Sólo Dios perdona
Título original: Only God Forgives
Año: 2013
Duración: 90 min.
País: Francia.
Director: Nicolas Winding Refn.
Guión: Nicolas Winding Refn.
Música: Cliff Martinez.
Fotografía: Larry Smith.
Reparto:
Ryan Gosling, Kristin Scott Thomas, Vithaya Pansringarm, Rhatha Phongam, Gordon Brown, Tom Burke, Sahajak Boonthanakit, Pitchawat Petchayahon, Charlie Ruedpokanon, Kovit Wattanakul, Wannisa Peungpa, Byron Gibson.
Género: Thriller.
Premios:
2013: Festival de Cannes: Sección oficial largometrajes a concurso.
2013: Festival de Sitges: Mejor fotografía.
Sinopsis:
En Bangkok, Julian, un fugitivo de la justicia estadounidense, dirige un club de boxeo tailandés que actúa como tapadera para su tráfico de estupefacientes. Su madre, jefe de una amplia organización criminal, desembarca procedente de Estados Unidos para repatriar el cuerpo de su hijo favorito, Billy: el hermano de Julian ha sido asesinado tras haber masacrado salvajemente a una joven prostituta. Llena de odio y venganza, exige a Julian la cabeza de los asesinos. Julian deberán entonces enfrentarse a Chang, un extraño policía jubilado, adulado por los demás policías.
COMENTARIOS:
El castigo que está sufriendo “Sólo Dios perdona” por enloquecidas hordas dirigidas por Bollero y compañía, me parece bastante injusto. A mí también me gustó. Moderadamente, pero me gustó. Visualmente es fascinante. Me encanta su estética, su aire nocturno y decadente. En ese sentido es como “Drive”, pero más enferma, más arisca. Posee una atmósfera siniestra y un aire de incomodidad, que a mí me tuvieron en vilo, relativamente, de principio a fin.
Lo que en Drive era romanticismo, aquí es sordidez, desprecio, complejos, autoflagelación. Pero no creo que la jugada le haya salido especialmente mal.
Es violenta, sangrienta y muy visual, como ya lo eran sus anteriores películas, la triología “Pusher” por ejemplo, así que no sé de dónde vienen las sorpresas, pero desde luego no es una película al uso, ni tan redonda y formal como “Drive”, sino más hipnótica y onírica, recargada y saturada, silenciosa y brutal. No es una película para cualquier momento, ni para quienes no hayan degustado de alguna manera las anteriores raciones de ultraviolencia calmada y sorda (por no decir sórdida) que tan bien domina Nicolas Winding Refn.
Con “Solo Dios Perdona”, Refn confirma lo que su interesante filmografía dice, es un director con amplio conocimiento del cine como medio de expresión visual, con notable imaginación a nivel artístico y decisión de encuadres y planos, con gusto delicado en cuanto al tratamiento de la fotografía final, pero es un director que en contra parte le cuesta muchísimo llenar la parte literal de sus filmes, y este último filme lo confirma.
Hay que ser claros y obvios al mencionar que en “Solo Dios Perdona” la aventura de contar una historia con imágenes se ralentiza, los diálogos son mínimos, y la historia de fondo es bastante simple, sin embargo está contada con sutil ambigüedad, Refn no se detiene en pormenores y decide ampliar el campo visual, por eso algunas tomas fijas parecen durar una eternidad, o por eso alguna secuencia parece no tener relación con alguna pasada hace poco. Refn también es muy laborioso con el trabajo de sus actores, aunque aquí se podría decir que el peso dramático lo llevo el personaje de una intimidante y antipática Kristin Scott Thomas, había leído que para algunos su trabajo en el filme era sobre actuado, para mi estuvo correcto, todo es parte de la extravagancia de su personaje, la violencia es visceral, secuencias bastante crudas de paso, algunas gratis tal vez fuera de guión, pero hechas de una forma que hipnotizan y que al final no parece molestar (sobre todo para los que saben a lo que van), Gosling lo dijo en una entrevista antes del estreno, el filme es como una droga y será muy normal que divida al público entre el odio y el amor.
"Solo Dios Perdona" impone esa mirada postrada, lánguida, fatigosa y oscura porque así lo exige la voluntad de su personaje central: Julian sabe que por fin se avecinan los tiempos de la justicia definitiva; la muerte de su hermano es el detonante de una ceremonia sangrienta al final de la cual su alivio ocupará el lugar del cordero degollado en el altar. Dios ha llegado a perdonarle su dolor. Winding Refn ejecuta la espera con toda la brutal paciencia requiere la función. Va a ser el film más discutido y provocador de iras de toda la temporada. El film busca con rigurosa saña ese cólera. Justamente, cautiva por ello.
Tráiler:
Calificación: 3 de 6.
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