utópicas que realistas, y que se trata aquí de una manera ligera y entretenida poco común en las ficciones que se encargan del tema.
Toda esta marabunta de terroristas y militares que acaban persiguiendo al protagonista y a sus amigos, ante la difícil resolución a la que se enfrenta el relato, acaba siendo diluida al presentarnos “Un cerdo en Gaza” un final utópico que resume, con el recitado de unos poemas de fondo (recurso quizás demasiado sensacionalista), toda la tesis pacifista que ha venido recorriendo el filme.
Alegre y festivo cuento naíf lleno de humanismo y situaciones absurdas en las que no se deja de lado la fina sátira social en torno a las tensiones políticas que se viven en el territorio. Un primer largometraje lleno de sorpresas en la que se da una mirada diferente al conflicto israelí-palestino.
Tráiler:
Calificación: 3 de 6.
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