Título original: The Devil Thumbs a Ride
Título en español: Autostop al infierno (Amenaza diabólica)
Año: 1947
Duración: 62 min.
País: Estados Unidos.
Director: Felix E. Feist.
Guion: Felix E. Feist (Novela: Robert C. DuSoe)
Música: Paul Sawtell, Roy Webb.
Fotografía: J. Roy Hunt (B&W)
Reparto:
Lawrence Tierney, Ted North, Nan Leslie, Betty Lawford, Andrew Tombes, Harry Shannon, Glen Vernon, Marian Carr, William Gould, Josephine Whittell, Phil Warren, Robert Malcolm, Arthur Q. Bryan.
Productora: RKO Radio Pictures.
Sinopsis:
Un viajante de comercio que regresa de una fiesta, habiendo bebido unas copas, recoge a un autoestopista en la carretera. El joven no sabe que en realidad su pasajero es un delincuente muy peligroso que acaba de cometer un crimen.
Comentario:
He aquí la típica cinta noir RKO: concisa, veloz, brutal, sugerente más que explícita. Tierney, con esa mirada que te convierte en un fardo gimoteante en cuestión de segundos, es el asesino sin escrúpulos, probablemente psicótico, que sube al coche de un comercial palurdo y le amarga la vida.
Por cierto que la galería de personajes que desfilan por la pantalla son escasamente recomendables. Los polis se pasan las noches jugando al póker como si les fuera la vida en ello; el comercial es más tonto que pichote y sólo aspira a ganar más y más dinero; su mujer es una mantenida dominada por la madre, otro ogro; el vigilante nocturno es un borracho asqueroso que miente más que habla; el chiquito de la gasolinera es un repugnante delator siempre a la caza de recompensas; y el putón verbenero que le baila el agua al asesino es de bofetada.
En conjunto, una mirada pesimista, casi nihilista, al american way of life. En poco más de una hora, Felix Feist (eso que llaman un fiel artesano) despacha una historia que ahora tardarían dos horas en desarrollar, con brío, eficacia y ritmo. Una muy agradable sorpresa. (Eduardo en Filmaffinity)
Si bien Autostop al infierno no es la película más recordada de su director, sí que merece ser rescatada por su perfecta concisión y su modélica manera de definir el carácter de sus protagonistas solo con el uso de las miradas y la disposición de los actores en el cuadro, por su cortante forma de plasmar la violencia, por su vorágine de maldad imparable y el aroma de perdición que se apodera de cada plano, de cada bocanada de aire que el espectador intenta tomar mientras contempla atónito cómo el diablo puede guiar tus pasos sin que apenas puedas ser consciente de ello. ( José Luis Forte en cinema magazine)
El comienzo:
Calificación: 4 de 6.
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