Samba
Título original: Samba
Año: 2014
Duración: 115 min.
País: Francia.
Director: Olivier
Nakache, Eric Toledano.
Guión: Olivier
Nakache, Eric Toledano.
Fotografía: Stéphane
Fontaine.
Reparto:
Omar Sy, Charlotte Gainsbourg,
Tahar Rahim, Izia Higelin, Issaka Sawadogo, Youngar Fall, Hélène Vincent, Liya
Kebede.
Género: Comedia
dramática.
Sinopsis:
Samba es un inmigrante senegalés
que lleva 10 años en Francia. Sin permiso de residencia ni de trabajo, malvive
con ocupaciones ocasionales, a la espera de poder convertirse en jefe de
cocina. Establecerá contacto con una novata trabajadora social, Alice, que se
encuentra también en un momento complicado de su vida y está de baja por agotamiento
en su trabajo de ejecutiva. Entre ambos se establecerá poco a poco algo
parecido a la amistad o quizá algo más. Pero la vida de Samba es difícil,
evitando siempre meterse en problemas para no ser expulsado del país, entre
trabajos precarios, con un futuro incierto.
Premios:
2014: Premios César:
Nominada a Mejor actriz secundaria (Izia Higelin)
2014: Festival de San
Sebastián: Sección oficial de largometrajes (Clausura)
COMENTARIOS:
Como es habitual en ellos, los
directores galos Olivier Nakache y Eric Toledano vuelven a formar tándem en la
escritura y dirección de Samba, tras la resaca que provocó el exitazo mundial
de Intocable en 2011. Adaptan en este caso la novela de Delphine Coulin, sobre
las vicisitudes de un inmigrante en Francia.
Nakache y Toledano arrancan con
brío su película, con un larguísimo plano secuencia que presenta a su
protagonista, Samba. Desde ese momento sus desventuras atrapan. El actor Omar
Sy (en su ya cuarto largometraje con los directores) confirma su idilio con la
cámara y su especial talento para mostrar naturalidad, véase la primera escena
en que se entrevista con la trabajadora social, Alice (buen trabajo de
Charlotte Gainsbourg).
Además de denunciar los problemas
de la inmigración en los países europeos, Samba aborda también otra cuestión
peliaguda que inunda a los países ricos: el mundo laboral. De modo acertado,
evitan caer los directores en tópicos reduccionistas del estilo “no hay trabajo
ni solidaridad con los extranjeros” para mirarse también a sí mismos y hacer
una sólida crítica social del sistema europeo, en donde el “dios” trabajo se
convierten tantas veces en una fuente velada de esclavitud capaz de alienar al
ser humano y provocar todo tipo de trastornos.
La inmigración es una realidad
que, aunque a muchos les parezca algo lejana o un problema que hay que
solucionar, forma parte de toda la historia de la humanidad. Hoy en día, el
dinero y los sistemas capitalistas de nuestra sociedad, han decidido cerrar
cada país al paso normal de la gente, que huye de las miserias que se apoderan
de otros lugares del mundo, en busca de una vida mejor. Cuando el ser humano no
era más que un mísero superviviente, emigraban de una zona a otra, agotando los
recursos naturales, buscando mejores sitios donde vivir. No podemos culpar a
alguien que hace lo posible por seguir viviendo lo mejor posible.
Lo que muestra Samba, de forma
cómica y a la vez dramática, para que no te aburras en el proceso, es la vida
de un joven nigeriano que lleva la friolera cantidad de 10 años viviendo en
Francia y que, de un día a otro, se gana una carta de expulsión del país y
pierde absolutamente todos sus derechos como ciudadano normal. Un hombre que
lleva integrado en la sociedad francesa 10 años. No está más integrado porque
el sistema NO se lo permite. Y no porque sea un peligro, un mal ciudadano, sino
porque son simplemente racistas de mierda. Esa es la pura verdad.
Se puede afirmar que Nakache y
Toledano lo consiguen por segunda vez. Éxito huyendo de los tópicos. Ya lo
hicieron admirablemente en la estupenda "Intocable", eludiendo con
habilidad las compasivas trampas que suelen tender discapacidad y racismo, y,
ahora, repiten idéntica fortuna con el controvertido tema de la inmigración,
aislándolo de entornos edulcorados pero también de la demagogia barata. El as
que tienen en la manga los brillantes realizadores se llama única y
exclusivamente sentido del humor. Si a ello le unen la ternura con la que dotan
a la mayoría de los personajes, tienen ganado al espectador desde los primeros
fotogramas, que detecta en ellos problemas mundanos de rabiosa actualidad pero
con atisbo de esperanza y siempre dispuestos a la lucha diaria. Y, hablando de
ternura, ¡qué similar se me hace el proceso de gradual embellecimiento externo
de Alice, con el personaje que interpretara Olivia de Havilland en "La
heredera" de Wyler! No solo es Samba, sino una gran parte del público, los
que vemos crecer la hermosura de Alice a medida que vamos amando lo que hay de
invisible en ella. Samba es más prosaico que yo y la define varias veces con
"eres realmente especial".
Puede decirse que con
"Samba", el espectador mínimamente sensible, descubrirá el duro mundo
de los 'sin papeles' y, al menos, no volverá a juzgarlos a la ligera. La
"culpa" de este magnífico logro, repito, es de este par de
directores, capaces de hacernos desternillar con la extraordinaria secuencia
del baile de la Coca-Cola, cuando unos minutos antes, Samba -al ver negada su
dignidad como persona- grita en la oficina del inmigrante y al mundo entero
"¿Qué hago yo ahora?" No hay lágrima fácil. Sólo el vacío de un
hombre. Los que no tienen trabajo saben de que va la cosa.
Actores y actrices están
soberbios; el ritmo de la película, adecuado y ágil (no era fácil) y, sólo
desentona la musiquilla psicodélica acompañada de piano que anticipa (y no
debería hacerlo) que la escena va a ser dramática.
(Algunas partes del texto están
extraídas de la crítica de chulucu)
Trailer:
Calificación: 4 de 6.
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