La disputa por Casablanca
En 1946 los Hermanos Marx se disponían a rodar el filme “Una noche en Casablanca”. Groucho recibió una carta donde la Warner Brothers lo intimaba legalmente a cambiar el título pues ellos ya habían hecho una película utilizando ese nombre. Se reproduce aquí una parte de las misivas que el genial cómico envió a la productora.
Queridos Warner Brothers: Al parecer hay más de una forma de conquistar una ciudad y de mantenerla bajo el dominio propio. Por ejemplo, hasta el momento en que pensamos en hacer esta película, no tenía la menor idea de que la ciudad de Casablanca perteneciera exclusivamente a los Warner Brothers...Parece ser que en 1471 Ferdinand Balboa Warner, su tatarabuelo, al buscar un atajo hacia la ciudad de Burbank, se tropezó con las costas de África y, levantando su bastón (que más tarde cambió por un centenar de acciones en la bolsa), las denominó Casablanca. Sencillamente no comprendo su actitud. Aun cuando pensaran en la reposición de la película, estoy seguro de que el aficionado medio al cine aprendería oportunamente a distinguir entre Ingrid Bergman y Harpo. No sé si yo podría, pero desde luego me gustaría intentarlo. Ustedes reivindican su Casablanca y pretenden que nadie más pueda utilizar ese nombre sin su permiso. ¿Qué me dicen de “Warner Brothers”? ¿es de su propiedad también?. Probablemente tengan ustedes derecho a utilizar el nombre de Warner, pero ¿y el de Brothers?. Profesionalmente, nosotros éramos “brothers” mucho antes que ustedes...e incluso antes de nosotros ha habido otros hermanos: los Smith Brothers, los Karamasov Brothers...Y ahora, Jack, hablemos de usted. ¿Diría que es el suyo un nombre original? Pues no lo es. Se utilizaba mucho antes de nacer usted. Sobre la marcha recuerdo...a Jack el Destripador, que se hizo un bonito renombre.
A pesar de esta carta, Groucho vuelve a recibir otra de la Warner donde se le pide que describa el argumento de la película que estaban por filmar.
Queridos Warner: ...En ella interpreto a un doctor en teología que asiste a los nativos y, como pasatiempo, vende como charlatán abrelatas y chaquetones de marinero a los salvajes de la Costa de Oro africana. Cuando encuentro por primera vez a Chico, éste trabaja en un garito y vende esponjas a los borrachos que no pueden llevarse todo el alcohol que compran...
La Warner parece no comprender bien el argumento y vuelve a pedir explicaciones. Groucho aclara:
Queridos hermanos: Desde que les escribí, lamento decirles que se han producido ciertos cambios en el argumento...En la nueva versión caracterizo a Bordello, el enamorado de Humphrey Bogart. Harpo y Chico son dos vendedores de alfombras deseosos de abandonar su mercancía e ingresar a un monasterio para celebrar una orgía...
Luego de esta carta, la Warner no volvió a escribirle a Groucho.
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