Título original: Night and the City
Año: 1950
Duración: 101 min.
País: Reino Unido.
Director: Jules Dassin.
Guión: Jo
Eisinger (Novela: Gerald Kersh).
Música: Benjamin
Frankel.
Fotografía: Max Greene .
Reparto:
Richard Widmark, Gene Tierney, Googie Withers,
Hugh Marlowe, Francis L. Sullivan, Herbert Lom, Stanislaus Zbyszko, Mike
Mazurki, Charles Farrell, Ada Reeve, Ken Richmond.
Género: Cine negro.
Sinopsis:
Londres, años 30. Harry Fabian
trabaja de mala manera consiguiendo clientes para un club nocturno llamado The
Silver Fox. De todas maneras él planea mil y un tipo de negocios para
convertirse en empresario. Su novia le quiere, pero está harta de prestarle
dinero. Y es que Harry es un perdedor nato, un idealista iluso, y nada le sale
bien. Surgirá una nueva oportunidad cuando consiga representar a un púgil
prometedor de lucha grecorromana. Ignora que su presunto socio piensa dejarle
colgado cuando tenga todo preparado para el combate del siglo.
COMENTARIOS:
Resulta difícil pensar en un film
noir más febril, tortuoso y desabrido, de tumescente nocturnidad, que la
prodigiosa 'Noche en la ciudad' (1950), de Jules Dassin. La urgencia, como
llameante desesperación, palpita, sin resquicio de respiro, desde su formidable
introducción, la persecución en la noche que sufre el protagonista, Harry
Fabian (Richard Widmark, en una de sus más excelsas interpretaciones. Ni Samuel
Fuller, tendente ya a sacudir al espectador desde la primera secuencia, logró
tan intensa introducción. La crispación de los encuadres, el desasosiego que
transpiran unas edificaciones y calles, en las que no se advierte presencia
humana, que parecen cernirse y ahogar al personaje en su huida, como si
estuviera atrapado en un laberinto del que no fuera posible encontrar la
salida, porque realmente está solo. Quizá estas sensaciones, de indefensión, no
se hubieran logrado plasmar si Dassin no acabara de sufrir la persecución del
comité de actividades norteamericanas que determinó su exilio (aunque esta obra
rodada en Londres sea producción norteamericana, de la Fox). Claro que quizás
el mismo Fabian se ha abocado a esa situación.
En la siguiente secuencia, la casa
en la que se refugia, se nos revela la posibilidad de otra elección que quizá
esté desperdiciando por su obcecado empecinamiento en ser algo más en la vida,
ser 'alguien', algo más que un mero delincuente de poca monta que busca
clientes para un garito nocturno. Mary (Gene Tierney), su novia, una vez más,
tiene que prestarle dinero para que pueda salir del paso. La fotografía en la
que se les ve a ambos en Venecia es la imagen de esa realidad que pudieran
materializar si Fabian no ambicionara ser alguien importante en un universo
regido por la codicia y la traición. El vecino de Mary, un constructor de
juguetes, Adam (Hugh Marlowe) le define como un 'artista sin arte', lo que le
aboca a ese extravío, como quien no sabe a donde encauzar sus inquietudes. El
espejismo surge cuando cree que puede controlar el negocio de la lucha libre,
aprovechándose de la integridad de un afamado viejo luchador, Gregorius, que
desprecia las malas artes de los que rigen ese negocio y de los que luchan.
Malas artes, integridad, la
cuerda en la que oscila el combate interno que bulle en las entrañas de esta
hermosa obra. La cuerda que ahogará a Fabian, porque intenta competir con los
que dominan la noche de la ciudad, en los que la integridad es algo ajeno,
empezando por el hijo de Gregorius, Kristo (Herbert Lom) quien domina ese
negocio, pasando por Nosseros, el dueño del garito nocturno en el que trabaja,
y su esposa Helen, que aspira a montar su propio negocio, una relación
sostenida por el desprecio callado (de ella) y la traición, y terminando por
todos los pequeños delincuentes a los que pide que le presten dinero para poder
realizar la inversión, y que no tendrán reparos en traicionarle, por su propia
conveniencia, cuando Fabian sea un 'estigmatizado'. Fabian, en su afán desesperado
por crear su propio espacio que le lleva a cualquier estratagema o mala arte
para conseguirlo (incluso, terrible y descarnada secuencia, robar el dinero de
su novia pesa a la desolación de ésta) comete el error de meterse en otros
cuadrilateros, el de Nosseros y su esposa, el de Kristo y su padre, de los
cuales sólo puede salir escaldado.
Todas las secuencias finales, las
de la persecución y acoso por las calles, espacios abandonados y muelles a las
que se ve sometido, como una rata en un turbio laberinto, son un auténtico
portento. Su gesto final de vana redención, su última carrera en un amanecer de
desacogedora luz, no logra contrarrestar uno de los finales más desoladores y
descarnados que ha dado el cine, pero, por otro lado, bellísimo.
Memorable obra, 'Noche en la
ciudad' (Night and the city,1950), quizás la obra maestra de Jules Dassin junto
a 'Rififi' (1955). Una de las obras mayores que ha dado el film noir, de una
intensidad tan subyugante como opresiva. Un estupendo guión de Joe Eisinger que
adapta la novela de Gerald Kersch, y un excepcional trabajo de iluminación, de
sombras que parecen supurar, de Mutz Greenbaum. A su lado hasta la turbiedad de
otras obras insignes del film noir como 'Sed de mal' (1958), de Orson Welles,
parece una caricatura.
(Publicado por Alexander Zarate)
Trailer:
Calificación: 6 de 6.
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